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Las protestas en frente de la casa blanca tras las manifestaciones de la derecha en Charlottesville, Agosto 2017. Foto: EFE.
Las protestas en frente de la casa blanca tras las manifestaciones de la derecha en Charlottesville, Agosto 2017. Foto: EFE.

Funcionarios y expertos elaboran estrategias para combatir el aumento en los crímenes de odio en Filadelfia y PA

Las estadísticas de crímenes de odio de la FBI para el 2017 documentaron un aumento de 17 por ciento en los crímenes de odio a escala nacional --un salto…

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Los crímenes de odio son diferentes a otros crímenes. Afectan a comunidades y grupos de personas enteros, su impacto va más allá de las víctimas directas. Infunden temor y preocupación en los vecindarios, y sirven para aislar a grupos de personas sobre la base de raza, religión, etnicidad, orientación sexual o algún otro aspecto de la identidad de la persona.

Esta es la razón por la que las tendencias reportadas en las Estadísticas de crímenes de odio de la FBI para 2017 son especialmente problemáticas, dicen los expertos locales de Filadelfia.

Más preocupante aún es el hecho que el cuadro que pintan está muy alejado de la realidad.

El organismo federal a cargo del cumplimiento de la ley documentó un aumento de 17 por ciento en los crímenes de odio a escala nacional en 2017, algo que surge luego de los repiques de 5 por ciento y 7 por ciento en 2015 y 2016, respectivamente.  


En Pensilvania se cometieron 80 crímenes de odio el año pasado, un incremento comparado con 61 registrados el año anterior. En Filadelfia, éstos fueron más del doble, subiendo de 18 a 40.

Aunque los números indican una tendencia de aumento ampliamente aceptada en los crímenes de odio, en realidad no reflejan la magnitud del problema, explicó Rue Landau, Director ejecutivo de la Comisión sobre Relaciones Humanas de Filadelfia, que da seguimiento a los incidentes de crímenes de odio y de perjuicios en la ciudad.

“Los números de la FBI son, históricamente, siempre muy bajos”, le dijo Landau a AL DÍA. “Todos en mi campo de derechos civiles, descartamos los números nacionales porque no constituyen un reflejo preciso de lo que observamos y la experiencia en el terreno”.


La FBI depende de los informes voluntarios de los organismos estatales al recopilar sus números. No todos los organismos estatales participan, y los que sí lo hacen quizá no codifiquen o reporten los crímenes de odio precisamente como tales, dijo Landau.

En el último informe, por ejemplo, ciudades grandes como Miami, Las Vegas e Indianapolis no reportaron un sólo crimen de odio.

La probabilidad de que en realidad haya sido así es “básicamente cero”, según Nancy Baron-Baer, Directora regional de la Liga contra la difamación para el Este de Pensilvania, el Sur de Nueva Jersey, y Delaware.

“La gente necesita entender que estas cifras [de la FBI], así como las nuestras, están basadas únicamente en los incidentes reportados”, le dijo Baron-Baer a AL DÍA.

Baron-Baer observó que, además de la naturaleza voluntaria de la presentación de informes por parte de los organismos estatales para el informe de la FBI, también existen barreras que podrían disuadir a las víctimas para que informes sobre dichos crímenes, en primera instancia. Ciertos individuos, ya sean afroamericanos, o Latinos, o LGBTQ, entre los grupos marginados, podrían sentirse incómodos informando sobre dichos crímenes por su desconfianza en la policía local.

“No hay manera de que todos en los Estados Unidos, que fueron víctimas en un incidente lo hayan reportado”, dijo ella.

Sin tomar en cuenta los valores no procesados, los expertos no se sorprenden ante el aumento demostrado en la actividad de los crímenes de odio.

“Estamos en un momento de nuestra historia en que la sociedad se encuentra cada vez más dividida y divisoria, y en el que la gente que quizá haya sentido que no podía expresar su odio hacia otros se sienta más avalentonada, y sienta que está bien hacerlo, está bien ser intolerante y prejuicioso”, dijo Baron-Baer.  

“Creo que las personas se sienten más avalentonadas porque no se les ha llamado suficientemente la atención y parece haber una aceptación [de eso] por parte de diferentes personas en nuestro gobierno”, agregó.

Landau, mientras tanto, vincula el aumento en los crímenes de odio con las elecciones presidenciales de 2016.  

En los dos años transcurridos desde que Donald Trump derrotó a Hillary Clinton, la Comisión sobre Relaciones Humanas de Filadelfia ha investigado 184 incidentes de crímenes de odio o prejuicios reportados, según Landau. De estos, 103 fueron confirmados como tales, y 65 aún no han sido confirmados en cuanto a su motivo. Sólo 16 han sido declarados no relacionados con el odio.

Antes de las elecciones, la Comisión daba seguimiento a uno o dos informes sobre dicha actividad al mes. Ahora, son de tres a cinco.

“No podemos atribuir [el aumento] a un motivo particular, salvo que desde las elecciones en noviembre de 2016, nuestras cifras aumentaron dramáticamente”, dijo Landau.  

El informe de la FBI de 2017 cubre el primer año completo de la presidencia de Trump. Los números también habían aumentado durante dos años, anteriormente, pero el aumento del último año fue mucho más pronunciado.

“Desafortunadamente, vemos una conexión en cuanto a que cuando hay mayor retórica y acción violenta y de odio en Washington y alrededor del país, las cosas empeoran aquí en Filadelfia”, continuó Landau. “Necesitamos que los mensajes y acciones llenos de odios acaben para poder revertir los efectos tristes y dramáticos que vemos aquí en las calles de Filadelfia”.

El Representante estatal Kevin Boyle, quien durante varios años ha intentado introducir leyes de crímenes de odio más globales en Pensilvania, también señala a la Casa Blanca en cuanto a que ha sentado las pautas para la aceptación de la intolerancia.

“Durante las elecciones primarias de los Republicanos, [Trump] fue apoyado por cifras asociadas con el movimiento nacionalista blanco, y también David Duke, y luego se rehusó a repudiar al KKK”, le dijo Boyle a AL DÍA. “Los nuevos días que vivimos en 2018 son muy desafortunados ya que pertenecen a la aceptación de la intolerancia ya que proviene de la Casa Blanca”.

“Seguramente está dispuesto a jugar y beneficiarse con el movimiento nacionalista blanco”, dijo Boyle.

La FBI documentó un repique aún más alto de 24 por ciento en los crímenes de odio contra los hispanos. Sólo los crímenes antisemíticos aumentaron más dramáticamente, por 37 por ciento --y los números de la ADL muestran que este incremento es aún más alto, 43 por ciento, señaló Baron-Baer.


De nuevo, Landau señala las políticas y retórica que proceden de la Casa Blanca como un factor esencial.

“Hay una tendencia relacionada a todas las políticas anti-inmigrantes establecidas en Washington que conduce a que aumente el temor de la gente respecto a las comunidades de inmigrantes, particularmente los Latinos y las comunidades hispanohablantes”, dijo Landau.

“Cuando el temor y la exclusión se promueven desde arriba, entonces las personas llenas de odio siguen ese ejemplo en las calles”, dijo.

Los crímenes de odio contra los Latinos no solo aumentan de forma dramática, sino también tienden a ser más severas en cuanto a su naturaleza, señaló Landau.

“Lo que hemos observado es que los crímenes de odio contra los Latinos e inmigrantes muchas veces van más allá de los insultos y la intimidación. También son objeto de asaltos y robo, y otros actos de violencia”.

En Filadelfia, el vandalismo ha sido el delito más común, según los números de la PCHR --pensemos en las evasticas pintadas, el graffiti racista o xenófobo y las notas intimidantes que dejan en el parabrisas de los automóviles. En algunas partes de la ciudad, también se han reportado más volantes repartidos por grupos de nacionalistas blancos y de neoNazis, inclusive del KKK, para reclutar personas para sus respectivas organizaciones, dijo Landau.  

El tercero entre los crímenes de odio registrados en el informes de la FBI estaba relacionado con el vandalismo de las propiedades. Otra cuarta parte, con la intimidación, y una quinta con “la agresión simple”.

Los expertos y ciertos funcionarios públicos no se están quedando de brazos cruzado ante el aumento.

La Comisión sobre Relaciones Humanas de Filadelfia ha creado una línea de emergencia anónima para reportar y una hoja de información sobre los crímenes de odio. También organizó el Equipo de respuesta rápida de derechos civiles de Filadelfia, un esfuerzo coordinado de policía local, estatal y federal, para responder a los incidentes de perjuicios y crímenes de odio. Finalmente, este mes, publicaron una guía de acciones para ayudar al público a entender lo que son los crímenes de odio y cómo tratarlos.  

La ADL, mientras tanto, trabaja por reforzar la legislación de crímenes de odio en Pensilvania. Sus esfuerzos son a escala nacional, también, en donde hay cinco estados que no tienen ninguna ley contra los crímenes de odio.

Aunque en la actualidad Pensilvania tiene leyes contra crímenes de odio en sus libros, esto requiere de mejoras, dijo Baron-Baer. En la actualidad, los crímenes motivados por raza, etnicidad o religión están cubiertos por la ley estatal, pero los crímenes que se comente contra alguien debido a su orientación sexual, género, identidad de género o discapacidad no lo están.

El Representante estatal demócrata Kevin Bo7yle introdujo leyes contra crímenes de odio anteriormente para ampliar el alcance de los grupos que recibieron protección en virtud de la ley.

Su proyecto de ley, que está conjuntamente auspiciado por el Republicano Tom Murt, ampliaría la ley actual de Pensilvania para incluir la orientación sexual, género o identidad de género, discapacidades y ascendencia dentro del alcance de los delitos de intimidación étnica.

“Primero, le otorga a los encargados de velar por el cumplimiento de la ley una herramienta adicional para acusar a alguien que sea intolerante y ataca a alguien sobre la base de sus antecedentes”, dijo Boyle.

“Con esta creciente epidemia de los crímenes de odio en los últimos años, necesitamos, como sociedad, mostrar que estamos unidos contra los crímenes de odio”, contiuó. “Necesitamos hacer todo lo que podamos para, como sociedad, mostrar que esa forma de odio es inaceptable”.

Boyle culpa a los Republicanos de la derecha en el Congreso de Pensilvania por suprimir sus intentos anteriores para lograr la aprobación de la legislación. Tiene más esperanzas de lograr que su proyectos de ley sea incluido en los libros cuando la vuelva a introducir durante el siguiente período legislativo.

“Me siento optimista en cuanto a que ahora contamos con más demócratas en la Cámara de representantes estatal de Pensilvania, y creo que muchos Republicanos, especialmente en las áreas tolerantes, debieron haber observado el mensaje por parte de los electores en las elecciones [de mitad del período] el 6 de noviembre”, dijo Boyle.

“Esperamos que puedan eludir a la idea de tratar de proteger a todas las personas contra la violencia y la intolerancia y el odio”, agregó.  

Mientras tanto, Landau y Baron-Baer no esperan que esta tendencia se reduzca pronto.

“Después del tiroteo en la sinagoga en Pittsburgh, que fue la culminación de una semana horrenda en nuestro país donde vimos el envío de bombas caseras a reporteros y funcionarios de gobierno en todo el país, y también el asesinato de afroamericanos en Kentucky, se reportaron más crímenes de odio e incidentes de prejuicios a la PCHR en una semana que los que jamás tuvimos en el pasado”, dijo Landau, refiriéndose a los incidentes del pasado mes de octubre.

“Por lo tanto, no siento optimismo en cuanto a que los números se reducirán”.

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