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Continúa la suspensión de Cuba en la OEA

Continúa la suspensión de Cuba en la OEA

Organización aplaza su decisión hasta asamblea de este lunes.

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La OEA no consiguió avanzar hoy en el
proceso para levantar la suspensión de Cuba pero, a pesar de la
falta de consenso, la sesión sirvió para que EE.UU., por primera
vez, pidiera al organismo que inicie un diálogo con ese país.

El Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos
(OEA) escuchó hoy tres proyectos de resolución encaminados a revocar
la resolución adoptada en una reunión de consulta de cancilleres en
Punta del Este (Uruguay) hace 47 años, por la que se suspendió la
participación de Cuba en el Sistema Interamericano.

El debate, el primero que se produjo oficialmente en el Consejo
Permanente de la OEA desde entonces, hace casi medio siglo, comenzó
sin que los países hubieran logrado un consenso previo, a pesar de
que pasaron horas negociando.

En este contexto, la OEA decidió aplazar una decisión sobre los
proyectos de resolución y estableció un grupo de trabajo para que
trate de forjar un consenso antes de la XXXIX Asamblea General, que
se celebrará el 2 y 3 de junio en San Pedro Sula (Honduras).

El problema no es el levantamiento de la suspensión en sí, dado
que sobre este punto existe un consenso entre los países miembros,
sino el lenguaje y el procedimiento de una medida tan importante.

Estas diferencias quedaron de manifiesto en los tres proyectos de
resolución.

Honduras pide a secas revocar la resolución de 1962 e indica que
"las futuras relaciones entre Cuba y la organización dependerán de
la voluntad manifiesta del Gobierno cubano y de los órganos
competentes de la OEA".

Nicaragua solicita, con calificativos en el lenguaje, revocar
"como un acto de justicia y de rectificación histórica hacia Cuba",
la resolución, ya que su exclusión "viola la Carta de la OEA y el
Derecho Internacional, y constituye un acto de injusticia y un acto
de discriminación inaceptable".

Por su parte, Estados Unidos apoya la posibilidad de un
levantamiento de la suspensión, pero insiste en la necesidad de que
se efectúe mediante un proceso "deliberado y bien considerado", y lo
condiciona a que Cuba acate los valores y principios consagrados en
la Carta de la OEA, la Carta Democrática Interamericana y otros
instrumentos.

En su proyecto EE.UU. encomienda al Consejo que inicie un diálogo
con el actual Gobierno de Cuba sobre una posible reintegración
basada en los principios de soberanía, independencia, no
intervención, democracia y el pleno derecho por los derechos humanos
y las libertades fundamentales, y señala que debe ser la Asamblea la
que examine los resultados y determine las medidas a tomar.

Por tanto, las tres resoluciones son muy diferentes tanto en la
forma como en el fondo, algo que se refleja también en la gran
división que se ha producido en diferentes grupos regionales.

No hay una postura única de la ALADI (Asociación Latinoamericana
de Integración, con Cuba entre sus miembros), de la que se han
separado algunos países, entre ellos Venezuela, para respaldar la
propuesta de Nicaragua.

Tampoco existe una posición común de los países del Caribe o de
Centroamérica y Estados Unidos queda casi sólo en el panorama.

La ALADI está elaborando un cuarto proyecto en el que pide dejar
sin efecto la resolución de 1962 y trata de aunar los criterios de
que no puede ser automático un posible regreso y que se requiere un
proceso, y que es necesario que Cuba cumpla los valores por los que
se rige la OEA, algo que algunos consideran "implícito", según la
embajadora de Perú, María Zavala.

Pese a todo, los países miembros coinciden en la necesidad de
buscar un consenso y derogar la resolución de 1962.

México considera que los países deben hacer sus "mejores
esfuerzos para avanzar y consolidar el espíritu de colaboración de
Puerto España y buscar un consenso, dado que sería un "error repetir
el error de 1962", indicó el embajador Gustavo Albin.

Chile cree que no conseguir un consenso y no levantar la
suspensión "sería malo" para la OEA, mientras que Brasil, uno de los
seis países que se abstuvo en la votación de 1962, espera que el
proyecto alternativo de la ALADI reciba la aprobación de los países
miembros.

Pese a las posturas enfrentadas, no hay un ambiente de pesimismo.
El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, dijo que tiene
"gran fe en la capacidad de los seres humanos de ponerse de
acuerdo".

Estados Unidos, sin embargo, ha dicho que "no va a cambiar" su
posición, y Venezuela asegura que no apoyará ninguna propuesta que
contenga alguna condición o que pretenda imponer paradigmas
políticos y obligaciones a Cuba, dijo su embajador, Roy Chaderton.

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