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Falla de computador pudo causar tragedia aérea

Falla de computador pudo causar tragedia aérea

Cajas negras no garantizan saber las causas del accidente de Air France (actualizada 5:50 p.m.)

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El accidente del avión de Air France que cayó al océano Atlántico con 228 personas a bordo puede haber sido causado por una falla en el computador principal del Airbus A330-200, dijo hoy un especialista estadounidense a una radio brasileña.

Según Hans Weber, miembro del Comité de Seguridad de Aeronaves de la Agencia Federal de Aviación de Estados Unidos, la turbulencia que encontró el avión el domingo por la noche en medio del Atlántico cuando volaba entre Río de Janeiro y París no es, por sí sola, la causa del accidente.

"El avión estaba en el aire enfrentando una turbulencia, pero el avión en sí es proyectado para soportar las peores turbulencias posibles. Ocurrió otro problema", declaró Weber a la radio BandNews FM.

En opinión del especialista, debe haber ocurrido una falla grave en el computador que, combinado con la turbulencia, llevó a la caída del aparato, que llevaba 216 pasajeros y 12 tripulantes.

"El computador de la aeronave no respondió correctamente a determinada señal de emergencia. El computador disparó automáticamente una respuesta equivocada a un pedido del piloto", anotó.

Para Weber, es probable que una falla del computador, combinada con la fuerte turbulencia hayan causado la tragedia, pues "siempre o casi siempre son varios los factores que contribuyen para un accidente".

El especialista considera que el piloto, que estaba ocupado con la turbulencia, puede haber perdido el control de la aeronave por la posible falla del computador y no haya conseguido recuperarlo.

La Fuerza Aérea Brasileña, que el martes divisó los primeros restos del avión en el Atlántico, indicó que el último contacto del aparato con los controladores en tierra se produjo el domingo a las 22.33 hora local (01.33 GMT).

Posteriormente la aeronave envió un mensaje automático para la compañía "informando problemas técnicos (pérdida de presurización y falla en el sistema eléctrico)".

Según Weber, "puede ser que la falla haya sido tan grande al punto de que el piloto no haya conseguido retomar el control del avión".

El especialista también anotó la posibilidad de que el Airbus haya sufrido un problema eléctrico, pero considera que "sólo eso no sería problema porque hay muchos equipos reserva" y aparatos de ese tipo están dotados con tres circuitos centrales independientes que pueden ser usados en cualquier momento.

Por otro lado, los investigadores franceses advirtieron hoy de que será difícil encontrar las cajas negras y que, incluso en caso de ser halladas, tampoco está garantizado que se pueda determinar qué ocurrió.

El director del Organismo de Investigación y Análisis (BEA), Paul-Louis Arslanian, precisó que las cajas negras de un avión "no son la única herramienta" para determinar las causas de un siniestro y que "a veces no aportan nada".

"No soy muy optimista" sobre la posibilidad de dar con las cajas negras debido a la profundidad del océano en la zona en la que se busca la aeronave (varios miles de metros) y a la accidentada orografía del fondo marino, con estribaciones montañosas, indicó Arslanian.

Avanzó que "al menos por ahora es una investigación muy difícil", y recordó que las cajas negras están concebidas para emitir, durante 40 días, señales que pueden detectarse a un kilómetro de distancia.

Eso significa que, para poder encontrarlas, primero habría que circunscribir de forma mucho más precisa el área de búsqueda.

Arslanian subrayó que la investigación "no ha hecho más que empezar" por lo que no se puede hablar en absoluto de las causas de esta "catástrofe" que calificó de "la peor" en la historia de la aviación de Francia.

Se negó a confirmar o desmentir una tras otra las hipótesis que los periodistas le plantearon, aunque dio algunas pistas sobre los hechos o su contexto. Así precisó: "por ahora ningún elemento permite pensar que el avión tenía algún problema" cuando despegó de Río de Janeiro.

También indicó que los pilotos mantuvieron el último contacto con el control aéreo brasileño una "media hora" antes del momento en que pudo producirse el siniestro. Fueron tres minutos de intercambio durante los que la tripulación daba cuenta de su entrada en una zona de "turbulencias".

No hubo en esa comunicación ninguna precisión sobre la naturaleza de esas turbulencias ni sobre si había rayos. Desde el mismo lunes Air France apuntó como posible causa del accidente el impacto de un rayo, una hipótesis que el director del BEA no quiso ni desmentir ni confirmar.

"Era una situación tormentosa" y sobre eso no hay dudas -insistió-, como lo han confirmado los mapas del tiempo y los otros aviones que realizaron ese mismo día otras rutas por esa zona del Atlántico

Puntualizó que "el avión estaba en la ruta que siguen todos los aviones" que hacen la ruta Río de Janeiro-París, que se mueven "en una banda de unos kilómetros" en función de cómo tratan de evitar las columnas de nubes que causan las turbulencias.

El BEA, que pretende publicar un primer informe a finales de mes, es responsable de la conocida como la "investigación de seguridad" -destinada a evitar que algún fallo o algún problema pueda repetirse en el futuro- porque la aeronave tenía matrícula francesa y cayó en aguas internacionales del Atlántico.

Arslanian declaró que su trabajo se realizará de forma "independiente" y que desde el pasado lunes su organismo envió dos expertos a Brasil.

Se ha constituido cuatro equipos: uno encargado de la búsqueda de restos del avión en el mar, otro de trabajar sobre los datos del historial y del mantenimiento de la aeronave, una tercera sobre cómo la explotaba Air France y la última sobre sus sistemas y sus equipos.

Preguntado sobre la colaboración con los investigadores brasileños, el director del organismo francés dependiente del departamento de Transportes respondió: "todos somos solidarios y cada uno lo hace lo mejor posible".