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Se repite la dolorosa historia

Lo que está pasando en México asusta, y asusta más a los colombianos, porque ellos saben cómo es vivir en un país en el que las bandas del narcotráfico se…

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Lo que está pasando en México asusta, y asusta más a los colombianos, porque ellos saben cómo es vivir en un país en el que las bandas del narcotráfico se pelean por el poder dejando en el camino varias víctimas inocentes y aterrorizando a la población civil.

Ofende a los colombianos cuando hablan en México y fuera de él de la “colombianización”, pero eso es lo de menos, lo que este país suramericano desearía es que ninguno otro padezca lo que padeció Colombia.

El pan de cada día para los colombianos era el hallazgo de fiscales muertos con señales de tortura o con impactos tipo ejecución, la necesidad de jueces si rostro, el dolor de cabeza que provocaba “moralmente” la “des-certificación” de EEUU porque éste país consideraba que no se hacía lo suficiente contra el narcotráfico, pero sobretodo el pánico de que estallara un carro-bomba en un centro comercial o pleno centro de las ciudades.

Eso sin mencionar el tema de la extradición a EEUU, que dejó en el camino incluso a un candidato presidencial asesinado.Y no es que el narcotráfico haya cesado en Colombia, pero este país ya no podía con tantos muertos, si le sumaban los de la “guerra interna” contra paramilitares y guerrillas como las FARC, organizaciones ilegales sumidas también en el control de la droga.

México ahora repite esa secuencia. Tres cuerpos descuartizados en Zacatecas, 24 muertos con tiro de gracia a 30 kilómetros de la capital mexicana, siete muertos en un ataque a la poblaciones civil en Michocán, captura  de unos 175 distribuidores del cartel del Golfo en EEUU, decomiso de toneladas de drogas en embarcaciones, todo esto en una sola semana.

Es tan parecido, incluso, lo que pide ahora el presidente de México, Felipe Calderón, a lo que solicitaban varios mandatarios colombianos: “La cooperación internacional contra el crimen organizado”.

Los colombianos se reían con ironía cuando el presidente de turno decía: “Esto no quedará impune”. Ahora Calderón repite esa frase cuando este año van más de 3.000 muertos a causa del crimen organizado en México.

El ataque con granadas en Morelia durante la celebración del Grito de la Independencia del pasado 15 de septiembre "es reflejo de una situación límite", dijo indignado Calderón. Es un "acto imperdonable" que "no quedará impune".

Colombia siempre pidió y ha pedido el control del consumo. Ahí es donde ha fallado esa colaboración internacional, que ha centrado los esfuerzos en la fracasada política de erradicación y sustitución de cultivos.

El consumo, ahí es donde está la clave. Los colombianos ya lo aprendieron a la fuerza, y esperan que los mexicanos logren que los países consumidores, EEUU a la cabeza, dirijan sus esfuerzos a esa comunidad que paga lo que sea por drogarse.