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El policía Sammy Sanchez dedica parte de su tiempo a asesorar a jóvenes de la comunidad.
El policía Sammy Sanchez dedica parte de su tiempo a asesorar a jóvenes de la comunidad.

Se buscan latinos... policías

Para el oficial Eddie Lopez, presidente de la organización Spanish American Law Enforcement Association (SALEA), la estrategia para aumentar el número de…

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La próxima vez que vea al alcalde de Filadelfia Jim Kenney es probable que conozca al oficial Sammy Sánchez, quien en enero pasado se unió al equipo de seguridad de esta nueva administración.

Seleccionado como el guardaespaldas de Kenney, Sánchez acompaña al alcalde en todo momento y nunca lo pierde de vista. “Observo a todo el mundo. Quien se ve fuera de lugar, quien no es parte del grupo [...] dónde está la salida de emergencias más cercana”, dijo Sánchez. “Es un tipo de adrenalina diferente. En los distritos de la ciudad una vez que se encienden las sirenas estás corriendo y persiguiendo (a alguien) todo el tiempo”.

Sánchez ha sido parte del Departamento de Policía de Filadelfia (PPD) durante casi una década. En algún momento formó parte del “Northwest Gun Task Force” y el programa “Police School Diversion Program”, creado para reducir las tasas de detención de menores y mejorar la retención escolar.

Sánchez se ha hecho de un nombre en PPD y lograrlo ha sido todo menos fácil. Creciendo en el norte de Nueva Jersey siempre tuvo la aspiración de convertirse en un agente de policía, pero nada en su camino apuntaba a oportunidades que lo acercaran a ese sueño.

Describiendo su experiencia de vida como “siempre desde abajo luchando por levantarse”, Sánchez creció sin un padre y con una madre que estuvo en la cárcel durante los primeros años de su       adolescencia.

“Mi padre fue asesinado durante un allanamiento de morada cuando yo tenía dos años de edad. Yo me encargué de criar a mi hermano y a mi hermana menor, y a mis 15 años ya estaba viviendo en las calles”, contó Sánchez. “Jamás pensé que estaría aquí. Pensé que estaría perdido en alguna parte, vivía el día a día sin pensar en el mañana”.

Cuando cumplió 18 años y sin nada que perder se mudo a Filadelfia —en parte por el costo de vida económico y la diversidad de la ciudad—.

“El área en la que crecí estaba muy segregada. La primera cosa que noté [en Filadelfia] fue la diversidad. Venir aquí y ver a un latinoamericano, a un afroamericano y a un chino en el mismo bloque era inusual”, agregó.

Varios años pasaron hasta que en 2002 pudo someter su aplicación para PPD. Esto fue 10 años antes de que la ciudad y el estado de Pensilvania establecieron nuevos requisitos para los candidatos al Departamento de Policía.

Entre los requisitos actuales se encuentran 60 créditos universitarios. Otra opción es el equivalente a un diploma de high school y seis meses de servicio militar activo con baja honorable.

Antes aplicar al PPD Sánchez contaba con educación hasta el décimo grado, y en aquel momento tenía otras prioridades. Solo con el tiempo pudo registrarse en la escuela nocturna.

“Pasé por todo tipo de dificultades. Trabajé en tres, cuatro trabajos siete días a la semana. Hice de todo, si me dices 10 puestos de trabajo probablemente trabajé en nueve de ellos, hice lo que pude para sobrevivir”, dijo Sánchez. “Tenía a mis hijos y estaba luchando por ellos. Ellos fueron mi motivación”.

Aun estudiando para obtener su GED y tras varios años en el proceso, Sánchez entró a la Academia de Policía de Filadelfia en noviembre de 2006. “No era como ahora que uno debe tener los créditos antes de aplicar, en aquel entonces solo tenía que haber obtenido mi GED en el momento de ingreso en la academia. Me dieron mi certificado un par de semanas antes de que fuera llamado. Tuve mucha suerte”, dijo Sánchez.

“Los latinos ... hemos crecido pero todavía estamos muy atrasados”

En 2015, los latinos en el PPD representaron el 9,7 por ciento del número total de agentes de policía, un 8,3 por ciento de los inspectores en el departamento, un 5,9 por ciento de los detectives jurados y el 3,6 por ciento de los sargentos.

Los rangos de capitán, inspector en jefe y comisario adjunto no cuentan con ningún latino entre sus miembros.

“Necesitamos más latinos como agentes de policía, pero también necesitamos a más supervisores latinos. Recientemente perdimos a nuestra latina supervisora con el rango más alto, la inspectora Sonia Velázquez, quien se jubiló en diciembre. Antes de ella fue José Meléndez, un inspector en jefe. Ambos eran los latinos con los rangos más altos”, dijo el policía Eddie López, actual presidente de la  asociación “Spanish American Law Enforcement Association” (SALEA).

Otro factor es que nunca ha habido un comisionado adjunto latino. “Creo que la comunidad ha estado esperándolo durante años y nos lo merecemos”, dijo López.

Sin embargo nuevos ascensos están en el horizonte. Según López hay cuatro tenientes, tres latinos y una latina, que están actualmente en proceso de tomar el examen para convertirse en capitanes.  Se trata de  Juan A. Perez (K-9); Javier Rodriguez del distrito 18; Evelyn E. Cintron y Pedro Rosario, ambos del distrito 25.

“Todos ellos están muy bien calificados. Si logran ascender a capitanes serán nuestro futuro y abrirán el camino a un comisionado adjunto latino, que sería el primero en la historia de Filadelfia”.

López dijo que una gran parte de la misión de SALEA es ayudar a sus miembros, a través de clases de estudio con agentes de policía para que puedan presentar los exámenes para convertirse en detectives, sargentos, tenientes; etc y asistir en el  ascenso de rangos. “Los apoyamos porque son nuestros futuros latinos [...] hemos crecido en números, pero todavía estamos atrasados en nuestra representación”.

SALEA fue fundada en 1969 con el propósito de unir a los oficiales latinos y ayudar a desarrollar sus carreras policiales. López agregó que otro factor positivo acerca de la organización es que funciona como un mediador de sus miembros entre la Orden Fraternal de Policía (FOP) y el gobierno local.

Según la organización, el PPD contrató a sus primeros oficiales latinos en 1966, entre ellos Joe Martínez, Ramón Vargas “Speedy” (Clase #180) y Nelson Rodríguez (Clase #181). Para el año en que SALEA comenzó el departamento contaba con aproximadamente 25 policías latinos.

En una entrevista de 2012 la ahora ex inspectora Sonia Velázquez declaró que a inicios de los años 80 hubo un decreto judicial exigiendo que se contrataran a más policías latinos, porque en aquel entonces solo había 35 policías en un departamento de 7.000 miembros.

“Yo fui una de los 107 agentes de policía reclutados en 1984, cuando un tribunal exigió la contratación de más latinos. Con tan poca representación, a finales de la década logramos aumentar el número de oficiales latinos a 140 policías en el departamento”, dijo Velázquez.

Para López, una estrategia para aumentar el número de latinos en PPD es primero comenzar desde abajo con la contratación de más policías. Algo que sin embargo, describió como un compromiso por ambas partes.

“No solo está en la ciudad, también es que nuestra comunidad debe presentar los exámenes. No se puede solamente culpar a la ciudad por todo. Si los latinos comienzan a aprobar la prueba podemos lograr esto, pero los requisitos también deben ser más accesibles”, dijo López.

Esto hace alusión a los nuevos requisitos establecidos por el Estado de Pensilvania en 2012. Los candidatos a agentes de policía deben contar con un diploma de high school o certificado de GED, además de 60 horas de créditos universitarios. Este requisito puede ser sustituido (dependiendo del caso del solicitante) con al menos cuatro años de servicio militar activo y baja honorable, o cuatro años de experiencia en aplicación de la ley.

López cree que estos requisitos están perjudicando las posibilidades de candidatos jóvenes afroamericanos y latinos que de otra manera solicitarían el trabajo.

 

“El problema con los jóvenes de la comunidad latina  es que comúnmente los graduados latinos que salen de high school muchas veces no tienen el dinero para costear la universidad”.

Sánchez está de acuerdo con López, y aunque asegura que entiende el razonamiento detrás de la nueva serie de requisitos, no cree que necesariamente atraerá a los candidatos correctos.

Sabiendo de antemano que hay una gran cantidad de jóvenes latinos que no pueden pagar la universidad, agregó que los requisitos podrían mantener a jóvenes como él fuera del departamento.

“Esas mismas personas que salieron de la universidad y no pudieron encontrar otro trabajo podrían decidir ser policías porque no hay nada mejor disponible [...] se podría estar reclutando a policías que realmente no se interesan por la comunidad”, dijo Sánchez.

Cuando Sánchez se graduó de la academia fue asignado al Distrito 25, que cubre el área dentro de N. Broad Street, Roosevelt Blvd., G Street, E. Allegheny Ave. y W. Lehigh Ave. También cubriendo a ‘El Barrio’, reconocido como el corazón de la comunidad latina.

“Este es uno de los distritos más ocupados  y más difíciles de la ciudad. Yo conocía la zona porque es donde yo vivía cuando me mudé a Filadelfia, y de ahí son mis amigos y la gente que conozco”, explicó Sánchez.

Aunque cuando comenzó como policía no estaba seguro en que se estaba metiendo, se sentía cómodo con la zona y “listo para marcar la diferencia”.

“Un día me encontré con un policía que estaba teniendo un mal día y me dijo: ‘No puedo esperar a que me trasladen para que pueda alejarme de estos animales y pueda ayudar a personas que si pagan impuestos’”, contó Sánchez. “Así que le respondí ‘entonces yo soy un animal porque yo he vivido aquí’. Hay una gran cantidad de personas que pagan impuestos y van a trabajar. Por desgracia las cosas que les rodean están fuera de su control y por eso estamos aquí, para tratar de hacer que sea más fácil para ellos”.

Hoy en día la demografía de los latinos se ha extendido más allá del norte de Filadelfia y la necesidad no solo de un mayor número, pero también de un conjunto más diverso de agentes, crece cada vez más.

“En este momento necesitamos latinos en todas partes. Incluso hay un grupo de dominicanos creciendo en West Philly, esto antes era algo inaudito”, dijo López. “También se sabe que tenemos una gran población de mexicanos y centroamericanos en el sur de Filadelfia”.

SALEA cuenta actualmente con 365 miembros, entre ellos algunos jubilados de la policía. Aunque la gran mayoría son latinos, también incluye a afroamericanos, agentes blancos y asiáticos.

“Organicé un panel en el norte de Filadelfia en el Distrito 24, donde está el capitán Daniel O’Connor”, dijo López. “Tuvimos una plataforma abierta entre la comunidad y los agentes de policía. En mi panel había policías blancos y latinos así como uno afroamericano. Y fue genial, ya que no quieres entrar en la comunidad latina solo con oficiales latinos, hay que abordar de todo”.

 

El programa DE Disproportionate Minority Contact (DMC) en Filadelfia lleva a cabo eventos de diálogo entre jóvenes de comunidades minoritarias y oficiales de policía, para discutir estereotipos y problemáticas entre ambos grupos.
 
¿Cómo atraer a más jóvenes al PPD?

AL DÍA News tuvo como invitado al nuevo comisionado de Filadelfia Richard Ross durante la primera edición de ‘Diálogos’, un evento creado como un foro abierto para el debate entre funcionarios públicos y líderes de la comunidad.

Durante la conversación se discutió la relación entre la policía y la comunidad así como la diversidad dentro del PPD.

“Definitivamente creo que hay que esforzarse por un departamento que refleje la demografía de una ciudad”, dijo el comisionado. “Estamos batallando con esto y no puedo decir exactamente cuáles son las razones. Algunas personas creen que es por los requisitos de admisión, otras personas creen que es el efecto Ferguson”.

Agregó que están luchando por reclutar a más jóvenes (hombres y mujeres) afroamericanos, y ahora también por un mayor número de mujeres blancas.

“Si soy honesto no contamos con una mujer blanca por encima del rango de capitán y no tenemos ningún capitán latino”, dijo Ross.

Caroline Cruz, abogada adjunta de la Comisión de Relaciones Humanas de Pensilvania, planteó durante la conversación lo que llamó “posibles respuestas estructurales” a la cuestión de la poca representación de latinos y  afroamericanos.

“Es posible que tenga que ver con el hecho de que la academia de entrenamiento  se encontraba descentralizada, y en este momento esté localizada en el noreste de Filadelfia, creando problemas logísticos para aquellos interesados en formar parte de la policía,” Cruz dijo.

El comisionado respondió que no hay duda de que el nuevo centro de entrenamiento, localizado en 2838 Woodhaven Rd., se encuentra fuera del camino de muchos candidatos regionales.

“Para un tipo como yo que hace 27 años venía de Fern Rock, la antigua academia también estaba fuera de mi alcance”, dijo Ross. “La antigua ubicación todavía era considerada el noreste superior, e incluso cuando tuvimos el decreto de consentimiento, personas de color se las arreglaron para llegar hasta allí”.

Ross estuvo de acuerdo en que el transporte público puede afectar a la accesibilidad. “Pero hay muchos pasos antes de esto que parecen ser los obstáculos”, dijo Ross. “Vamos a estar analizando los requisitos y ver si requieren o no de alguna revisión adicional”.

El comisionado dijo que muchas veces el departamento también recibe a personas que reúnen los requisitos para asistir a una orientación. “De unas 600 personas unas 200 asisten. Y estos son los candidatos que sí reúnen los requisitos. No puedo empezar a hacer conjeturas acerca de las personas que  nunca entran por nuestra puerta porque saben que no cuentan con los requisitos”, dijo Ross.

Con esto en mente, SALEA busca centrarse en colaboraciones comunitarias e inclusión de adolescentes de minorías para contar con más miembros latinos.

“También tenemos una buena relación con el alcalde Kenney y hemos tenido conversaciones”, dijo López. “Él está dispuesto a trabajar con nosotros en la comunidad. He sido un miembro de SALEA durante 26 años y no recuerdo a ningún otro alcalde que tuviera la puerta abierta para nosotros”.

Entre los socios comunitarios de SALEA se encuentra el programa de Disproportionate Minority Contact (DMC), iniciativa que lucha contra la representación  desproporcionada de adolescentes de minorías en el sistema de justicia juvenil.

“Estamos más que agradecidos por el compromiso y la dedicación que SALEA ha mostrado hacia nuestra misión de lograr que los funcionarios independientemente de su raza, credo, color, sexo, religión u orientación sexual de Filadelfia estén presentes en todos nuestros entrenamientos y foros de la comunidad”, dijo José Loya, coordinador de programa en DMC.

“López y su organización se aseguran que estos agentes sean individuos que se preocupen por la comunidad, busquen interacciones seguras entre los agentes y los jóvenes, así como asegurarse que todos sean respetados”, dijo Loya.

López también trabaja en estrecha colaboración para ofrecer talleres juveniles e información sobre PPD con organizaciones de la comunidad como Congreso y “Men In The Motion In The Community”, mejor conocida como MIMIC, liderada por el activista Edwin Desamour.

“Hombres y mujeres jóvenes interesados en el Departamento de Policía deberían definitivamente visitar nuestra página www.salea.org para más información o me pueden contactar directamente”, dijo López.

SALEA también está en diferentes redes sociales. Puede seguirlos en Twitter @SALEAPPD, en su página de Facebook o cuenta de Instagram @SALEAPPD.