“Miami abandona a los inmigrantes cubanos”. Este es el título de una columna del escritor cubanoamericano Alejandro Armengol publicada en el Miami Herald. La misma dice mucho sobre la realidad de la "comunidad exiliada" del sur de Florida.

Por sorprendente que parezca, "Miami abandona a los inmigrantes cubanos" es una descripción triste pero precisa de esa realidad, donde muchos exhiben una alarmante insensibilidad hacia sus compatriotas recién llegados que, con razón o sin ella, intentan venir a los Estados Unidos en busca de una vida mejor, lo mismo que hicieron sus críticos antes.

Aún más alarmante e incomprensible es la adulonería hacia la administración Trump de un segmento considerable de esa comunidad exiliada. Su abyecta disposición para justificar las mentiras y la crueldad del presidente y sus políticas racistas de inmigración no solo es repugnante, sino que, como lo demuestra la muerte de Roylán Hernández Díaz, puede tener consecuencias trágicas. Hernández Díaz, 43, un inmigrante cubano al parecer se suicidó en una celda de castigo conocida como El Pozo en el notorio y privado Centro Correccional Richwood, en Louisiana, luego de cinco meses de detención.

Como dice Armengol: “El hecho, al menos en el momento de redacción de este artículo (miércoles, 16 de octubre) no había provocado grandes expresiones de pena o de ira. Es más, se trataba de justificar lo ocurrido por motivos personales y librar de toda culpa o participación a la actual administración estadounidense”.

Otros detenidos cubanos en la prisión de Louisiana escribieron una carta al senador Marco Rubio, un desvergonzado apologista del régimen de Trump, pidiendo su intervención.

"Nuestra situación en estas cárceles es muy difícil desde el punto de vista humano, porque cada día enfrentamos actos racistas e innumerables abusos", escribieron. "Nos encontramos junto con prisioneros comunes de este país que a veces nos han confrontado ... Ser opositores del régimen cubano no nos convierte en criminales".

La absurdamente débil reacción de Rubio a la carta es vergonzosa. "Estoy cada vez más preocupado por el creciente número de informes que hemos recibido sobre las condiciones peligrosas que enfrentan los ciudadanos cubanos detenidos en centros estadounidenses de inmigración", dijo el senador republicano cubano-estadounidense en un comunicado. "Le hemos pedido a ICE que nos brinde una respuesta detallada sobre estos reclamos sobre las condiciones en estas instalaciones".

Mientras Rubio buenamente espera la respuesta de ICE, los cubanos que buscan asilo son maltratados e incluso impulsados al suicidio en las siniestras cárceles privadas del régimen de Trump. z