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O’Reilly, el indiscutido rey del muy competitivo mundo de charlas y noticias de televisión de cable. Venció a sus competidores decisivamente en los ratings, sin importar a quién pusieran contra él. Foxnews
O’Reilly, el indiscutido rey del muy competitivo mundo de charlas y noticias de televisión de cable. Venció a sus competidores decisivamente en los ratings, sin importar a quién pusieran contra él. Foxnews

[OP-ED: Adiós al indiscutido rey de la televisión de cable

Pensé que los liberales estaban en contra del matonismo. Entonces, ¿por qué están sintiendo tanta alegría en criticar en masa a Bill O’Reilly?

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Debería ser obvio. Los de izquierda son malos perdedores. Consideremos la elección de 2016, cuyo resultado fue atribuido recientemente por Hillary Clinton a varios factores, ninguno de ellos llamado “Hillary Clinton”. 

Y durante 16 años, la izquierda política y los medios liberales perdieron ante O’Reilly, el indiscutido rey del muy competitiva mundo de charlas y noticias de televisión de cable. Venció a sus competidores decisivamente en los ratings, sin importar a quién pusieran contra él. 

Su programa--”The O’Reilly Factor”--aportó, según cálculos, unos 100 millones o más de dólares en ingresos anuales. Bajo un nuevo contrato, O’Reilly ganaba un salario anual de 25 millones de dólares. 

Un éxito de ese tipo a veces crea envidia y resentimiento, especialmente entre los súper competitivos comentaristas de televisión, para quienes los ratings lo son todo. 

No necesito revelar nada porque no soy colaborador de Fox News. Aparecí en la cadena un par de docenas de veces en los últimos 15 años para ofrecer análisis y comentario, como también lo hice en otras cadenas. Fui invitado del programa de O’Reilly más de una docena de veces y siempre fue bondadoso y respetuoso conmigo. Me caía bien. Era un fan de él. 

O’Reilly constantemente echaba la bola fuera de cancha porque tenía un talento innato para la televisión y entendía tanto el medio como la audiencia. Era entretenido, pero no se tomaba a sí mismo muy seriamente--por lo menos delante de la cámara. Una vez, antes del segmento de una entrevista, me dijo: “Bueno, presento el tema, ofrezco mi ridículo comentario normal y después te lo paso a ti.” 

A diferencia de algunos colegas moralistas de otras cadenas de cable, lo que el locutor “comprendía” era que su trabajo no era ser trabajador social y convertir a una audiencia de 3 a 4 millones de espectadores en seres humanos mejores. Su tarea era explicarles, en un lenguaje simple pero persuasivo, un mundo loco y complicado. 

A menudo se considera a O’Reilly como conservador. Frecuentemente criticó al presidente Obama y considera a Donald Trump como un viejo amigo. Lo primero es los que se supone que hacen las figuras mediáticas con la gente en el poder, y lo último se puede atribuir probablemente, por lo menos en parte, a la geografía; O’Reilly vive en Long Island y, antes de mudarse a la Casa Blanca, Trump vivía en Manhattan. 

En realidad, el locutor es más bien un libertario. Una vez lo vi deleitar a un público en Dallas durante una charla, mientras recordaba la ocasión en que él--como opositor a la pena de muerte--asombró al gobernador George W. Bush al preguntarle: “Gobernador, usted dice que Jesucristo salvó su vida. ¿Cómo le parece que se sentiría Jesús sobre el hecho de que usted ha ejecutado a tanta gente en Texas?”

Probablemente también hayan oído--de los izquierdistas políticos y los medios liberales que ignoraron la ofensiva anti-inmigrante de Obama--que O’Reilly es anti-inmigrante. 

No tan rápido. En junio de 2013, O’Reilly se ganó la ira de la derecha al apoyar públicamente la idea de brindar a los indocumentados un camino a una categoría legal. Y en agosto de 2015, O’Reilly deshizo a Trump cuando el candidato presidencial sugirió cambiar la interpretación popular de la 14° Enmienda, para denegar la ciudadanía por nacimiento a los hijos de inmigrantes ilegales nacidos en Estados Unidos. La crítica fue tan brutal que la columnista nativista Ann Coulter escribió una insidiosa columna defendiendo a Trump y atacando a O’Reilly. Pero el locutor tenía razón, y Trump y Coulter estaban equivocados. 

Por supuesto, O’Reilly también podía equivocarse, como cuando discutía conmigo sobre las llamadas ciudades-santuario. Él piensa honestamente que hay puertos seguros donde los inmigrantes ilegales pueden evadir el arresto, y no es así. 

Estoy seguro de que O’Reilly también tiene defectos personales. Hay reglas sobre la manera en que las personas decentes se tratan mutuamente en el lugar de trabajo, y fue acusado de romperlas. Fox News pagó más de 13 millones de dólares en acuerdos a múltiples mujeres que dicen que O’Reilly las acosó. 

Sin embargo, me gusta este nuevo aspecto de los liberales, quienes de pronto están conmocionados con la idea de que hombres libidinosos degraden a las mujeres. ¿Dónde estaba la indignación moral en los años 90 cuando otro “Bill” fue acusado de romper las reglas? Pierda o gane, la izquierda está tan cegada por una ira perpetua que no puede ver su propia hipocresía. 

Como su tocayo, O’Reilly estará de lo más bien. Algunos medios reportaron que su contrato había sido extendido recientemente hasta la elección presidencial de 2020 y que es posible que el locutor cobre el valor total del acuerdo: 100 millones de dólares.

Y eso sólo hará que sus airados críticos estén aún más airados.