La población carcelaria de Filadelfia -en promedio, la mayor entre las ciudades más grandes del país- ha disminuido en 12 puntos porcentuales desde que en abril de 2016 se pusiera en marcha un plan para reducir en 34 por ciento -durante tres años- el número de personas tras las rejas.

La información la dio a conocer esta semana la oficina del director administrativo de la alcaldía (Managing Director’s Office), que aseguró que de 7.486 personas que estaban encarceladas en abril del año pasado, la ciudad pasó a tener 6.603 en lo que va de 2017. La oficina destacó que si se compara incluso con cifras del 2015, la reducción lograda hasta ahora ha sido de 18 por ciento.

La disminución de la población carcelaria se debe a una serie de medidas puestas en marcha gracias a la ejecución de fondos provenientes de la Fundación MacArthur, que el año pasado le entregó a la ciudad 3,5 millones de dólares para patrocinar esfuerzos con miras a agilizar el sistema judicial, los procesos de imposición y pagos de fianza, y la aplicación del código civil para casos de menor importancia en vez del penal, según informó Philly.com. 

Entre las medidas que han contribuido con la disminución del hacinamiento carcelario de la ciudad está la implementación del plan Early Bail Review, que consiste en revisiones más ágiles de las condiciones de los detenidos, la aplicación de medidas carcelarias alternativas (como citaciones a los juzgados y monitoreo electrónico en vez de privación de la libertad) y la prestación de servicios legales prejudiciales. 

En abril de 2016, Filadelfia resultó escogida por la Fundación MacArthur para apoyar los esfuerzos de la ciudad por dejar de ocupar el penoso primer puesto entre las ciudades con más personas tras las rejas del país. El plan de la ciudad para lograr reducir en un 34 por ciento esta cantidad de presos tienen un costo de 6,1 millones de dólares, de los cuáles Filadelfia pone 2,5, la fundación 3,5 y el resto se recauda por medio de inversión privada.