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Fotos: Supra Endura.
Fotos: Supra Endura.

Esta diseñadora local traduce causas benéficas en estampados 'fashion'

Vestir causas benéficas es posible gracias a la idea de la diseñadora Gabrielle Mandel.

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Si hay algo en lo que todos los diseñadores coinciden —independientemente de su estilo, su público, su procedencia o su visión de la industria— es que la inspiración de sus colecciones puede encontrarse literalmente en cualquier lugar.

Dependiendo del momento, puede ser una ciudad  —Cuba parece ser la nueva favorita de la moda— una persona, un sentimiento o, una de las más recurrentes, la naturaleza en todas sus formas. En el caso de la joven diseñadora local Gabrielle Mandel, lo que caracteriza a sus diseños es precisamente lo contrario, la existencia de una constante fuente de inspiración: el trabajo de las organizaciones sin fines de lucro con las que colabora. Algo que sin duda puede apreciarse si se mira con detenimiento, y conocimiento de causa, sus creaciones.

“Cuando decidí que quería comenzar mi propia línea de ropa y empecé a diseñar me di cuenta de que no había nada especial en ello, que había muchas otras marcas ahí fuera. Y quería (crear) algo que tuviera un gran impacto e hiciera que los consumidores se sintieran más conectados y como siempre he estado muy interesada en la filantropía. Puedes hablar sobre diferentes causas a través de diferentes medios”, cuenta la joven diseñadora.

Mandel se formó en la Universidad de Syracuse y tras graduarse se mudó a Nueva York, donde trabajó durante cinco años con grandes firmas del sector como J. Crew o Rebecca Mincoff. Hasta que en el año 2012 decidió que quería comenzar con el desarrollo de su propia marca. Y así nació Supra Endura. Una firma que debe su nombre a un tipo de papel fotográfico y que etimológicamente representa una mezcla entre 'más allá de los límites' (Supra) y la ‘capacidad para aguantar' (Endura).

Supra Endura terminó de tomar forma en Filadelfia, donde Mandel regresó para formar parte de la promoción 2014 del Philadelphia Fashion Incubator, iniciativa en la que se han formado un gran número de diseñadores locales y que se enfoca principalmente en la parte del negocio.

“Decidí que sería genial si diseñase ‘print’ inspirados en organizaciones sin fines de lucro y un interesante reto artístico para mí representar sus causas, pero también ayudar a recaudar fondos y concienciar a la población. Es un viaje verdaderamente interesante”, reconoce.

Comenzó realizando alianzas con nueve, sin embargo, con la intención de construir mejores y más sólidas relaciones con las organizaciones ha decidido centrarse tan solo en una o dos cada año. Pero, ¿cómo comienza y se desarrolla cada colección?

“Es un proceso muy interesante… Siempre estoy atenta a causas únicas y en las que realmente creo, pero también tienen que ser iniciativas que puedan traducirse en estampados. Muchas veces la gente me habla sobre organizaciones que son geniales pero creo que no voy a ser capaz de representarlas en un ‘print’”, confiesa Mandel.

Una vez elegida, se pone en contacto con la organización para comentarles su idea y ofrecerles las posibilidad de realizar la colaboración. Ultimamente, según reconoce, se ha centrado más en entidades locales. Entre ellas, destaca una de sus colecciones más recientes, con Urban Tree Connection —una entidad dedicada a la revitalización de espacios abandonados con la ayuda de niños y adultos pertenecientes a la comunidad— , o la que llevó a cabo con el Wistar Institute.

“Algunos estampados toman más tiempo que otros […] Cuando les contacto, les pregunto si tienen imágenes. Por ejemplo, Wistar me envió fotos de células bajo el microscopio y lo que hice fue jugar con ellas en Photoshop, las cambié, añadí diferentes colores… Siempre continúo indagando hasta que siento que he llegado a algo bueno y me gusta lo que he hecho”, explica.

En cambio, en el caso de Urban Tree Connection, lo que hizo fue tomar diferentes fotos de flores y cambiarlas. “Cada print es diferente y único y empieza con una idea que, normalmente, al terminar con el trabajo, acaba siendo algo totalmente diferente”.

 

El ‘renacimiento fashion’ de Philly

“Es un gran momento para ser diseñador en Filadelfia. Alguna de las ventajas de ser diseñador en Philly es que el coste de vivir y trabajar es mucho menor y además está muy cerca de Nueva York (donde se encuentra gran parte de la industria de la moda). Otra de las cosas buenas es que Filadelfia tiene una comunidad ‘fashion’ más pequeña pero también mucho más abierta. Por lo que puedes conectar con un gran número de personas geniales”, reconoce Mandel.

“Realmente siento que Filadelfia está viviendo un renacer ‘fashion’, más concentrada en diseñadores locales y centrando más energía en eventos de moda y hay más conexiones llevándose a cabo”.

Sin embargo, asegura que la ciudad todavía podría hacer más por ayudar a jóvenes diseñadores locales. “Creo que sería genial su Filadelfia pudiera ser más ‘business friendly’ con los pequeños negocios. Hay muchas start up tecnológicas y de moda, y muchas cosas geniales sucediendo en Philly… pero opino que estaría bien si tratásemos de mantener ese talento y ese negocio aquí”.