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"Vivo de cheque a cheque"

El 87% de familias latinas no tiene lo suficiente ahorrado para cubrir gastos si falta el ingreso.

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Yanira Rivera gasta la mayoría de su sueldo en la renta y sus niñas.

Emily Flores, de 24 años y quien trabaja en una tienda de víveres en el norte de Filadelfia, se gasta la totalidad de su cheque en la renta, cuentas de servicios, comida, uniforme y pañales de sus dos hijos. Dijo que como han subido tanto los precios de la comida y la ropa no tiene dinero para ahorrar.

“A veces no me alcanza para todos mis gastos, pero como vivo con mis tíos, entre todos nos ayudamos. Cada quien pone su dinero para ayudar”, dijo.

Como no tiene respaldo financiero dijo que si perdiera su trabajo se le haría difícil sobrevivir por mucho tiempo.

“No se qué haría, a lo mejor duraría unas dos semanas hasta que se me acabara el dinero. Tendría que buscar otro enseguida”, comentó.

El caso de Flores es muy común pese a que Estados Unidos se enorgullece de su clase media y dice que es la que sostiene la economía.

Sólo el 8 por ciento de latinos en la clase media tiene ahorrado lo suficiente para cubrir las tres cuartas partes de los gastos necesarios para vivir durante nueve meses si no tiene una fuente de ingresos, señala un reporte de la organización no partidista Demos.

Señala, que además, el 87 por ciento de familias latinas no tiene lo suficiente ahorrado para cubrir gastos necesarios durante por lo menos tres meses. No tienen un nido donde caer y viven de cheque a cheque.

“Cada semana suben y bajan mis ingresos. He tratado de pagar la hipoteca de mi negocio durante cinco años, pero el interés está bien alto”, dijo George Vázquez, de 28 años, quien tiene una peluquería en el norte de Filadelfia.

Su familia la componen dos niños de 4 años y 11 meses, y su novia que estudia enfermería.

 “Vivo de cheque a cheque y la mayoría de mis gastos pagan la hipoteca, la renta, mis cuentas y lo que necesite mi familia, porque mi novia estudia”.

 “No tengo idea de lo que haría si se me acabara el trabajo de repente, tendría que pedir ayuda a mi familia o amigos. Es más, nunca mantengo dinero en mi bolsillo, eso ocurriría si mi negocio estuviera ocupado todo el tiempo”, explicó.

La clase media

El reporte de Demos, que habla de la clase media entre afro-americanos e hispanos,  indica que el 92 por ciento de familias latinas en la clase media no tiene la seguridad financiera para mantenerse allí.

Si por alguna razón quien gana los ingresos es despedido u ocurre un accidente o emergencia, estas familias no están preparadas para cubrir los gastos.

Cita que la mayoría de familias en la clase media tienen por lo menos 25 mil dólares ahorrados después de impuestos, pero que aquella que tienen sólo 5 mil dólares, están en alto riesgo de caer de la clase media.

Yanira Rivera, de 29 años, considera que su estado financiero es de la clase media, pero admite que no tiene ningún respaldo financiero si se presenta una emergencia. Tiene tres hijas de 3 meses, 2 y 13 años, trabaja de vendedora en una tienda de descuento, mientras su esposo labora en una fábrica de sillas.

“Pobre no somos, comemos bien, no nos falta nada, mis hijas tienen ropa y somos de clase media. Entre lo que gana mi esposo y yo, si la hacemos y me sobran como 500 dólares al mes después de la renta y las cuentas, pero de todos modos lo gastamos”, comentó Rivera.

 “Es difícil tener dinero en el banco. Lo que uno ahorra se lo gasta porque siempre se presenta la necesidad. Todo está subiendo, menos los salarios”, se quejó.

Rivera dice que la mayoría de su dinero se usa para pagar la renta y necesidades de sus niñas.

 “Si acaso perdiera mi trabajo no duraría más de dos meses. Tendría que sacar un préstamo para nuestros gastos”, explicó.

Dijo que ahora no tiene dinero ahorrado y que cada año usa el re-embolso de impuestos para pagar cualquier deuda o necesidad.

Rivera tiene una niña que piensa avanzar a la universidad, pero le preocupa cómo va pagar la matrícula. 

“Espero que ella saque beca, pero tendremos que depender en préstamos”, dijo.

Cobertura médica

El estudio reporta que mientras el 77 por ciento de estadounidenses de clases media tiene cobertura médica, el porcentaje en latinos es el 63 por ciento.

George Vázquez dijo que afortunadamente todos en su familia inmediata tienen seguro médico y que no tienen deudas de tarjetas de crédito. “A mí me enseñaron cómo ser moderado con mis gastos. No voy a sacar una tarjeta para tener algo que no puedo pagar”, dijo.

En el caso de Emily Flores, quien tiene dos hijos, uno de 5 años y otro de 6 meses, ella no tiene seguro médico.

 “Si alguna emergencia médica se presenta lo trataré de pagar poquito por poquito o si me ofrecen ayuda yo lo tomo, pero no lo podría pagar sola. Vivo de cheque a cheque y aunque mis hijos tienen seguro médico, yo no”.