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Bolivia está patas arriba

Elecciones reavivan crisis, ponen a Morales en huelga de hambre y al Congreso en apuros.

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Las próximas elecciones generales de Bolivia han reavivado la crisis política del país y trazado otro escenario de incertidumbre que ha llevado al presidente Evo Morales a una huelga de hambre y puesto al Congreso Nacional en apuros.

La pugna entre el oficialismo y la oposición en torno al nuevo régimen electoral y los comicios del 6 de diciembre parece haber terminado con la "tregua" política que se fraguó en octubre de 2008 tras varias semanas de violencia en Bolivia y que dio paso a una nueva etapa marcada por la aprobación de la nueva Constitución.

Fue precisamente en octubre cuando las fuerzas políticas acordaron, entre otras cosas, la fecha del 6 de diciembre de 2009 para celebrar unas elecciones presidenciales adelantadas que ahora están en el centro de la tormenta política.

Sin embargo, analistas como el politólogo Carlos Cordero consideran que aquellos pactos se produjeron bajo "presión" y dieron como resultado "soluciones provisionales".

Hoy, en un nuevo capítulo de la crisis boliviana, el problema radica en las reglas de juego que el Congreso Nacional debe aprobar (así lo encomienda la nueva Constitución) para que los comicios presidenciales puedan celebrarse.

Los opositores de Evo Morales, que controlan el Senado y por tanto tienen capacidad de bloqueo legislativo, reclaman garantías y transparencia y rechazan el régimen electoral del oficialismo porque lo consideran un "traje a medida" para la reelección del gobernante indígena.

Para algunos expertos y sobre todo para la oposición, el "nudo gordiano" de esta pelea es el padrón electoral.

Los rivales de Morales consideran que el actual registro está lleno de irregularidades y favorece la reelección del presidente a través, según dicen, del fraude.

Los oficialistas creen, por su parte, que el único propósito de la oposición es poner en riesgo las elecciones, quizá con la intención de que aumente el "desgaste" de Morales y limitar sus posibilidades en las urnas.

Con todo, el Congreso de Bolivia vuelve a ser el escenario de un posible acuerdo que todavía parece lejano porque las negociaciones han quedado paralizadas de momento y todo apunta a que no se van a retomar hasta el próximo lunes.

El motivo: el abandono del Parlamento por parte de los legisladores opositores después de una bronca parlamentaria ayer en la que oficialistas y opositores intercambiaron gritos e insultos y estuvieron a punto de llegar a las manos.

El peor parado fue el presidente del Congreso y también vicepresidente del Gobierno, Álvaro García Linera, al que los opositores dedicaron "lindezas" como "dictador", "terrorista fracasado" e incluso otros epítetos de contenido sexual.

A pesar de todo, una reducida comisión negociadora ha logrado avanzar en modificaciones del proyecto de ley electoral sobre los principales puntos de polémica: el padrón electoral, el cupo parlamentario para indígenas y el voto de los bolivianos en el exterior.

En cualquier caso, el Congreso Nacional se enfrenta, según algunos analistas, a una delicada situación, porque, de no aprobar la ley electoral, el Legislativo incumpliría el mandato impuesto por la nueva Constitución.

Ante esta situación de bloqueo, el presidente Morales ha decidido liderar una huelga de hambre cuya eficacia aún se desconoce pero que ya ha provocado que un millar de bolivianos se sumen a esta medida en todas las regiones del país.

No es la primera vez que el presidente se pone al frente de las protestas contra el "bloqueo" de la oposición en el Legislativo: el pasado octubre encabezó la multitudinaria marcha y concentración en el Congreso para exigir la ley de convocatoria del referendo constitucional.

En este caso, Morales ha optado por un "cerco psicológico" sobre el Parlamento, en palabras de Carlos Cordero, quien opina que su estrategia está calculada para salir airoso de esta crisis y reforzar su imagen.

Del éxito del presidente boliviano sí está convencido el líder cubano Fidel Castro, quien dijo hoy en sus "Reflexiones" no tener la menor duda de que "saldrá victorioso" de su actual batalla contra la oposición.