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Fotografía facilitada por Acción Contra el Hambre del campamento de Ghazi III, localizado en las afueras de la ciudad de Zahle, en el valle oriental de la Bekaa, donde los refugiados sirios viven en condiciones deplorables y la ayuda les da para…

Los refugiados podrían ser la solución en un mundo con cientos de lugares vacíos

Desde Latinoamérica hasta China, por unas razones u otras, espacios listos para llenarse de vida permanecen desocupados

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Según el mapa del mundo, los países más densamente poblados son China, India, Alemania, Inglaterra y Nigeria. 

Las zonas más vacías son las cercanas al Polo Norte, como Canadá o Rusia, Oceanía, África Central y Sudamérica. En esta región habitan 390 millones de personas, mientras en Estados Unidos, casi la misma cantidad de gente ocupa la mitad de espacio. Aún así, el país sigue estando en la parte baja de la tabla de población. 

Con un crecimiento anual de la población en el mundo del 1,18% (eso son 37 millones de personas más al año) muchas son las especulaciones sobre nuevos sitios en los que vivir. Desde Marte hasta realidades mucho más factibles: los lugares vacíos que ya existen en nuestro planeta. 

Mientras la población se concentra cada vez más en las ciudades, ¿qué ocurre con el territorio rural? ¿Cómo se frena el abandono de miles de pueblos y municipios pequeños en los que todavía hay gente que quiere vivir pero los servicios no son rentables para poblaciones pequeñas? ¿Qué les sucede a las cientos de infraestructuras vacías y a la vez listas para llenarse de vida? En un mundo tan grande, donde la mayoría de los países hacen gala del discurso racista, los refugiados pueden ser la solución. 

El 47% de la superficie de Estados Unidos está vacía. La afirmación no hace justicia a la realidad porque la mayor parte de ese territorio corresponde a Alaska, pero de todas maneras, 4,87 millones de census blocks están vacíos. Un caso llamativo es el de Monowi, un pueblo de Nebraska, con una sola habitante. 

Elsie Eileres la alcaldesa de Monowi, además de la dueña del único bar y la encargada de la biblioteca. Se otorga a sí misma la licencia para vender alcohol y se recauda los impuestos. No quiere dejar un pueblo en el que en 1930 vivían 150 habitantes, que lo abandonaron cuando el ferrocarril dejó de pasar por allí. La llegada de migrantes que revivan el espíritu de un lugar donde el bar se jacta de ofrecer “la cerveza más fría del pueblo” serviría a más de un objetivo: hacer feliz a Elsie, que no quiere cerrar la historia de Monowi y repoblar un entorno rural cada vez más abandonado en Estados Unidos. 

Elsie Eiler es la alcaldesa de Monowi, además de la dueña del único bar y la encargada de la biblioteca. Se otorga a sí misma la licencia para vender alcohol y se recauda los impuestos. kikn.com

 

Incluso en los países más densos del planeta, como Japón, quedan lugares vacíos. Es más, lugares que en su momento tuvieron la mayor densidad de población del mundo. La isla de Hashima, en Japón, se llenó de trabajadores que buscaban futuro en las minas de carbón descubiertas en 1810 y que adquirió la conocida marca Mitsubishi. Pero en 1974 ya no quedaba nada y los habitantes de la isla la abandonaron tal y como estaba. 

El paisaje es hoy en día desolador, tanto que los japoneses la conocen como “la isla fantasma”. Pero un panorama afectado sólo por el clima bien podría reconvertirse en una nueva oportunidad para los miles de refugiados que huyen de conflictos como el de Siria, en el que podrían encontrar nuevas oportunidades. 5.300 personas llegaron a vivir en ella y contaban con hospitales, escuelas y comercios que funcionaban a pleno rendimiento. 

Desde el turismo a la reforestación, las oportunidades de negocio son infinitas. La isla es Patrimonio de la Humanidad desde 2015 y aparece en varias películas como la última de James Bond, Skyfall. En las minas de Hashima se explotó durante años a trabajadores coreanos y chinos. La propia Mitsubishi inició procesos de compensación a estos obreros y colocó una placa conmemorativa en uno de los edificios donde vivían. Zhang Shan, vicepresidente de una de las asociaciones chinas contra el trabajo forzado declaró a AFP que el título que le daba la Unesco al lugar suponía para las víctimas “una profanación”. Para reparar esa afrenta, Hashima podría reconvertirse en un sitio para honrar la memoria de estos trabajadores, además de servir a su conservación.

En China se aglutinan decenas de ciudades vacías. No se trata de lugares abandonados, si no en construcción. El gobierno nipón planifica nuevas ciudades y no abre la posibilidad de que sean habitadas hasta que no están terminadas. En ese proceso, que dura entre 10 y 15 años, los planes pueden cambiar y algunas metrópolis se pueden convertir en “fallos” y ser desechadas. Ciudades con todas sus infraestructuras listas para estrenar, desde hospitales y colegios hasta la red eléctrica o las conexiones por carretera. 

 

mapsbynik.com
 

Pudong, uno de los distritos de Shanghái, se construyó en los años 90 y permaneció semivacío más de 10 años, como asegura Wade Sheppard, autor del libro “Ghost cities of China”. Entre los 5 millones de personas que viven en él hoy podría haber cientos de refugiados ayudando a convertir los sueños urbanísticos de China en realidad más rápido. También para llenar los cientos de edificios vacíos que la forma de planificar la construcción deja por el camino. El stock de casas vacías ha crecido un 190% en los últimos años según un estudio elaborado por investigadores de la Universidad de Pekín y el laboratorio de Big Data de Baidu, el mayor buscador del país.

Y hablando de fantasmas, muchos lugares en el mundo están vacíos porque se cree que están encantados o malditos. Es el caso del Salto de Tequendama, en Colombia. Su directora, María Victoria Blanco, se quejaba hace unos días en la revista Semana de que los medios de comunicación alimenten una fantasía que llena el lugar de turistas de lo paranormal. Estos han llegado a provocar incendios en un entorno natural que busca nuevas salidas profesionales en la biodiversidad y la cultura. Oportunidades que muchos migrantes en busca de un lugar donde desarrollarse podrían contribuir a llevar a cabo. 

Aunque hay lugares del mundo en los que sería difícil imaginar la repoblación, como Siberia o Groenlandia, en otros el vacío responde a ese éxodo rural por el que miles de familias se mudaron buscando oportunidades laborales a las ciudades. Es el caso de la provincia de Guadalajara, en España, conocida como la Siberia española. A las casas de estos pueblos el pan llega en furgonetas porque ya no hay tiendas y un autobús recoge a los dos o tres niños que aún viven en ellos para llevarlos al colegio de la ciudad más próxima. Por cada milla cuadrada viven 0,6 habitantes, aún menos que en esa región de Rusia, donde llegan a 1,15. 

El Franquismo se llevó a los vecinos de estos pueblos a las fábricas de una España en plena extensión, dejando un campo pobre y con poca tecnología allá por la década de los 50. Pero hoy en día las dehesas reviven gracias al turismo rural o la agricultura ecológica, aunque les sigue faltando gente. Según el Instituto Nacional de Estadística, España tiende al envejecimiento y la pérdida de población, por lo que le llegada de migrantes traería nueva vida a un paisaje desolado. 

Quizá poner una foto de estas ciudades vacías junto a otra de los atestados campos de refugiados en Líbano o Kenia nos ayudaría a resolver esta absurda ilógica que rige el mundo.