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David Hogg, un sobreviviente del tiroteo en la escuela en Marjory Stoneman Douglas High School, habla en el March For Our Lives en Washington, DC, EE.UU., el 24 de marzo de 2018.EFE/EPA/JIM LO SCALZO
David Hogg, un sobreviviente del tiroteo en la escuela en Marjory Stoneman Douglas High School, habla en el March For Our Lives en Washington, DC, EE.UU., el 24 de marzo de 2018.EFE/EPA/JIM LO SCALZO

Esto es lo que pasa cuando te metes con David Hogg

Después de ser atacado públicamente por la conductora de Fox News, Laura Ingraham, el sobreviviente de la tragedia de Parkland, David Hogg, ha demostrado…

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Desde el 14 de febrero, un grupo de estudiantes ha salido al escenario para contestar a la maquinaria política que ha amparado la normalización de los tiroteos masivos.

Cameron Kasky, Emma Gonzalez y David Hogg son tres de los nombres más conocidos de este grupo de estudiantes que ha encabezado una revolución juvenil por el control de armas y, en sus propias palabras, “para salvar vidas”.

Desde entonces, estos sobrevivientes han sido víctimas del ataque de grupos conservadores y de defensores de la Segunda Enmienda, incluyendo organizaciones como la National Rifle Association y la cadena de noticias Fox News.

El último episodio de estos ataques se presenció a través de Twitter el pasado miércoles cuando la presentadora de noticias de Fox News, Laura Ingraham, compartió un artículo de The Daily Wire y se mofó de que el joven de 17 años fuera rechazado por cuatro universidades a pesar de su récord estudiantil.

Las retaliaciones no tardaron en surgir y la comentadora se vio bajo una ráfaga de criticas por “cyberbullying”, y por su falta de objetividad.

Personajes como David Corn (Mother Jones), Joy Reid, y todo el grupo de estudiantes de Parkland recurrieron a la red social para criticar el ataque de Ingraham.

Pero fue el mismo David Hogg quien sorprendió nuevamente recurriendo a su nueva posición como figura pública y a su capacidad de convocatoria para solicitar a sus seguidores a que se sumaran a una campaña para exigir a los patrocinadores del programa de Ingraham a que retiraran su apoyo a la presentadora.

Según reportó Vox, la respuesta fue inmediata y compañías como Expedia, Hulu, Johnson&Johnson, Nestle, Nutrish Stitch Fix, TripAdvisor y Wayfair procedieron a abandonar a Ingraham.

Asimismo, portales como Media Matters se sumaron a la campaña haciendo pública la lista entera de patrocinadores del programa.

“Como compañía, apoyamos el diálogo abierto y el debate en asuntos”, dijo la directora de relaciones públicas de Wayfair, Jane Carpenter, a CNBC. Sin embargo, la decisión de un adulto de criticar personalmente a un estudiante de bachillerato que ha perdido a sus compañeros de clase en una inefable tragedia no es congruente con nuestros valores”.

Asimismo, la plataforma Hulu escribió en Twitter que “nos gustaría confirmar que no seguiremos promocionándonos en el show de Laura Ingraham y estamos monitoreando todas las ubicaciones de nuestras publicidades con cuidado”.

El éxito de la campaña de Hogg no sólo demostró el alcance de esta nueva generación y su sorprendente manejo de las redes, sino que puso a Ingraham contra las cuerdas, por lo que recurrió nuevamente a la red social para disculparse con el estudiante.

“Cualquier estudiante debería estar orgulloso de un 4.2 GPA. Después de reflexionar, en el espíritu de la Semana Santa, pido disculpas por cualquier molestia o daño que pudo haberle causado mi tweet o a cualquiera de las valientes víctimas de Parkland”.

Sin embargo, para Hogg, las disculpas no fueron aceptadas.

Según declaró a CNN el estudiante, “ella tan sólo se está disculpando después de que un tercio de sus patrocinadores se retiraran”.

El efecto dominó fue imparable y varias historias concernientes a la presentadora han salido a la luz, incluyendo su trayectoria de “odio y perversidad”, según explicó el Daily Kos.

“Jeffrey Hart, asesor académico de The Dartmouth Review describió a Ingraham como ‘(una persona con) las posturas anti-homosexuales más extremas imaginables’, asegurando que ‘llegaba al punto de evitar restaurantes locales donde temía que los mesoneros fueran homosexuales’”.

En un país donde los jóvenes han tomado la batuta del liderazgo, la resistencia ante el radicalismo y la intolerancia parece ser indetenible.