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Donavin Caminero, un ejemplo de cómo el apoyo y la mentoría pueden encaminar la juventud en condiciones adversas. Foto por Steven M. Falk. Cortesía de Philly.com

Una súplica por la juventud suburbana

La columnista Helen Ubiñas señala en su texto las vastas diferencias entre dos niños de 14 años.

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Un vasto abismo separa las realidades reflejadas en la más reciente columna de Helen Ubiñas. En un conmovedor relato, la columnista cuenta las historias de dos jóvenes de 14 años criados bajo difíciles condiciones económicas y sociales en las afueras de Filadelfia.
Donavin Caminero, previamente un joven de conducta problemática, caminaba hacia casa junto a su madre, Jennifer Martínez; y su mentor, el abogado Daniel La Luz, tras asistir a su primer partido de los Sixers el pasado 29 de marzo. Sonaba como un día genial.
La misma noche, otro niño de 14 años fue asesinado a balazos y murió desangrado en las calles de West Philly.
“No sé qué ilustra mejor que este caso lo que está en juego para los niños de Filadelfia. Una noche. Dos jóvenes de 14 años. Y la filosa y delgada línea entre un joven que puede actuar como un niño y otro que es abaleado en una calle de la ciudad”, escribe Ubiñas.
El relato de Caminero tal vez hubiese terminado de forma distinta de no haber sido por el sistema de apoyo que se activó a su alrededor luego de que su madre —quien estuvo convicta por cargos relacionados a las drogas— se uniera al programa de Supervisión para Ayuda hacia la Reinserción (STAR, por sus siglas en inglés).
En el corazón de la nota de Ubiñas está la urgencia con la cual la sociedad debe tomar un rol activo en ofrecer mentoría, guía y apoyo a los jóvenes que, enfrentados con condiciones adversas, fácilmente podrían desviarse.
“Hablen con ese jóven que está al borde, hablen con el tonto de la esquina, muéstrenles que nos importa lo que les suceda, que queremos que sean niños, que vayan a la escuela o que puedan disfrutar de un partido. No que peleen por sus vidas en nuestras calles,” pidió.