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Pedro Rivera, Karla Narvaez-Hurley, Nelson Diaz, Part De Carlo and Pedro Cortes. Foto: Peter Fitzpatrick/AL DÍA

[OP-ED]: Lecciones de Heródoto para Latinos: la Historia importa.

Este el texto que utilicé en el discurso de presentación del primer almuerzo “Premios a la Historia Latina”, ofrecido por AL DIA News el pasado 21 de setiembre en el Union League Club de Filadelfia. 

“Oficialmente, la ciencia que hoy llamamos Historia empezó a registrarse como tal en el año 484 antes de Jesucristo. 

Ese año exacto nacía en la antigua Grecia un hombre llamado Heródoto, que propuso una nueva disciplina de estudios que él denominó “Historia”.

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Este el texto que utilicé en el discurso de presentación del primer almuerzo “Premios a la Historia Latina”, ofrecido por AL DIA News el pasado 21 de setiembre en el Union League Club de Filadelfia. 

“Oficialmente, la ciencia que hoy llamamos Historia empezó a registrarse como tal en el año 484 antes de Jesucristo. 

Ese año exacto nacía en la antigua Grecia un hombre llamado Heródoto, que propuso una nueva disciplina de estudios que él denominó “Historia”.

“El Padre de la Historia”, como empezó a conocerse más adelante a Heródoto, fue el primero en romper con la tradición Homérica, al querer dar un trato científico a esta área de investigación sobre las relaciones humanas, en lugar de considerarla un arte. Según Herodoto, se trataba de una nueva ciencia que almacenaba datos históricos, siguiendo un criterio crítico y sistemático, y luego los ordenaba en una narración histórica. 

Algunas de sus historias iniciales fueron algo ‘fantasiosas”, otras algo “inexactas”, puede leerse en Wikipedia en referencia a los esfuerzos iniciales del primer historiador oficial de la civilización occidental.  

Pero Heródoto no era un loco. Para nada. 

Léase lo que dejó escrito en la introducción a Investigadores e Historias, uno de sus primeros libros: 

“Aquí se presentan los resultados de la investigación llevada a cabo por Heródoto…”

Y continúa, para explicar: 

“El propósito de todo esto es evitar que el tiempo borre la huella de los acontecimientos humanos”. 

Además, dijo Heródoto, servirá para conservar la reputación de los logros más notables y extraordinarios conseguidos por Griegos y no Griegos. 

Entonces, ¿qué tiene que ver Heródoto con personalidades locales como Nelson Diaz, Pedro Rivera, Pedro Cortes, Karla Narvare-Harley y Pat De Carlo, nuestros nominados de hoy? 

Para empezar, ellos son los “no Griegos”.

Escuchadme bien: no los “Gringos”, sino los Latinos “No-Griegos”. 

Más o menos, como los incivilizados – los que todavía están pendientes de ser reconocidos por la civilización–  los que han sido dejados al margen de la narrativa de la historia oficial.

Gracias a Dios, el periodismo está aquí para ayudarnos. 

Al periodismo se le ha llamado “el primer borrador de la Historia”.

Los Padres Fundadores de este país fueron muy conscientes de su importancia.

Tanto, que se aseguraron de que en la recién acordada Constitución se promulgase una enmienda - la primera, de hecho - , para protegerlo hasta hoy, 250 años después de la fundación de nuestra República. 

El resultado es que hoy en día la profesión de periodista se venera mucho en nuestro país, y el derecho básico del ser humano a la libertad de expresión que representa es un ejemplo máximo de porqué Estados Unidos es admirado por muchas otras naciones del planeta. 

La labor actual de AL DÍA es contribuir a mejorar el registro público y hacer justicia con aquellos hombres y mujeres que han conseguido logros excepcionales en cinco áreas del esfuerzo humano (Educación, Gobierno, Justicia, Obra cívica y Emprendeduría) mucho antes que nosotros y, como dicen los escritores argentinos, “dictan reverencia a mi pecho”, es decir, inspiran un profundo respeto.

Felix Varela y Morales, por ejemplo: ciudadano estadounidense de ascendencia Latina, este cura católico emigró a los Estados Unidos en el siglo XIX y no dudó en convertirse en el defensor de los inmigrantes de su época: inmigrantes que llegaban a América pobres y analfabetos, igual que los de hoy. 

E igual que entonces, los de hoy son rechazados por los ‘locales’, los ‘nativos’, que han olvidado que ellos mismos eran extranjeros en este país hace tan solo dos generaciones. 

Los inmigrantes del siglo XIX a los que Varela dio cobijo no llegaban de Cuba, su isla natal, y la de miles de personas que emigraron a los Estados Unidos en el siglo XX; ni de Puerto Rico, que tiene más ciudadanos viviendo Estados Unidos que en la propia isla del Encanto. 

La isla de origen de estos inmigrantes pobres e indeseados que llegaron a Estados Unidos en el siglo pasado está en el otro lado del Atlántico: 

Se llama Irlanda, hogar de un pueblo orgulloso, que tras su llegada consiguió enriquecer el rico tapiz cultural de esta excepcional nación, igual que hacen hoy los Latinos. 

Como Heródoto, estamos convencidos que la Historia es una disciplina científica y, como tal, no debe ser desatendida.  

Por otro lado, el Periodismo, el primer borrador de la Historia, es una institución de nuestra Democracia y un pilar de nuestra República que tampoco debe ignorarse. 

A no ser que queramos regresar a una Tiranía cruel, cómo ocurrió en Grecia, o a una Pobreza miserable, en lugar de quedarnos en la sabia y próspera Atenas de la antigüedad, la capital del desaparecido Imperio.  

Hemos seleccionado para esta ocasión a una reducida, pero representativa, muestra de logros, acotando la búsqueda en los “Latinos no-Griegos”, o los “no-gringos”, como los llamo yo en broma, ya que extrañamente aparecen en las páginas principales de un periódico local, a pesar de sus notables éxitos. 

A no ser que desafortunadamente sean hallados culpables en los tribunales, acusados por las autoridades, o arrestados – o, como Nelson Diaz, se trate  “del Latino enfadado” que no sabe cómo ganar una elecciones cruciales para la alcaldía de esta ciudad – sus rostros nunca aparecerán en la portadas del Philadelphia Inquirer.

Los “Dos Pedros”, miembros del gabinete del gobernador de Pensilvania, Tom Wolf; Patricia, Nelson y Karla son los defensores de nuestra reciente, y todavía tan indocumentada, historia. 

Por esta razón les hemos elegido a ellos y hemos decidido dejar constancia de su historia personal, ahora parte de nuestra Historia común. 

Una Historia, todo sea dicho, que no es solo la Historia de los latinos. Es la Historia común. La Gran Historia Americana del siglo XXI. 

O, en homenaje a Heródoto –que pudo visualizar miles de años por delante de él, hasta el punto de que todavía hoy, 2500 años después, le recordamos– , la Gran Historia Americana del Nuevo Milenio.

“Muchas Gracias y que Dios les Bendiga” 

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