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Billy Graham's funeral took place in Charlotte, N.C., on March 2nd. 
Varias personas portan el féretro del evangelista Billy Graham, durante el funeral celebrado en Charlotte, EE.UU., el pasado 2 de marzo del 2018. EFE

[OP-ED] Una memoria local sobre Billy Graham

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Recientemente, tuve la privilegiada oportunidad de ser uno de los 2.300 invitados a asistir al funeral de Billy Graham en Charlotte, N.C. Acudió gente de todo el mundo, de diferentes orígenes y confesiones,  así como un buen número de miembros de campañas evangelísticas. Había asiáticos, blancos, negros y latinos. Yo llegué a las 7:30 a.m. para atender el servicio de las 12 p.m., teniendo en cuenta los muchos controles de seguridad que me encontraría, y que estaba prevista la asistencia del presidente y el vicepresidente de los Estados Unidos. Acudieron reinas y reyes de países extranjeros, y también embajadores y antiguos funcionarios de gobierno.

Mientras caminaba alrededor de la carpa, intentando evitar el viento y el frío, mantuve algunas conversaciones con algunos de los invitados. No pude encontrar a nadie más de Filadelfia mientras observaba el bonito terreno y la Biblioteca donde Billy sería enterrado junto a su esposa, Ruth, que falleció diez años antes que él. Los dos principales miembros de su campaña también están enterrados en este lugar. Cliff Barrows, director del coro, y George Beverly Shea, el extraordinario barítono que cantaba en cada campaña antes de que hablase Billy.

William Franklin “Billy” Graham Jr. nació el 7 de noviembre de 1918 en una granja de vacas cerca del lugar del entierro. Billy Graham llegó a predicar delante de casi 215 millones de personas de los seis continentes, empezando por Los Ángeles en 1949.

En 1992, Billy dio su última campaña en Filadelfia, donde en ese momento el reverendo Bill Moore y yo copresidíamos la Campaña. Con un comité formado predominantemente por ministros negros, fue la campaña más diversa de la carrera de Billy. Más de 250,000 personas atendieron este acontecimiento de 5 días celebrado en el Veteran Stadium, en el sur de Filadelfia.

Billy sirvió de guía para muchos presidentes pero, en mi caso, la Campaña de 1992 en Filadelfia representó un pico en mi vida espiritual y en mi relación con más de 500 iglesias de diferentes tipos y denominaciones unidas por objetivos comunes.

La asistencia al funeral fue limitada a la familia. Jean,la hermana superviviente de Billy, explicó que Ruth, cuando vivía en China, con 13 años. escribió un poema sobre su marido ideal: “Permita que sea como usted (Jesús)”. Las palabras de Virginia, su hermana mayor, sonaron como si Billy predicara la Bíblia con el énfasis de la segunda llegada de Jesús.

Anne, la siguiente más joven, habló de su divorcio, de su segundo matrimonio con la persona equivocada y su transformación en madre soltera, aunque su padre nunca la juzgó, sino que esperó a que regresara a casa, para mostrarle lo que representaba Dios. Ruth, la hija más pequeña, y el Rev. Nelson Graham, el más pequeño de sus hijos, hicieron énfasis en que Billy nunca expresaba su opinión, sino la palabra de Dios, y que el amor, la fe,sus habilidades y capacidad para enseñar fueron lo que Billy representaba para toda la familia.

El hijo mayor, Franklin, heredero de la Asociación Evangelista Billy Graham, predicó un sermón convencido de que sería el que hubiera predicado su padre en su funeral. Puso énfasis en que Billy era siempre la misma persona en público y en privado. El objetivo de Billy por encima de todo era llegar al cielo y que los demás se unieran a él en este viaje. Billy dijo: “algún día leerán o escucharán que Billy Graham ha muerto. ¡No se crean ninguna palabra! Estaré más vivo de lo que estoy ahora… Estaré junto a la presencia de Dios. Solo habré cambiado mi dirección”.

Tuve el privilegio de empezar a escuchar a Billy con 15 años en la radio WABC de Nueva York. Su voz aparecía los domingos, antes del programa de deportes de Howard Cosell. Más adelante pude caminar y trabajar con él en Filadelfia y en otras campañas. En mi autobiografía, que saldrá publicada el próximo septiembre, hablo de mi experiencia personal con Billy y de la Campaña que tuvo lugar en Filadelfia en 1992. Billy será añorado en América y en todo el mundo, como pudo constatarse en su maravilloso e inspirador funeral. Gracias Billy por permitirme ser uno de los pocos que caminó junto a ti en vida y logró ver el final.

 

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