El ex presidente argentino Néstor
Kirchner cerró hoy la campaña virtual de "Gran Cuñado" con una
intervención telefónica en esta sátira televisa que ha batido
récords de audiencia parodiando a los políticos y que, según algunos
analistas, ha contribuido a mejorar su imagen.

Los rumores sobre la participación de Kirchner en el "reality
show" fueron alimentados por el conductor de "Gran Cuñado", Marcelo
Tinelli, que finalmente lanzó una invitación abierta al
ex-presidente (2003-2007) para que acudiera al programa coincidiendo
con el cierre de la campaña electoral de los comicios legislativos
del próximo domingo.

Hasta el último momento se mantuvo la incógnita sobre la
presencia de Kirchner, que optó por una salida precavida en vísperas
de las elecciones: intervino por teléfono y se comprometió a cerrar
una cita en directo en el futuro.

En la casa de "Gran Cuñado", una parodia de "Gran Hermano",
conviven los "clones" de la presidenta argentina, Cristina
Fernández, de Kirchner, del jefe de Gabinete, Sergio Massa, y de sus
principales rivales políticos, el peronista disidente Francisco de
Narváez, y el alcalde de Buenos Aires, el conservador Mauricio
Macri, entre otros.

Por el programa han desfilado ya Massa, De Narváez, Macri y el
gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, segundo
en la candidatura oficialista al Parlamento que encabeza Kirchner.

Aunque algunos han pasado por momentos auténticamente difíciles
en el programa, como Macri -que se disfrazó con una capa de
terciopelo rojo para acompañar a su "doble" en la interpretación de
un popurrí de temas del grupo "Queen"-, casi todos han mejorado su
imagen en las encuestas tras su paso por "Gran Cuñado".

Precisamente Macri fue el ganador de una edición anterior de
"Gran Cuñado" y terminó ganando también en las urnas, todo lo
contrario de lo que le ocurrió al ex presidente Fernando de la Rúa
en 2001, quien quedó ridiculizado en el programa y terminó con una
precipitada retirada del poder en pleno crack económico y social.

En esta ocasión, la invitación a Kirchner había generado, según
medios locales, un intenso debate en el círculo más cercano al
ex-presidente entre los partidarios de su participación y quienes
consideraban que podía suponer un riesgo para su imagen.

Tinelli, que ha conducido durante 20 años el espacio "ShowMatch"
en el que se incluye "Gran Cuñado", supo mantener la tensión hasta
el último minuto.

Acompañado de Freddy Villarreal, el humorista que encarna a
Kirchner en "Gran Cuñado", Tinelli salió dos veces a las puertas del
estudio a esperar la llegada de su invitado para toparse con
patrulleros de la policía y hasta un coche de bomberos y mantener la
incógnita y los suculentos ingresos por publicidad del programa.

"¿Qué te pasa Néstor, estoy nervioso?" repetía Villarreal
parodiando al ex presidente, que ha hecho popular la frase "¿Qué te
pasa, estás nervioso?" durante la campaña, hasta el punto de que se
ha convertido ya en una muletilla coloquial entre los argentinos.

Al filo de la medianoche se confirmó que el ex presidente no
acudiría y empezaron las llamadas telefónicas a la residencia
presidencial de Olivos.

"Qué te pasa Marcelo, son las doce de la noche", respondió
Kirchner cuando tomó el teléfono.

El ex presidente, que no dio una sola rueda de prensa durante su
mandato y presume de no conceder entrevistas, mostró su lado más
humano y secundó los irónicos comentarios de su "doble".

"Marcelo, qué te pasa. Estoy 'doblando boletas' (papeletas de
voto), mandámelo a Freddy que me ayude, mandámelo acá, que venga a
trabajar un poco conmigo", comentó.

"Vamos a ganar", afirmó el ex presidente, que disculpó su
participación en el programa por el cansancio de la campaña
electoral que concluyó hoy.

"No es buena hora para llamar, pero de corazón les mando un
saludo. Me gustaría estar en vivo en su momento, debatir, discutir,
hablar y les hago llegar un saludo a todos de la presidenta (...)
Espero que me reciba de vuelta en el dormitorio", bromeó.

De la casa del "Gran Cuñado" fue expulsado hoy el ex gobernador
Felipe Solá, compañero de Narváez y Macri en la coalición Unión-Pro.

Con una audiencia superior a los 5 millones de argentinos, la
influencia del programa es tal que la dirigente opositora Elisa
Carrió, la primera expulsada del "reality", pidió a los electores
que "no voten mirando Gran Cuñado".

Al contrario que en ediciones anteriores, esta vez el ganador de
las elecciones se conocerá antes que el triunfador de "Gran Cuñado"
porque el programa se mantendrá una semana más en antena.