Tuve la dicha de pasar el Día de Roberto Clemente, en el nuevo estadio de los Nacionales de Washington, DC.

El estadio de la Capital estadounidense fue uno de sólo dos parques de Grandes Ligas en contar con la presencia de uno de los miembros de la familia Clemente ese día.Mientras que muchos fanáticos del béisbol le prestaron su atención a las festividades relacionadas a conmemorar el legado del Astro Boricua en la sede de los Rays de Tampa Bay, donde Roberto Clemente, hijo, estaba presente, Luis Roberto Clemente tomó parte en las ceremonias que marcó el 3 de septiembre en el parque de los Nacionales.

Luis Roberto fue el miembro de la familia Clemente que se involucró en los esfuerzos de la comunidad latina de Filadelfia en el 1996 y el 1997 para erigir la escultura de su padre en la entrada de la escuela Roberto Clemente cerca de la Avenida Erie y la Calle 2.

El recorrido a Washington fue grato para mi no sólo porque visité a un viejo amigo, sino porque también tuve la oportunidad de ver por primera vez al nuevo estadio de los Nacionales. El parque es muy bonito. Los arquitectos del edificio no intentaron edificar una estructura con aires de parques antiguos como se hizo en Filadelfia. Piedras grises y columnas de acero con muchos toques modernos predominaron en la construcción del parque de Washington. La pizarra gigantesca que domina el área detrás del outfield tiene una resolución estupenda. En el área más allá del jardín derecho hay un bar y un restaurante que no disimulan su apariencia. Luces de neón y otra pantalla circular están situadas encima del bar.

No critico a la casa de los Phillies. Dicho estadio me encanta, pero a la vez el nuevo estadio de Washington tiene sus aspectos agradables.

El vecindario en donde se encuentra el parque de Washington es uno en transición. Condominios, tiendas y sitios de entretenimiento se están construyendo a los alrededores del estadio. No es como la sede de los Phillies que se encuentra en el medio de un desierto de asfalto. Mientras que el parque de Filadelfia tiene más de 20.000 puestos de estacionamiento, el de Washington acomoda sólo 5.000 carros. En cinco años, el parque de los Nacionales estará en el medio de un vecindario repleto de actividades que podrá ser la envidia de locales similares en Baltimore y Boston.

No obstante el prospecto de un futuro placentero, el 2008 ha sido uno lleno de retos para los Nacionales. El equipo estaba en el sótano de su división y corría el riesgo de perder 100 juegos este año. El dueño del equipo se encontraba en medio de una pugna con la ciudad sobre el pago de algunos de los últimos gastos en la construcción del estadio.

Yo no fui el único turista de Filadelfia en pasearme por el estadio esa noche. Los Phillies era el equipo visitante y habían muchos de sus seguidores en las gradas.

Los Nacionales vencieron a los Phillies 9-7 esa noche para terminar ganándole a Filadelfia dos de los tres partidos de la serie. Las dos derrotas aumentaron la distancia entre los Mets y Filadelfia en la tabla de posiciones e hicieron que los Phillies se parezcan más y más a los Nacionales: un equipo feo que juega en un parque lindo.