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El pasado martes se ha dado inicio al juicio contra Paul Manafort, ex director de campaña de Donald Trump, quien ha sido acusado de hasta 12 cargos por fraude. Foto: AP.
El pasado martes se ha dado inicio al juicio contra Paul Manafort, ex director de campaña de Donald Trump, quien ha sido acusado de hasta 12 cargos por fraude. Foto: AP.

¿Es el juicio de Manafort el preámbulo a un juicio político contra Trump?

El juicio contra el ex director de campaña de Donald Trump, Paul Manafort, ha dado inicio, y con él el primer desenlace de la investigación del FBI sobre una…

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Dejemos algo claro: las investigaciones llevadas a cabo por el abogado especial Robert Mueller sobre una presunta colusión entre Moscú y la campaña presidencial de Donald Trump aún no investigan al presidente.

Pero se acercan bastante, y los resultados pueden cambiar radicalmente el rumbo de la Casa Blanca actual.

Desde hace varios meses ya, la investigación de Mueller se ha enfocado en determinar la veracidad de la injerencia rusa en las elecciones, los nexos entre los asociados a Trump y funcionarios rusos, la presunta colusión entre la campaña presidencial y Moscú, obstrucción de la justicia por parte del presidente y la naturaleza de las finanzas alrededor de todos los personajes involucrados.

El resultado han sido 35 cargos criminales, incluyendo a cinco asociados muy cercanos a Trump.

Uno de ellos fue el ex director de campaña Paul Manafort, quien ha sido acusado con doce cargos por conspiración, lavado de dinero, falsos testimonios financieros, obstrucción de la justicia y falsificación de declaración de impuestos.

Manafort se entregó a la justicia el 30 de octubre del 2017 sin declararse culpable por ninguno de los cargos y su juicio ha dado inicio el pasado martes, un procedimiento que, se espera, durará alrededor de tres semanas.

Según reportó The Independent, Manafort “es el primero de los ex asistentes de Trump en ir a juicio y podría enfrentar una sentencia mínima de 30 años” de ser hallado culpable.

Si bien Manafort renunció a la campaña Trump en agosto del 2016, después de que se hicieran públicas sus transacciones ilegales con el gobierno de Ucrania, su cercanía al proceso electoral le transformó en uno de los investigados por parte de Mueller, quien encontró en sus finanzas una caótica caja de Pandora.

Desde sus inicios en el cabildeo político durante los años 80, Manafort hizo su fortuna apoyando a líderes como Savimbi en Angola, Ferdinand Marcos en Filipinas y Mobutu Sese Seko en Zaire, asesorando a regímenes que violaban abiertamente los derechos humanos.

Fue su intervención en la campaña presidencial de Viktor Yanukovych en Ucrania lo que le acercó a la élite económica rusa, con quien trabajó para la adquisición de compañías de telecomunicaciones y reconstrucción de hoteles en Nueva York.

Según reportó Associated Press, Manafort ha negociado desde entonces contratos de hasta 10 millones de dólares al año para “promover los intereses rusos en políticas, empresas y cobertura mediática en Europa y Estados Unidos”.

Entender cómo se acerca esto a las presuntas acusaciones contra el presidente Trump por colusión, es asunto de matemática simple.

Para el columnista Frank Bruni, el juicio de Manafort “tiene mucho que ver con el presidente y gran potencial para hacerle daño”.

“Eso no es sólo porque Robert Mueller, el abogado especial, esté apretando los tornillos de Manafort con la esperanza – aparentemente inútil hasta ahora – de conseguir evidencia no relacionada contra Trump”, explica Bruni en su columna para el New York Times. “Es porque Manafort es un recordatorio sórdido y dorado de la compañía que Trump conserva y de cómo ve y navega el mundo. Son plutócratas de espíritu similar. Compañeros saqueadores”.

A pesar de las pataletas presidenciales que gritan “cacería de brujas” cada dos por tres, y que “exigen” al Fiscal General poner un fin a la investigación, el inicio del juicio contra Manafort es un signo irrefutable de que Mueller trabajará hasta el final.

El ex fiscal general Alex Little explicó a CBC que una condena contra el director de la campaña presidencial de Trump “sería fulminante, incluso si no conduce a ningún descubrimiento investigativo para Mueller”.

La legitimidad que gane el proceso ante la opinión pública es, por ende, clave.

Si Manafort es exonerado, el presidente podría sentir más voluntad a buscar el fin de la investigación.

Si, por el contrario, Mueller consigue evidencia suficiente para condenar al ex director de campaña, el argumento de “cacería de brujas” podría quedarse muy corto.