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¿Por qué mataron a Facundo Cabral?

¿Por qué mataron a Facundo Cabral?

Henry Fariña, el empresario que contrató a Cabral, es hoy la pieza clave de las autoridades que intentan aclarar en tiempo récord el homicidio del artista. 

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"Dios le preguntó: '¿Qué hacés por acá, Facundo?' Él respondío: 'No soy de aquí, pero de allá me sacaron a balazos, Señor".

Frases como estas inundaron las redes sociales el sábado pasado, después de conocerse la trágica muerte del cantautor argentino Facundo Cabral, víctima de un atentado que, según investigaciones preliminares, no habría estado dirigido a él.

El pasado sábado, 9 de julio, mientras amanecía en el continente americano, se apagaba la luz para uno de los hijos más ilustres de Argentina y Latinoamérica.

Una ráfaga de disparos acabó con la vida del artista, quien después de dos presentaciones en Guatemala se dirigía al aeropuerto de la capital para tomar un vuelo que lo llevaría a Nicaragua. Cabral estaba de gira de despedida, no volvería a cantar. 

El eco de las balas se conrvitió rápidamente en conmoción. En Guatemala se acababa de escribir, esta vez con sangre de poeta, el último capítulo de la ola de violencia que azota al país.

Como suele suceder, a falta de explicaciones las primeras hipótesis se abrieron campo. Que se trató de un atraco. Que posiblemente fue un error (como si asesinar a alguien pudiera ser un acierto). Que "lo mataron por sus ideales", afirmó estremecida la nobel de paz, Rigoberta Menchú.

En declaraciones a EFE, el cantante y poeta argentino, Alberto Cortez afirmó que la muerte de Cabral "ha sido un accidente dramático. Guatemala es un país que tiene varias bandas de narcotraficantes, que andan a balazos limpios. De pronto le tocó a él; se equivocaron con el coche o vaya usted a saber qué pasó".

Pese a la incertidumbre reinante, las palabras de Cortez no estarían muy lejos de la verdad si se tiene en cuenta que el mismo presidente guatemalteco Álvaro Colom aseguró que, dadas las caracteristicas del asesinato, el hecho no parecía obra de la delincuencia común.

El lunes, en entrevista con la emisora radial mexicana MVS, Colom precisó que "toda la evidencia y todos los análisis técnicos y científicos indican que definitivamente iba dirigido hacia el señor Fariña. No hay ninguna indicación de que fuera dirigido a Facundo".

 

El hombre en el ojo del huracán

Desde el mismo día del atentado, el nombre de Henry Aquiles Fariña Fonseca salió a la luz pública. La historia de este oscuro personaje podría fortalecer la idea de que Cabral fue víctima de unas balas que no eran para él.

En la misma entrevista a MVS, el presidente Colom señaló que "todos los impactos de bala están prácticamente del lado del que iba manejando, que era el señor Fariña".

Medios argentinos, mexicanos y guatemaltecos han empezado a hacer eco de las investigaciones preliminares que adelantan las autoridades.  Las claves del homicidio estarían alrededor de las actividades económicas del empresario nicaragüense.

Fariña, propietario de la cadena de prostíbulos "Night Clubs Elite" -que opera en Guatemala, Honduras Costa Rica y Panamá-, es el empresario artífice de la última visita del cantautor al país centroamericano. 

De acuerdo con el diario guatemalteco, Prensa Libre, las autoridades de ese país venían siguiéndole la pista a Fariña, quien tendría vínculos con la mafia.

Las últimas informaciones provenientes de Ciudad de Guatemala aseguran que el empresario y promotor musical es investigado por delitos que estarían relacionados al narcotráfico. 

El canciller argentino en Guatemala, Héctor Timerman, aseguró el martes a su llegada a Argentina con los restos del cantautor que "hay una investigación sobre la persona que conducía el auto, que supuestamente tendría alguna vinculación con el narcotráfico, la prostitución, el juego".

Pero eso no es todo, el lunes el informativo  digital mexicano "Sin embargo" publicó un artículo titulado "Carteles mexicanos estarían detrás del asesinato de Cabral".

Citando "fuentes de la DEA", el sitio web reveló que "el empresario que contrató a Cabral es el presunto lavador de dinero del cártel de Sinaloa". El diario virtual ofreció más detalles y señaló a Daniel Pérez Rojas, alias "Cachetes", como el jefe de los sicarios que habría cometido el homicidio.

Frente a esas informaciones, Álvaro Colom dijo desconocer mayores detalles de la vida de Fariña y prometió pedir apoyo a la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) para esclarecer su perfil delicuencial.

Por ahora, las investigaciones  avanazan con un total hermetismo. El martes, la Policía guatemalteca capturó a dos presuntos autores materiales del asesinato, mientras que en los medios se dice que entre el grupo de sicarios se encontrarían personas extranjeras.

 

 A Facundo solo le faltaba morir

Facundo Cabral se autodefinía como un provocador de vida y paz. Solía decir que la vida había que disfrutarla porque costaba mucho vivirla.

Este artista, que fue declarado "Mensajero mundial de Paz" por la UNESCO, estaba convencido de que vivía sus últimos días. Para él, la vida era como un partido de fútbol, duraba 90 minutos y él ya había jugado mucho. 

En 2008, durante una entrevista con la cadena colombiana Caracol, Cabral dijo "yo puedo irme hoy de este mundo. Ya jugué 84, 85 [minutos de este partido], perfectamente puedo descansar un poquito los últimos minutos".

El misticismo del "juglar" y su prosa proverbial le sirvieron no solo para cuestionar a los poderosos o dar mensajes de amor y paz, sino también para hablar sobre el fin de sus días.

Al diario chileno El Mercurio, Cabral le dijo que la única mujer que le faltaba por conocer era la muerte. En Quetzaltenango, ciudad donde se escuchó su voz por última vez, se despidió casi de manera clarividente: "Ya le di las gracias a ustedes. Las daré en Quetzaltenango, y después que sea lo que Dios quiera, porque él sabe lo que hace".

Por ahora, lo único que se sabe es que no se sabe nada a ciencia cierta. Si le dejamos la muerte de Facundo a Dios, habría que decir entonces que a Cabral lo mató la paradoja de ser un mensajero de paz baleado por los designios divinos de los dioses de la guerra.

Queda en el aire el interrogante de qué hacía Facundo Cabral en compañía de alguien como Henry Fariña.