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Editorial - Inmigrantes: Los Peores Criminales

El gobierno de Estados Unidos ha inyectado a cientos de extranjeros deportados con peligrosas drogas psicotrópicas, en contra de la voluntad de los deportados,…

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El gobierno de Estados Unidos ha inyectado a cientos de extranjeros
deportados con peligrosas drogas psicotrópicas, en contra de la
voluntad de los deportados, para mantenerlos sedados durante el viaje
de retorno a su país de origen.

                                    Editorial in English: Immigrants The Worst Criminals Ever

"Hay perros que reciben mejor cuidado en la perrera…(…). Usted no
puede tratar así a la gente.  Tiene que haber algún tipo de escrúpulo
moral", declaró Catherine Rouse, una enfermera que trabaja como
contratista para un centro de detención en Arizona.

"El gobierno de Estados Unidos ha inyectado a cientos de extranjeros
deportados con peligrosas drogas psicotrópicas, en contra de la
voluntad de los deportados, para mantenerlos sedados durante el viaje
de retorno a su país de origen…".

Estos y otros escalofriantes hallazgos resultaron de un reportaje
investigativo publicado esta semana por The Washington Post sobre la
negligencia en el cuidado médico de inmigrantes detenidos, que reveló
al menos 83 muertes documentadas, 20 más de las que reportó The New
York Times la semana pasada.

Es al menos difícil ignorar cuando dos íconos del periodismo
estadounidense denuncian abusos que desafían todo precepto moral y los
más fundamentales derechos humanos.  Existe buena razón para alarmarse,
sobre todo cuando resulta que la principal entidad gubernamental
responsable de estos sistemáticos excesos contra los inmigrantes, es el
buque insignia de la administración Bush: El Departamento de Seguridad
Nacional (Homeland Security).

Decenas de miles de inmigrantes están siendo arriados como animales
porque de alguna manera caen dentro del cada vez más amplio concepto de
inmigrantes "ilegales".  El brazo policial del Departamento de
Seguridad Nacional, ICE, se enorgullece de mantener detenidas una media
de 33.000 personas en un día promedio, el doble de la población
penitenciaria total de países como Ecuador.

Los registros disponibles muestran que la más común causa de muerte de
inmigrantes detenidos es el "suicidio".  Una de las razones es que
ahora la División de Servicios de Salud de Inmigración (DIHS), cuya
misión es la de mantener a los detenidos en "buenas condiciones físicas
para ser deportados", tiene que manejar gran cantidad de enfermos
mentales —con tendencias suicidas— a quienes las autoridades han estado
expulsando de hospitales psiquiátricos y de prisiones estatales.
¿Acaso mencionamos que el concepto de inmigrante "ilegal" es cada vez
más amplio?  Además de no contar con visa, o quedarse más del tiempo
establecido, haber cometido alguna infracción menor en los pasados 10 o
20 años, haber sido residentes legales a quienes se les negó la
solicitud de nacionalización, ahora el concepto incluye: Sufrir alguna
enfermedad mental.

Fuera de invadir Irak, combatir la denominada "inmigración ilegal" se
ha convertido en el sello distintivo de esta "guerra contra el
terror".  Asesinos convictos tienen mejor atención médica y derechos
legales que los temibles inmigrantes "ilegales".

En la historia de este país esta es la mayor redada de inmigrantes
desde la II Guerra Mundial cuando cerca de 100.000 japoneses residentes
en Estados Unidos fueron encerrados en campos de concentración.

No es cosa extraña esta tendencia de "encerrar" a cualquier enemigo
real o potencial, como es el caso ahora de los inmigrantes.  Después de
todo esta nación orgullosamente mantiene la mayor población
penitenciaria del mundo, de hecho un total de 2,3 millones de presos. 
Con menos del 5% de la población nuestra nación mantiene el 25% de la
población penitenciaria del mundo.

Ahora esas cifras subirán desmesuradamente y con buena razón: Ahora toca lidiar con los "inmigrantes", los peores criminales.