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Qué hacer con nuestras posesiones cuando nos mudamos

Aunque se trata de una decisión obvia para muchos, no siempre es fácil. Los dueños enfrentan la difícil decisión de seleccionar aquello que se llevarán a su…

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Con frecuencia, los ancianos, o incluso personas más jóvenes cuyos hijos se marchan del hogar (empty nesters), se dan cuenta que la casa es demasiado grande para ellos. Una vez que los hijos se van, una casa grande no sólo parece realmente vacía, sino que su mantenimiento se convierte en una tarea abrumadora. Como resultado, muchos ancianos y empty nesters deciden mudarse a otras viviendas más pequeñas, que se acomodan más a sus nuevos estilos de vida.

Aunque se trata de una decisión obvia para muchos, no siempre es fácil. Además de tomarle cariño a una casa, especialmente aquella donde crecieron sus hijos, los dueños de viviendas enfrentan súbitamente la difícil decisión de seleccionar aquello que se llevarán a su nueva casa, y lo que desecharán. Cuando deciden trasladarse a una casa más pequeña, hay que considerar el siguiente método con respecto a la repentina abundancia de posesiones en exceso:

  • Comience por los sitios que menos frecuenta. Muchos dueños de viviendas tienen habitaciones donde no permanecen demasiado tiempo. Las salas de estar son más para exhibirse que para disfrutar, por lo que constituyen un sitio idóneo para comenzar la selección de lo que se llevará y lo que dejará. Considere deshacerse de lo que no utiliza regularmente, y usó con propósitos de muestra. La eliminación del mobiliario excesivo contribuirá en gran medida a disminuir la carga a trasladar.
  • Otra área a considerar es el sótano. Con frecuencia, los sótanos están poblados por mesas de billar, de tenis de mesa, etc., adquiridas para entretenimiento de los hijos. Estos artículos no serán necesarios en la nueva casa, y es muy probable que no quepan de ninguna manera en la misma.
  • Participación de sus hijos en el proceso. Con frecuencia, los hijos quieren conservar cosas de su juventud cuya existencia ni siquiera conocen sus padres. Para evitar el desecho de algo que sus hijos podrían querer conservar, haga que los mismos participen en el proceso de selección. Si valoran realmente algo que usted decidió desechar, déselos, en vez de limitarse a venderlo o donarlo. En dependencia de la cantidad de hijos que tiene, podría resultar difícil determinar quién se llevará cada cosa. Por tanto, cree un sistema antes de comenzar la selección, y pídales a sus hijos que participen en la creación de dicho sistema.
  • Comience a tiempo. Comience la selección con la anticipación suficiente como para disfrutar el proceso. Si lo deja todo para último minuto, no disfrutará los numerosos recuerdos que guarda de su casa actual. Un comienzo con antelación le proporcionará el tiempo para determinar mejor qué posesiones valora, y aquellas que debe desechar.
  • Decida qué hacer con lo sobrante. Como ni sus hijos ni usted se quedarán con todo lo existente, habrá abundantes posesiones de las cuales deshacerse antes de mudarse a la casa más pequeña. Hay muchas maneras de deshacerse de cosas que no le interesa conservar. Las tiendas de segunda mano aceptan donaciones, y en dependencia de la época del año en la cual se mude, una venta de garaje podría ser también una opción viable.
  • Recuerde hacer sitio para los objetos que atesora especialmente. Si hay posesiones que valora genuinamente, pero piensa que no tendrían espacio suficiente en su nuevo hogar, haga lo posible por llevárselos de todos modos. Si es necesario, vuelva a revisar lo que se lleva, y reexamine si valen más la pena que otros objetos considerados por usted como indispensables.

 

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