El gobernador de Río de Janeiro,
Sergio Cabral, afirmó hoy que Air France y el fabricante Airbus
tienen mucho que explicar sobre el accidente del avión que volaba
entre Río de Janeiro y París y cayó al océano Atlántico con 228
personas a bordo.

"Eso no es una tragedia natural. No hay una explicación que no
sea una falla técnica muy grave", dijo Cabral a la Agencia Estado
poco antes de una misa en memoria de las víctimas, a la que asistió
con el ministro francés de Asuntos Exteriores, Bernard Kouchner.

"Creo que las autoridades internacionales de aviación civil, la
empresa fabricante del avión y la compañía aérea propietaria de la
aeronave tienen mucho que explicar. Si hay una nota técnica de
problemas en el Airbus A-330, hay responsabilidades civiles serias",
agregó el gobernador.

El funcionario se refirió a los mensajes de alerta de fallas en
los equipos que el avión habría alcanzado a enviar por medio del
sistema de información y comunicación ACARS (Aircraft Communication
Addressing and Reporting System) en sus últimos minutos de vuelo.

Según fuentes de la aerolínea citadas por la prensa brasileña y
que no se identificaron, entre los primeros mensajes emitidos
automáticamente, a las 23.10 hora brasileña del domingo (02.10 GMT
del lunes), y la desaparición de la aeronave de los radares pasaron
apenas cuatro minutos.

Cabral indicó que la gobernación de Río de Janeiro ofrecerá todo
el soporte que necesiten los familiares de los pasajeros y de los
tripulantes de la aeronave siniestrada.

El Airbus A330-200 de Air France desapareció en medio del Océano
Atlántico durante la noche del pasado domingo y, hasta ahora, solo
han sido encontrados flotando algunos restos del aparato, pero no se
han hallado cadáveres ni pertenencias de los pasajeros.

La Marina y la Fuerza Aérea brasileñas dirigen las tareas de
búsqueda de los restos del avión, en las que también participan
aviones y buques de Francia, Estados Unidos y España.

La búsqueda está concentrada en una región cercana a las islas de
Sao Pedro y Sao Paulo, formaciones rocosas deshabitadas situadas a
unos 704 kilómetros del archipiélago brasileño de Fernando de
Noronha y a 1.296 kilómetros de la ciudad de Recife.