Decenas de líderes comunitarios celebraron este miércoles "a su manera" el 50 cumpleaños del presidente Barak Obama en Chicago, con una ruidosa protesta para exigir que detenga las deportaciones de indocumentados.

Con gritos y cánticos, y el despliegue de carteles donde se leía "Sí, usted puede detener las deportaciones" o "Presidente Obama, no deporte a mi madre", casi un centenar de personas fueron mantenidos a distancia del Teatro Aragón, en el norte de Chicago, donde se realizó una fiesta de cumpleaños anticipada por la fecha de hoy, así como un concierto de recaudación de fondos.

"El presidente no tiene más excusas para escapar de su responsabilidad. Se ha desacreditado ante la comunidad que lo votó y no supo aprovechar la súper mayoría que tuvo en el Congreso para aprobar la reforma migratoria", dijo Emma Lozano, presidenta de Familia Latina Unida.

Añadió que si antes del 15 de agosto el mandatario no usa su poder para detener las deportaciones, la organización que lidera y que se opone a la separación de las familias, iniciará una campaña para recoger dos millones de firmas contra la reelección de Obama.

La policía acordonó el área desde temprano, bloqueando inclusive una parada del tren elevado frente al teatro para evitar aglomeraciones. Los manifestantes estuvieron a unos 50 metros de la entrada del teatro y posteriormente fueron reubicados a cuatro cuadras de distancia.

"Hubiéramos preferido un festejo positivo, pero lo hacemos a nuestra manera", dijo Artemio Arreola de la Coalición de Illinois para los derechos de Inmigrantes y Refugiados.

"El presidente no puede prometer la reforma migratoria y continuar una política de casi 400.000 deportaciones por año", dijo.

El Aragón, la principal sala de espectáculos de música ranchera mexicana en la ciudad y con un público mayoritariamente inmigrante, fue escogido como escenario para los festejos organizados por la campaña para la reelección de Obama en 2012.

Según lo informado, el precio que pagaría un grupo selecto para cenar con Obama y asistir al concierto de la banda de rock OK Go de Chicago, el músico de jazz Herbie Hancock y la cantante y actriz Jennifer Hudson, era 35.800 dólares por persona.

El presidente, que regresaba a Washington apenas terminada la velada, estuvo en abril en Chicago para anunciar formalmente su campaña de reelección y en esa ocasión reunió a 2.500 personas en una cena partidista.

El sacerdote católico Brendan Curran, de la iglesia San Pío del barrio mexicano La Villita, dijo que los activistas le deseaban un feliz cumpleaños al presidente en Chicago junto a amigos y familiares, "un privilegio que no pueden disfrutar más de un millón de familias separadas" por las deportaciones.

Arreola dijo que Obama se ha convertido en "el presidente de las deportaciones, peor que (George W.) Bush".

"Eso no fue lo que votamos en el 2008", afirmó el activista integrante de la coalición 'Sí se puede' junto a líderes de iglesias y de otros grupos comunitarios y cívicos.

En una conferencia de prensa antes de la protesta los activistas reprocharon afirmaciones del presidente durante la reciente conferencia del Consejo Nacional de La Raza en Washington.

Arreola dijo que Obama expresó públicamente que no podía hacer nada para aliviar el sufrimiento de las familias inmigrantes.

"Es lo que dice en público, porque en reuniones con miembros del Congreso ha manifestado disposición para contemplar la situación de estudiantes indocumentados y lograr una reforma migratoria integral", manifestó.

Los activistas afirmaron que el presidente tiene capacidad ejecutiva para "reducir las deportaciones, en lugar de aumentarlas a cantidades récord".

Asimismo, podría detener las deportaciones de jóvenes que podrían beneficiarse con el DREAM Act, estancado en el Congreso.

Destacaron además que el Departamento de Estado aconseja a los ciudadanos estadounidenses evitar la violencia de Ciudad Juárez, México, pero cuando una familia inmigrante tiene que completar trámites relacionados con su estatus migratorio "la envían precisamente al consulado de esa ciudad".

"El presidente tiene muchas medidas administrativas a su alcance que podrían aliviar el sufrimiento", dijo el padre Curran.