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El presidente electo de EE.UU. Donald Trump habla durante la Chairman's Global Dinner en el auditorio Andrew W. Mellon, en Washington (EE.UU.). El evento es una oportunidad para que Trump se presente a sí mismo y a los miembros de su gabinete ante diplomáticos extranjeros. EFE
El presidente electo de EE.UU. Donald Trump habla durante la Chairman's Global Dinner en el auditorio Andrew W. Mellon, en Washington (EE.UU.). El evento es una oportunidad para que Trump se presente a sí mismo y a los miembros de su gabinete ante…

[OP-ED]: Donald Trump y BuzzFeed están envueltos en una pelea de amantes

Donald Trump y BuzzFeed se están peleando. Considerémoslo como una pelea de amantes. Están hechos uno para el otro.

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Donald Trump y BuzzFeed se están peleando. Considerémoslo como una pelea de amantes. Están hechos uno para el otro.

El presidente electo recientemente utilizó su primera conferencia de prensa desde la elección para categorizar a ese sitio Web de 10 años--que cuenta con reporteros en todo el mundo y ha sido evaluado en más de 800 millones de dólares--como “una pila de basura fracasada”. Sean Spicer, entrante secretario de prensa y director de comunicaciones de la Casa Blanca, preparó la escena para el ataque cuando tildó a BuzzFeed de “un blog de izquierda que fue abiertamente hostil a la campaña del presidente electo.”

BuzzFeed transgredió las leyes del Mundo de Trump al publicar un jugoso dossier compilado por un ex espía británico. El dossier dice que los rusos tienen suficiente material--incluyendo la afirmación no verificada de que Trump pasó tiempo con prostitutas en Moscú--para chantajearlo.

Hagamos una pausa aquí. Trump no puede ser chantajeado. Eso se debe a que, para ser vulnerable a la extorsión, hay que tener vergüenza y respetarse a sí mismo.

Y es obvio por lo que sabemos del trato grosero de Trump con las mujeres--y la forma en que reaccionó ante varias acusaciones inquietantes durante la campaña--que no tiene ni una onza de vergüenza. No se puede chantajear a alguien a quien no le importa en absoluto que el país, ni el mundo, piensen que es un canalla, un mentiroso y un sinvergüenza.

Pero BuzzFeed no solo publicó el artículo. Publicó el dossier completo, aun cuando reconoció que su contenido no había sido verificado y que había errores de hecho.

Ese tipo de cosa es prácticamente inaudita en nuestra profesión. Constituye el abecé del periodismo: No se publica información que uno considere sospechosa. Tiene demasiado tufillo a libelo. ¿Por qué? Si una institución actúa de esa manera, la gente puede concluir que estaba tratando de cazar a alguien a toda costa.

Pero no dejen que sus diferencias les impidan ver sus similitudes. Lo que Trump es a la política, BuzzFeed lo es para los medios: medio-innovador, medio-provocador. Estos pioneros de capa y espada ansían atención, adoran sacudir las cosas y no les importa nada la manera en que éstas se hagan. Ambos son diestros en hacerse enemigos en el establishment, en sus respectivas profesiones. Pero también son bastante hábiles en ganarse legiones de seguidores.

Trump venció a una adversaria demócrata que había recaudado cantidad de fondos, tenía un apoyo abrumador y hasta la mayoría de los medios estaba de su lado. Logró este truco de magia ganándose electores que anteriormente habían apoyado a Barack Obama, y llevándose lo que se pensaba que eran baluartes demócratas en el Cinturón Metalúrgico, como Michigan, Wisconsin y Pennsylvania.

BuzzFeed--descrito por su fundador y jefe ejecutivo, Jonah Peretti, como “una empresa mediática para el mundo social”--es la niña mimada de los inversores de Wall Street, que apuestan que los diarios tradicionales se están quedando sin tinta, y el medio favorito de los lectores de edad universitaria, a quienes no les importa que haya videos graciosos de gatos mezclados con artículos sobre asuntos internacionales.

Tanto Trump como BuzzFeed buscan una respuesta inmediata a sus payasadas. El político está obsesionado con los tweets; el sitio Web ansía clics.

Además, los dos saben lo que es ver que los competidores están leyendo su guión para después intentar distanciarse hipócritamente.

Trump vio cómo sus adversarios en las primarias republicanas se sumaban a su discusión de la inmigración para impresionar a la base del Partido Republicano, y después trataban de volver rápidamente al centro y convencer a los latinos de que el partido no los estaba vilipendiando--cuando, por supuesto, sí lo estaba.

Mientras tanto el editor de BuzzFeed, Ben Smith, fue reprendido recientemente por Brian Stelter, locutor del programa de CNN, “Reliable Sources”, por dar a conocer una historia no-verificada. Stelter trató de minimizar el hecho de que CNN reportó, en realidad, la historia antes de BuzzFeed, aunque no incluyó el archivo.

Spicer y Trump pescaron eso, motivo por el cual atacaron a BuzzFeed al mismo tiempo.

La mayoría de las publicaciones--entre ellas el Washington Post, NBC News y otras--mostraron el debido cuidado al no publicar la historia original sin verificarla, y eso era lo correcto. Pero CNN, de la cual en un momento fui colaborador, lo quiere todo--apresurarse para ser la primera y lograr los clics, y después dar una lección de rectitud cuando las cosas se ponen candentes.

Lo que nos lleva al último rasgo que Trump y BuzzFeed tienen en común: Ambos logran sacar a relucir lo peor en los demás.

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