La Administración Trump no tiene reparos en mantenerse en su línea aislacionista, resumida en su eslogan America First.

Después de retirar a EEUU de la UNESCO, de los acuerdos de París sobre el cambio climático, el presidente Trump ha decidido ahora que EE.UU tampoco seguirá formando parte del plan mundial de Naciones Unidas sobre refugiados e inmigrantes. 

Según el presidente, la participación en el plan de refugiados "interfiere con la soberanía estadounidense y va en contra de las políticas de inmigración de Estados Unidos".

La decisión fue anunciada este sábado por la embajadora de EE.UU ante la ONU, Nikki Haley, horas antes de la inauguración de la conferencia mundial de la ONU sobre migración,que empieza este lunes en Puerto Vallarta, México.

En 2016 - en plena crisis de los refugiados de Oriente Medio huyendo a Europa -  los 193 miembros de la asamblea general de la ONU adoptaron por unanimidad una declaración política no vinculante para mejorar los derechos de refugiados y migrantes, en lo que se denominó la Declaración de Nueva York. En ella se comprometían a defender los derechos de los refugiados, ayudarlos a reasentarse y garantizarles el acceso a la educación y el empleo. La iniciativa contó con el respaldo del expresidente Barack Obama. 

La ONU tiene como objetivo para 2018 publicar un pacto sobre los derechos de refugiados y migrantes, teniendo en cuenta que en la actualidad hay 60 millones de personas desplazadas en todo el mundo, según la organización.

El anuncio de la Administración Trump "supone un importante golpe, aunque más moral que práctico, puesto que la ONU no se planteó en ningún momento el control de las políticas migratorias nacionales", reporta el diario español La Vanguardia.

El diario El País critica que Trump, un presidente que ha hecho suyo el discurso contra los inmigrantes y promete construir un muro en la frontera con México, "continua con este golpe a las políticas migratorias coordinadas su camino hacia el aislacionismo geopolítico.