El jefe del Departamento de Policía, Mark Talbot, se ha comprometido a revisar su política respecto a las peticiones de detención de ICE que han facilitado deportaciones y la separación de familias. ¿Cumplirá su promesa? 

Las peticiones de detenciones de inmigrantes por parte de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) representan un gasto adicional de recursos para la policía de Norristown. Archivo AL DÍA

El jefe de la policía de Norristown se comprometió a dejar de honrar las peticiones de detención de inmigrantes por parte de ICE. Pero conforme se dispone a redactar la política para hacer frente a esta colaboración que ha facilitado la deportación y separación de familias, aun está por verse si cumplirá o no su promesa, y qué tan significativa será esta para dicho propósito. 

El anuncio se dio durante una junta comunitaria,  organizada a inicios de este mes por Juntos, y enfocada en las relaciones entre la comunidad latina y las fuerzas de seguridad pública. 

Al encuentro fueron invitados varios funcionarios públicos de la ciudad, pero el único presente, aunque de forma virtual, fue el recién nombrado jefe de la policía, Mark Talbot, quien ocupa el puesto desde noviembre pasado. Él tiene en su haber 17 años de experiencia, y trabajó anteriormente en el Departamento de Policía de Reading.

A través de Facetime, Talbot escuchó los testimonios de varios inmigrantes reunidos en el 20 Este de la calle Jacoby.

Esmeralda habló de su esposo Andrés, quien fue detenido el verano pasado por una luz descompuesta en su vehículo.

También contaron la historia de Crispín, quien sufrió un accidente de tráfico luego de terminar su jornada de 'dishwasher' en la madrugada.

Pese a que ellos cometieron infracciones menores, fueron eventualmente llevados a centros de detención, ya que hasta ahora la policía de Norristown había honrado las peticiones de detención de ICE.

El procedimiento conocido como "immigration detainer" o "immigration hold" es una petición por parte de inmigración a agencias locales de seguridad pública, a través del cual piden detener a individuos bajo su custodia por periodos de hasta 48 horas adicionales para comprobar su estatus migratorio y facilitar su transferencia a ICE.

Los llamados 'detainers' son parte del programa conocido como "Comunidades Seguras", a través del cual jurisdicciones locales comparten huellas digitales de personas arrestadas o bajo custodia con el FBI, y este envía automáticamente la información a ICE. 

En Norristown, la policía recibe una llamada telefónica de inmigración para solicitar la petición de detención.

Esmeralda (izq.) habló de su esposo Andrés, quien fue detenido el verano pasado por una luz descompuesta en su vehículo. Archivo particular

Aunque el programa se enfoca en criminales, personas que representan una amenaza pública, e inmigrantes que han violado las leyes de inmigración en repetidas ocasiones, ha despertado críticas por su alcance indiscriminado y ha llevado a la deportación a personas que están lejos de representar una amenaza seria a la seguridad pública.  

Entre ellos se encuentran inmigrantes que entran en contacto con la ley, por ejemplo, tras ser detenidos por una falta menor de tráfico u otro tipo —así como Crispin y Andrés— aunque esta no resulte en que se les presenten cargos.

"Pido una disculpa a nombre de mi organización a toda la gente que habló y que siente que sus derechos fueron violados", dijo Talbot, quien remplazó a un veterano de la policía de Norristown cuya colaboración con ICE despertó la crítica de la comunidad inmigrante.

"La forma en que la inmigración ha sido implementada ha polarizado a la comunidad y eso va a parar hoy", agregó.

Por otra parte, el jefe de la policía dijo a la comunidad inmigrante que su departamento "ya no va a luchar contra ustedes, vamos a luchar con ustedes".

Además, se comprometió a trabajar con miembros de Juntos para redactar la nueva política de la ciudad respecto a las peticiones de detención de ICE.

El anuncio fue recibido como un paso más en la dirección correcta por los miembros de esta organización. 

"Él está muy abierto a escuchar la necesidades de la comunidad y entender por qué es importante tener una política que no honre las peticiones de detención de ICE", dijo Erika Almirón, directora de Juntos.

Ellos argumentan que las peticiones de detenciones de inmigrantes por parte de inmigración representan un gasto adicional de recursos para la policía que podrían ser utilizados en sus funciones regulares.

Por otra parte, una amenaza para la seguridad pública ya que algunos miembros de la comunidad inmigrante se pueden negar a reportar crímenes y cooperar con la policía por temor a la deportación. 

Por último, que las peticiones de detención facilitan la separación de familias incluso antes de la deportación, ya que los inmigrantes al ser puestos en centros de detención quedan incomunicados de sus familiares.

En esta foto de archivo de abril del 2013, inmigrantes y activistas en Norristown, armados de pancartas con la frase "el tiempo es ahora", exigen la aprobación de una reforma migratoria.

La organización lleva ya un par de años luchando por la comunidad inmigrante de Norristown. En el 2013 se anotó una victoria luego de una campaña por poner un alto a la colaboración entre agentes de la policía y de la Oficina de Inmigración de Aduanas (ICE) en retenes de tráfico.

"Ese fue el primer paso para recuperar la confianza de la comunidad. Aun hay mucho trabajo por hacer, pero tenemos la esperanza de que vamos por buen camino", dijo Almirón.

El encuentro a inicios de este mes fue un paso más por parte de la policía por reforzar las relaciones con la comunidad hispana, que en los últimos años ha crecido de manera exponencial y actualmente representa el 28,3 por ciento de la población.

Diversas ciudades, condados y estados a través de la nación ya se han negando a honrar las peticiones de detención de ICE o han establecido una serie de guías para dicho proceso.

Los condados Alameda y Berkeley en California, Chicago en Illinois, Multnomah en Oregon, honran las peticiones de ICE de manera discrecional si hay de por medio una orden criminal, un historial de antecedentes penales o si los detenidos representan una amenaza para la seguridad pública. 

Además de esto, el condado Santa Clara en California, el condado Cook en Illinois, Taos en Nuevo Mexico, Miami Dade en Florida, San Francisco en California, y el Distrito de Columbia se niegan a honrar las peticiones de detención de ICE a menos que haya de por medio un acuerdo escrito por parte del gobierno federal en el que este se comprometa a pagar los costos que conlleva la detención de los inmigrantes para las fuerzas locales de seguridad pública.

Las ciudades de Nueva York, Nueva Orleans en Louisiana, también cuentan con una política para hacer frente a las peticiones de ICE.

Newark, Nueva Jersey, se niega a honrar las peticiones de detención de ICE en su totalidad

La oposición a la cooperación con ICE también se ha extendido a estados como Connecticut y California que cuentan con leyes para limitar la conformidad con las peticiones de detención de ICE, mientras que otras iniciativas similares han sido propuestas en Florida, Massachusetts, y Washington.

En otras partes de EE.UU., el procedimiento incluso ha sido motivo de demandas federales por organizaciones que lo consideran ilegal e inconstitucional.

De regreso a Norristown, aun está por verse si el jefe Talbot cumplirá su promesa. Si lo hace, Norristown podría ser la próxima ciudad en unirse a esta creciente lista. A la espera de una reforma migratoria integral, los activistas proinmigrates no se darán por vencido. 

"Ahora la comunidad está menos temerosa y más dispuesta a organizarse para exigir sus derechos", dijo Almirón. "No vamos a parar hasta ponerle un alto a las deportaciones y a la separación de familias".

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