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Anatomía de un crimen de odio

 Sólo cinco estados no tipifican la intimidación étnica como delito; en las leyes de PA, NJ y DE sí está incluido y ello agrava la condena, y a nivel federal…

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Crystal Dillman (izq.), prometida del inmigrante muerto Luis Eduardo Ramírez, en compañía de su hija Anjelina y de su hermana el día de la vigilia por la tolerancia.

Los cargos por intimidación étnica agravan la situación judicial que enfrentan dos jóvenes estudiantes acusados de la muerte a golpes del inmigrante mexicano Luis Eduardo Ramírez en Shenandoah, a dos horas de Filadelfia.

La Oficina Federal de Investigaciones (FBI) ya anunció que investigará el hecho, así como lo hará el Departamento de Justicia de EEUU.

Colin J. Walsh, de 17 años, y Brandon J. Piekarsky, de 16, enfrentan cargos por homicidio, y debido a que la Fiscalía del Distrito los acusó también de intimidación racial, estos estudiantes de Shenandoah, PA, serán procesados como adultos y por crimen agravado en segundo grado.

En el 2006 se reportaron en EEUU 9.652 casos de crímenes de odio, de los cuales 1.305 fueron incidentes motivados por odio étnico, el 62,8 por ciento de ellos contra hispanos, según el FBI, que indica en un reporte que la violencia contra hispanos ha subido el 7,8 por ciento desde el 2005. El documento precisa que el 58,5 por ciento de agresores eran blancos y el 20,6 por ciento afro-americanos.

En Nueva Jersey se reportaron 358 de los incidentes motivados por raza en el 2006 y 84 por origen étnico; en Pensilvania 62 por raza y 4 por origen étnico, y en Delaware fueron 29 y  5.

En una entrevista con AL DÍA, Crystal A. Dillman, la prometida de Ramírez, expresó que le preocupaba que los jóvenes fueran procesados como juveniles. Pero la Unidad de Inteligencia de la Policía en Pittsburg indicó que los juzgarán por el grado de la ofensa, y que la edad de los jóvenes no tiene gran importancia.

El FBI clasifica un crimen de odio como un hecho violento y parcializado hacia una persona de otra raza, religión, origen étnico, orientación sexual o incapacidad física.

Si un crimen fue motivado por las características de la víctima se puede procesar como un crimen de odio y se tiene que probar que el acto fue causado por el prejuicio del agresor para que enfrente una sentencia más grave.

El propósito de estas leyes es castigar con penas más severas los crímenes motivados por parcialidad en un esfuerzo para demostrar la gravedad de la violencia ocasionada por el odio.

La intimidación étnica aumenta la sentencia si se puede probar que el ataque fue con malas intenciones, dijo sobre el caso de Ramírez, el sargento Dennis Wilson, del Departamento de Justicia estatal.

“Como los jóvenes ya conocen sus cargos, tienen la oportunidad de fijar sus fianzas. Tendrán que presentarse ante el juez del distrito, donde el fiscal tendrá que presentar por lo menos el 40 por ciento de la evidencia que pruebe que son culpables y que lo hicieron con malas intenciones. Luego, el caso es procesado por la corte del condado, donde un juez fallará. Solo avanzará a la corte federal si los cargos son presentados por el FBI”, dijo.

“Mediante programas de diversidad y consciencia podemos prevenir disturbios raciales. Ofreceremos recursos de información y tolerancia para la comunidad. Si ellos lo solicitan, nosotros estaremos presentes para servir y ayudar aliviar la tensión racial que existe en el área”, dijo Wilson sobre medidas previstas para auxiliar a la comunidad de Shenandoah.

Explicó que en su experiencia trabajando para el estado, nunca había visto un incidente como éste. “Aunque fuera indocumentado, era humano y tenía el derecho a la vida”.

Aseguró que el caso ya está archivado como un crimen de odio en el Departamento de Justicia estatal.

Robert Nix, presidente de la Comisión de la Consejería para la Policía en Filadelfia, expresó su  frustración sobre el caso y lo vinculó con la ola anti-inmigrante que se vive en el país.

“Se me hace increíble que ciertas personas piensen que él no tenía derechos humanos. No importa el estatus legal de la víctima, nadie tiene el derecho de golpear otra persona hasta morir”, dijo Nix.

“Ahora, los políticos como Lou Barletta (alcalde de Hazleton), que usan retórica anti-inmigrante para avanzar su carrera, tienen que considerar que lo que dicen sobre inmigración incita actitudes negativas hacia latinos. Los jóvenes siguen el ejemplo de los líderes para saber cómo tratar a inmigrantes. Estas actitudes pueden debilitar comunidades”, declaró.

“Espero que en declarar que esto fue un crimen de odio no sea el último recurso. Hay un gran hueco en donde no conocen por qué estamos aquí  (inmigrantes) o de los problemas que enfrentamos. Por medio de la educación, tolerancia y familiarización hacia nuestra cultura se podrá unir las comunidades”, dijo Ángela Arboleda, directora de derechos civiles con el Consejo Nacional de La Raza, organización que promueve a través de una campaña nacional acabar con la retórica de odio.

La ley federal define los crímenes de odio cuando la víctima es "seleccionada debido a la raza real o percibida, el color, la religión, el origen nacional, la pertenencia étnica, el sexo, la inhabilidad física, o la orientación sexual de cualquier persona".

Insta a aumentar las penas para los crímenes de odio, pero en muchos estados, la tipificación de crimen de odio o intimidación étnica se aplica solamente a ciertas ofensas tales como asalto, maltrato y daño a bienes.

De los cincuenta estados, hay cinco que aún no han adoptado estas leyes que protegen a víctimas de intimidación étnica.

Arkansas, Georgia, Indiana, Carolina del Sur y Wyoming no han establecido códigos para tratar esta violación de derechos. Ello, pese a que, por ejemplo, en Laramie, Wyoming fue donde murió Matthew Shepard en 1998, cuando dos hombres lo mataron y lo dejaron atado a una barda en el campo porque era homosexual.

Esto causó que se incluyera a nivel federal la comunidad homosexual en el estatuto de crímenes de odio.  Sin embargo, en estados como Pensilvania, la semana pasada esta comunidad fue excluida por la Suprema Corte del Estado de la lista de crímenes de odio.

Los diez estados donde se han reportado más incidentes son California (597), Michigan (477), Nueva Jersey (358), Virginia (200), Ohio (184), Massachussets (167), Nueva York (145), Maryland (135), Texas (124) y Florida (114).

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