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Esta es Filadelfia y se hablan muchos idiomas

Ciudad quiere construir el camino hacia una comunidad amigable hacia los inmigrantes, en quienes deposita sus esperanzas. 

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La iniciativa del gobierno fue presentada el pasado 10 de junio en la Alcaldía de la ciudad. Foto: David Cruz/AL DÍA

 

Para el área metropolitana de Filadelfia la inmigración se traduce así:  Recuperar los habitantes perdidos y  aumentar la recaudación fiscal.

Estos hechos, conclusiones de un reporte presentado esta semana, son el propulsor que el gobierno de la ciudad de Filadelfia utilizó para hacer oficial el pasado 10 de junio la orden ejecutiva para el acceso al lenguaje en todas las dependencias de gobierno.

"La inmigración está transformando el área metropolitana de Filadelfia", dijo Michael Katz, historiador y profesor de la Universidad de Pensilvania. "Este cambio ha despertado una acalorada controversia basada más en impresiones y desinformación que en hechos".

De acuerdo con Katz, quien realizó el estudio "Hechos esenciales de la inmigración en el área de Filadelfia" en conjunto con el sociólogo y urbanista Mathew Creighton, la región metropolitana se ha vuelto en un destino preferido para inmigrantes que no hablan inglés.

"La inmigración es una fuente de crecimiento poblacional", dijo. "Dado que la población nativa de raza blanca ha disminuido mientras que la afro-americana ha aumentado ligeramente, casi todo el crecimiento de habitantes (en la región) es resultado del flujo migratorio".

La población nacida fuera del país creció el 40 por ciento en el área metropolitana durante la década de 1990, indica el estudio. De 2000 a 2006 este porcentaje se incrementó el 26 por ciento, para sumar 586.119 inmigrantes en la zona, conformando así el 10,3 por ciento de la población.

Para Israel "Izzy" Colón, promotor de la orden ejecutiva que firmó el alcalde Michael Nutter, estos hechos son razón suficiente para comenzar el acercamiento a las comunidades que se han establecido en la ciudad.

"Todos estamos trabajando para que Filadelfia sea un lugar amistoso y que de la bienvenida a todos los recién llegados, a todos los residentes, sin importar el color, la raza, la nacionalidad, el sexo, ni su estatus migratorio", dijo.

Agregó que este es el comienzo de un proceso que ya se había tardado en ocurrir.

"Para muchos la inmigración es un tema de hostilidad. Con esta orden queremos cambiar eso, crear conciencia pública", dijo.

A través de su puesto como director de la Oficina del alcalde para Asuntos Multiculturales, entidad creada al inicio de la presente administración en enero pasado, Colón se reunió con representantes de los diferentes grupos étnicos de Filadelfia para establecer la relación que éstos tenían con la Alcaldía y sus dependencias.

El resultado es una orden que establece que todas las agencias de la ciudad establezcan planes de lenguaje para que se asegure el suministro de servicios en los idiomas que más comúnmente se hablan en los vecindarios de Filadelfia.

Además, urge el incremento de personal bilingüe y multilingüe en todos los niveles del gobierno de la ciudad, especialmente en aquellos puestos en los que hay gran contacto con la gente.

Este rubro es de especial importancia para los latinos de Filadelfia ya que a pesar de ser poco más del 10 por ciento de la población de la ciudad, su presencia en los órganos de gobierno es de apenas el 5 por ciento de un total de 26.000 empleados con que cuenta la ciudad, de acuerdo a estadísticas del Departamento de Personal de Filadelfia.

Finalmente, la orden identifica como necesario desarrollar estrategias para integrar a los inmigrantes a la comunidad.

A este respecto, Wendell Pritchet, subjefe de personal del alcalde y jefe de investigación y prácticas de la ciudad, dijo que las conexiones que esta orden ejecutiva tiene con las prioridades del alcalde para la ciudad son obvias.

Dio como ejemplo la seguridad pública.

"Nuestros policías no pueden servir realmente a la ciudadanía a menos de que tengan la capacidad de interactuar con gente que no habla inglés, que viene de diferentes culturas", dijo.

Para Peter Bloom, dirigente de Juntos, organismo que presta servicios a la comunidad inmigrante del sur de Filadelfia, es importante enfatizar el ambiente anti-inmigrantes, tema que los  funcionarios dejaron de lado en sus comentarios.

"No sólo se trata del acceso al lenguaje, sino de la cultura de la ciudad para partir de un punto de respeto hacia las comunidades inmigrantes", explicó. "Hay problemas con la Policía, con las escuelas, con los patrones. Serán cambios culturales que tomarán mucho tiempo".

Cosidera que para que la ciudad logre los cambios que la orden propone debe haber otro tipo de éxodo poblacional.

"Debe haber una migración de mucha gente muy racista, que se vayan de la ciudad, porque realmente si ese racismo existe dentro de la fuerza policial, dentro del gobierno, pues el alcalde puede decir muchas cosas pero en la calle nada va a cambiar", dijo.

Indicó que la paciencia es clave, porque "esas cosas no van a cambiar de hoy a mañana".

Al cabo de casi 40 años, la diversidad de Filadelfia pasó de ser originaria de 12 países y Puerto Rico a estar conformada por 23 naciones y la isla que se cuenta como territorio de los Estados Unidos, indicó el estudio que utiliza cifras de la Oficina del Censo y de los propios investigadores.

Pritchet dijo que estos números y la orden ejecutiva ayudarán a Filadelfia a ganar 75.000 nuevos residentes durante los próximos 10 años, cifra que él mismo consideró aventurada, pero que ha sido la que el alcalde Nutter se ha puesto como meta.

Lo arriesgado de este pronóstico se ratifica si se toma en cuenta al estudio que indica que apenas el 31 por ciento de los inmigrantes han hecho de la ciudad de Filadelfia su hogar, resaltando un fenómeno llamado "suburbanización del flujo migratorio".

Es decir, que casi siete de cada 10 inmigrantes prefieren los suburbios colindantes con Filadelfia.

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