Un pacto inesperado
El Presidente Donald Trump y los líderes demócratas en el Congreso parecen haber llegado a un acuerdo para apoyar a los jóvenes inmigrantes indocumentados, un…
Cuando de ceder se trata, el presidente Trump no es precisamente el mejor ejemplo. Es por ello que cuando el líder de la minoría demócrata en el Congreso, Chuck Schumer y la representante Nancy Pelosi anunciaron haber llegado a un acuerdo con el presidente para proteger a los Dreamers, el país quedó con la boca abierta, en especial los integrantes el Partido Republicano.
Según una fuente cercana a la reunión, Trump habría accedido a apoyar la Dream Act – un proyecto de ley bipartidista que proveerá el camino para la residencia permanente a inmigrantes indocumentados traídos al país de manera ilegal por sus padres – a cambio de un modelo de seguridad fronteriza que no incluirá el deseado muro, según reportó The Guardian.
Pero abordar un consenso de este calibre no es fácil para Trump. A pesar de las declaraciones de los representantes demócratas, el presidente negó haber llegado a un acuerdo, asegurando que “se necesitará acceder a una seguridad fronteriza masiva a cambio”.
Posteriormente, convino en apoyar a los jóvenes inmigrantes a través de su cuenta en Twitter, diciendo que “¿Realmente alguien quiere echar a jóvenes buenos, educados y exitosos, que tienen trabajo y que sirven en el ejército? Ellos han estado en nuestro país por muchos años sin ser culpables de ello”.
Por su parte, Schumer y Pelosi emitieron una declaración conjunta en la que aseguraron haber tenido una “reunión productiva” con el presidente, enfocada en DACA, y que pretende intercambiar la puesta en vigencia de protecciones a los Dreamers a cambio de un paquete de seguridad fronteriza que no incluirá el muro, a pesar de que el presidente pueda seguir con ese proyecto de manera independiente.
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Para el Partido Republicano, este movimiento estratégico demócrata podría resultar amenazante. A pesar de contar con la mayoría en el órgano legislador, los republicanos han fallado en responder efectivamente a las exigencias del presidente, a causa en parte de sus desencuentros internos.
Así, el hecho de que el presidente haya sido quien invitara a los demócratas a una cena en Washington, implicaría su disponibilidad a encontrar vías alternas para cumplir sus promesas de campaña.
Para Steve King, uno de los congresistas más radicales contra la inmigración, el resultado de la reunión entre el presidente y los demócratas implica la “destrucción” de la base de Trump, quien habría perdido “toda credibilidad”.
Algunos demócratas comparten esta opinión, como es el caso de Neil Sroka, director de comunicaciones del comité de acción política y progresista Democracy for América, quien declaró que “confiar en este narcisista en la Casa Blanca, quien hace tan sólo semanas titubeaba ante la supremacía blanca, implica un gran riesgo para los demócratas”.
Pero para los Demócratas, el riesgo real está en que la mayoría republicana apoye una propuesta derivada de una reunión con el Presidente y la minoría demócrata, lo que podría ser visto como una traición al sentimiento de superioridad republicana que ha rodeado esta presidencia. Al final del día, gran parte de la decisión estará en manos del líder de la mayoría en el Congreso, el Senador de Kentucky Mitch McConnell y el orador Paul D. Ryan, quienes deberán escoger entre llegar a acuerdos que favorezcan a más de 800.000 jóvenes o quemar puentes desde la soberbia.
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