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Argentina y Brasil lideran consumo drogas sintéticas

El consumo de estimulantes de tipo anfetamínico en Latinoamérica supera la media mundial, especialmente en Argentina y Brasil, que ocupan el primer y tercer…

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El consumo de estimulantes de tipo anfetamínico en Latinoamérica supera la media mundial, especialmente en Argentina y Brasil, que ocupan el primer y tercer puesto en el ránking de consumo internacional de drogas sintéticas, debido a un exceso de prescripción de medicamentos.

Esos datos, recogidos en un informe de la Oficina de la ONU para las Drogas y el Delito (ONUDD), remarcan que está creciendo en América Latina la producción ilegal de este tipo de drogas.

El informe de 2008 sobre estos estimulantes recuerda que en los periodos 2000-2002 y 2004-2006 el consumo de estimulantes sintéticos producidos legalmente pasó de siete dosis diarias (dds) por 1.000 habitantes hasta 11 dds.

Argentina, con 17 dds por cada 1.000 habitantes, y Brasil, con 10, ocupan el primer y el tercer lugar, respectivamente, en el listado mundial por volumen de consumo.

Unas cifras que, según el estudio, "suponen un preocupante patrón que indica un aumento del exceso de recetas, lo que ha sido relacionado en el pasado con un probable aumento del abuso de ATS ("sustancias de tipo anfetamínico", en sus siglas en inglés)".

El estudio de la ONU indica que los países latinoamericanos, que tradicionalmente han centrado la lucha antidroga en la cocaína, "no han percibido como una amenaza importante" la producción, consumo y tráfico de estos estimulantes.

Según la ONUDD, muchos de estos países "no son conscientes del problema con las ATS debido a informes incompletos y una general falta de percepción sobre la rapidez con la que pueden surgir mercados" de este tipo de sustancias.

Entre 2001 y 2006, cuatro laboratorios clandestinos de ATS fueron localizados en Sudamérica: uno de éxtasis en Argentina, uno de anfetaminas en Chile y dos de sustancias no definidas en Colombia.

Además, las autoridades peruanas han advertido del aumento de las importaciones de medicamentos contra el resfriado que contienen compuestos susceptibles de usarse en la producción de drogas, pese a que no han aumentado los casos de constipados en el país.

En el país andino, el consumo de éxtasis entre la población ha crecido significativamente, sobre todo en relación con el ocio.

Por su parte, Ecuador ha informado de que su territorio se ha convertido en zona de tráfico internacional de éxtasis, principalmente hacia EEUU.

Respecto al consumo, la población de entre 15 y 64 años de la región que tomó éxtasis al menos una vez en un periodo de 12 meses, subió del 0,1 por ciento en 2001 hasta el 0,3 por ciento en 2006.

En general, los expertos consultados por la ONU en Argentina, República Dominicana, El Salvador, Guatemala, Perú y Chile mostraron su preocupación sobre el aumento del consumo de ATS y éxtasis.

El informe destaca también el caso de México, del que indica que se ha convertido en el primer suministrador de metanfetamina de EEUU, pese a que las autoridades locales han endurecido los controles para limitar la importación de los precursores que se emplean para producir la droga.

Desde el 2004, esa droga está detrás del 16 por ciento de todos los casos de adicción admitidos en programas de desintoxicación en México, por encima de la heroína.

En términos globales, el documento de la ONU indica que las personas que consumieron este tipo de estimulantes al menos una vez en los últimos 12 meses supera a los que tomaron cocaína y heroína.

En total, la producción anual de este tipo de sustancias es de 500 toneladas y genera un negocio de 65.000 millones de dólares.

El informe destaca que, aunque en los países desarrollados se ha estabilizado su consumo, la situación ha empeorado en el Sudeste Asiático y Oriente Medio.

Desde Bangkok, donde presentó el estudio, el director de la ONUDD, Antonio Maria Costa, alertó del peligro de percibir este tipo de drogas como "inocuas".

Según el diplomático italiano, "mientras los consumidores experimentan un aumento de su confianza, sociabilidad y energía, pueden hacerse adictos y sufrir graves problemas mentales e incluso daño cerebral".

Paranoia, fallos renales y hemorragias internas son algunas de los efectos secundarios de unas drogas a las que Costa se refirió como "un tónico barato y a mano" para una época "competitiva y rápida".

Para luchar contra la expansión de esta droga, la ONU ha lanzado el programa "SMART", con el fin de mejorar el déficit de información y aumentar la capacidad de los gobiernos para frenar su consumo.