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Beto O'Rourke, el demócrata que está haciendo competitiva la carrera del Senado en Texas contra Ted Cruz. Joe Raedle/Getty Images.
Beto O'Rourke, el demócrata que está haciendo competitiva la carrera del Senado en Texas contra Ted Cruz. Joe Raedle/Getty Images.

La odisea de Beto O’Rourke por el voto Latino

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Una de las batallas más importantes en las elecciones de mitad de período es la del Senado en Texas.

La comodidad del puesto que ostentaba el Republicano y ex candidato presidencial Ted Cruz en el corazón conservador de Texas, es ahora un tema de debate en política nacional, en medio de la campaña anti-Latina de la Administración Trump y en un momento en el que devolver la mayoría a los Demócratas en el Congreso es crucial.

Robert Francis “Beto” O’Rourke, político y empresario de El Paso, ha salido al ruedo para retar a Cruz por el puesto, haciéndose conocer en la región gracias a su carismática personalidad y a la comparación constante que se le ha hecho con el senador neoyorkino Bobby Kennedy.

Beto ha liderado una campaña “sin precedentes”, desplazándose a todos los condados de Texas, incluso en áreas rurales”, según explicó Christine Bolaños en su columna para Remezcla.

Su comunicación directa con el electorado, en una estrategia de política de base que ha caracterizado a exitosas campañas de estas primarias, “no ha pasado desapercibida, en particular ante los votantes latinos clave, incluidos aquellos que tradicionalmente votan republicano o pueden estar indecisos”, continúa Bolaños.

La paradoja fundamental de esta carrera ha sido la resistencia de Cruz a apropiarse de sus raíces Latinas (incluso abandonando su nombre original de Rafael por Edward), versus la potente campaña de O’Rourke por conseguir el apoyo de los votos hispanos, haciendo uso desde el principio de su sobrenombre hispano “Beto”.

En una región donde ningún demócrata ha logrado vencer en casi 25 años, y donde la participación en las elecciones no ha sido precisamente avasallante (tan sólo suelen participar un 28% de los votantes registrados), lograr impulsar el voto de las minorías es fundamental para lograr la llamada “Ola Azul” en las elecciones de este noviembre.

“Más de 2.1 millones de latinos elegibles en Texas no votaron en 2016”, explica el Los Angeles Times. “Mientras los votantes blancos suburbanos, educados en la universidad, migran hacia los demócratas en números inesperados en lugares como Houston y Dallas sacudiendo el mapa electoral del estado, los demócratas sienten nuevas oportunidades que no tenían antes. Sin embargo, convertirlos en victorias reales para los candidatos de todo el estado depende de que salgan más de esos ciudadanos latinos que no votan”.

Para ello, Beto ha hecho uso de su español con acento en campañas publicitarias y de eventos en compañía de personajes como la leyenda musical Willie Nelson, abogando por temas espinosos como la legalización de la marihuana, el cambio climático y los asuntos LGBTQ, una estrategia riesgosa ante una comunidad tradicionalmente conservadora como la tejana.

Vídeos en los que se muestra patinando en un estacionamiento de Whataburger, su fama de rockero punk en la adolescencia, y su oposición al dinero de Comités de Acción Política, han completado el perfil de un candidato que quiere cambiar la manera en la que los tejanos son percibidos en política nacional, apuntando al voto de las minorías y de los millennials que se han transformado en una de las fuerzas electorales más importantes durante los últimos dos años.

O’Rourke ha sido vocero del derecho a una vía a la ciudadanía para Dreamers, el reconocimiento del trabajador indocumentado como una fuerza fundamental en el crecimiento económico del país, ha reconocido el privilegio del hombre blanco y la lucha del hombre de color por los mismos derechos y ha impulsado a colegas de origen hispano como Lupe Valdez y Verónica Escobar en la lucha por reconocer la fuerza latina en el estado.

Si un hombre blanco puede abrazar la lucha del hispano-estadounidense en Texas, no existe razón por la cual demócratas a nivel nacional no puedan hacer lo mismo y lograr, finalmente, sumar el voto Latino al cambio que el país merece.