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Las elecciones extraordinarias del Distrito 197, el pasado martes 21 de marzo, estuvieron protagonizadas por el ausentismo en las urnas, solo el 6 por ciento de los electores registrados ejercieron su derecho al voto. Foto: Peter Fitzpatrick/AL DÍA News
Las elecciones extraordinarias del Distrito 197, el pasado martes 21 de marzo, estuvieron protagonizadas por el ausentismo en las urnas, solo el 6 por ciento de los electores registrados ejercieron su derecho al voto. Foto: Peter Fitzpatrick/AL DÍA News

Elecciones del Distrito 197: ¿Más de lo mismo?

El candidato demócrata Emilio Vázquez ganó con poco más de 1.950 votos. Las candidatas Lucinda Little y Cheri Honkala denunciaron presuntos hechos de fraude…

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Cada vez que en Filadelfia se llevan a cabo unas elecciones, la misma pregunta sale a flote: ¿Qué pasa con el voto latino?, ¿por qué los llamados líderes hispanos parecen incapaces de unirse y movilizar a una comunidad que representa casi el 12 por ciento de la población?

Esas preguntas volvieron a quedar sin respuesta la semana pasada en el Distrito 197, en North Philly, por cuenta de la jornada extraordinaria para elegir a la persona que reemplazará a Leslie Acosta, la exrepresentante estatal demócrata que tuvo que abandonar su curul en medio de un escándalo por malversación de fondos.

Y quedaron sin respuesta porque las elecciones extraordinarias del Distrito 197 fueron todo menos un gran ejemplo de participación ciudadana y fiesta democrática. Ni siquiera el candidato ganador, el demócrata Emilio Vázquez -curtido en este tipo de lides electorales-, logró que la gente acudiera masivamente el pasado martes a los puestos de votación: de 64.000 residentes habilitados para votar, menos de 3.000 acudieron a la cita democrática: eso es casi el 6 por ciento del censo electoral de ese sector.

¿Por qué unas elecciones tan importantes para los habitantes de North Philly no logró convocar a su comunidad? Varios electores consultados por AL DÍA News el mismo día de la elección expresaron que la mayoría de la gente desconocía que se estaba llevando a cabo la jornada, otros le atribuyeron a la pobre participación ciudadana al hecho de que las elecciones extraordinarias se celebraron en medio de la semana laboral, ¨mucha gente aparecerá después de las 5:00¨, dijeron. Sin embargo, eran las 6:30 p.m. y los puestos de votación estaban más solos que la candidata republicana, Lucinda Little, en el tarjetón.

Mucha bulla para una elección descafeinada

Pese a la ausencia del 94 por ciento de los electores, la semana pasada, antes de que se conociera quién sería el reemplazo de Acosta en la Cámara Estatal de Representantes, las candidatas Lucinda Little (republicana) y Cheri Honkala (Pardio Verde) denunciaron presuntos actos de coerción del voto y fraude electoral. 

Y aunque llama la atención de que en unas elecciones tan pequeñas se puedan presentar este tipo de trampas, la Oficina de los Comisionados de Filadelfia hizo eco de algunas denuncias, mientras que el Fiscal Distrital de Filadelfia dispuso una ¨fuerza de tarea especial¨ para investigar los hechos reportados por miembros de las campañas perdedoras. 

Más allá de las presuntas ligerezas que se pudieron dar en una jornada en la que hubo más ojos puestos sobre las urnas que votos depositados en ellas, lo que las elecciones extraordinarias del Distrito 197 consiguieron fue sumarle una anécdota más al relicario político de los líderes hispanos del norte de la ciudad.

La historia de los dos últimos representantes estatales por ese distrito, Leslies Acosta y J.P. Mirandas -ambos demócratas, ambos latinos, y ambos tristemente célebres por ser confesos responsables de hechos de corrupción-; es el último capítulo de la larga historia sobre por qué a los hispanos de North Philly les cuesta tanto capitalizar la fuerza electoral de una comunidad tan importante en todos los aspectos.

Nombres como Ángel Cruz, Ben Ramos, Carlos Matos, Fred Ramírez, Danilo Burgos, Tomás Sánchez, Nelson Díaz, María Quiñonez-Sánchez y la paradójica suerte de LUPE (Latinos United for Political Empowerment), se han visto envueltos en una larga trama de alianzas y desencuentros, de peleas irreconciliables que dejan entrever una especie de canibalismo político que al final ha imposibilitado la conformación de una fuerza compacta, coherente y decisiva que influya con determinación en la política de Filadelfia y Pensilvania.

Por eso, más allá de los resultados del Distrito 197, más allá de que el Partido Demócrata haya logrado conservar una silla en una Cámara de Representantes dominada por los republicanos, y más allá del papel que pueda desarrollar en Harrisburg el representante electo Emilio Vázquez, el tema que subyace siempre es si los hispanos tienen o no la voluntad de pensarse como una fuerza política con vocación de poder y capaz de incidir en el presente y futuro de la región.

Esto con miras a las elecciones primarias y generales que se vienen este año en las que al menos otro latino está llamado a protagonizar una campaña muy especial, la de el reemplazo del polémico Seth Williams al frente de la Fiscalía Distrital.

Richard Negrín, el cubanoestadounidense con una larga trayectoria en el sector judicial y público, compite con al menos seis candidatos demócratas para proclamarse como el candidato único de su partido por el puesto del Fiscal Distrital. ¿Existe alguna fuerza hispana en torno a él para impulsar su campaña y asegurar que un hombre que conoce bien los problemas de la comunidad lidere los esfuerzos para disminuir los índices de criminalidad e inseguridad de la ciudad desde un enfoque integral y multiétnico?

Independientemente de si la hay o no, lo que importa es que las elecciones futuras sean interpretadas como una oportunidad para empoderar a toda una comunidad -en vez de a unas figuras individuales- y que los líderes o personas escogidas sean capaces no solo de movilizar a la gente en las urnas sino de traducir ese respaldo en beneficios palpables en las calles, en los hogares, en las escuelas y dondequiera que transcurran las vidas de miles de hispanos de Filadelfia.