“El colonialismo es un crimen de lesa humanidad”: Óscar López Rivera
El conocido líder independentista de Puerto Rico -amnistiado por el gobierno de Barak Obama- visitó Filadelfia para dejar un mensaje de unidad de cara a la…
Cuatro meses después de que Óscar López Rivera recuperara su libertad tras pasar más de 35 años en prisión, el líder social y símbolo de la lucha independentista de Puerto Rico pisó suelo filadelfiano para reunirse con su comunidad en el norte de la ciudad.
La cita fue en Taller Puertorriqueño, lugar en el que el pasado lunes 18 de septiembre se agolparon más de 300 personas para ver de cerca lo que por mucho tiempo fue un mito. El hombre al que la mayoría conocían a través de fotos estaba allí en carne y hueso, cubierto por el halo la reverencia que tienen los hombres cuando dedican su vida a una causa justa.
Un aplauso masivo de un minuto exacto le dio la bienvenida al escenario. “Este es un momento muy humilde y conmovedor para mí. Estar en Filadelfia es emocionante”, fueron las primeras palabras de López Rivera.
El que llegó a ser el preso político más antiguo del mundo, para muchos “el Mandela Latinoamericano”, inició su discurso remembrando cómo se unió a la causa independentista de su país.
“Me uní al movimiento cuando escuché las palabras de una mujer puertorriqueña que alguna vez dijo: ‘Yo vine a Washington no a matar a nadie pero a dar la vida por Puerto Rico’”. Las palabras las pronunció Lolita Lebrón durante su juicio en Washington en 1954, junto a sus compañeros Rafael Cancel Miranda, Edwin Flórez y Andrés Figueroa Cordero.
Esas mismas palabras causaron en López Rivera una revelación: nadie que se considere libre puede vivir sin patria. Desde entonces, sigue ese norte sin que nada doblegue su espíritu revolucionario. “Hoy mi honor y mi integridad son más fuertes que cuando me encarcelaron”, afirmó.
López Rivera, de 74 años de edad, es uno de esos radicales –un hombre de ideas profundas y estructuradas– cuya filosofía no le impide tender puentes de entendimiento hacia sectores políticos con los que no comulga. Su mensaje en Filadelfia fue un llamado a enfrentar el colonialismo como lo que es “un crimen de Lesa Humanidad”.
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“No necesitamos otra cosa distinta que actuar de manera unida, independientemente de nuestras diferencias políticas, de nuestras preferencias religiosas, incluso sin importar prejuicios como el racismo, tan vigente aún en Puerto Rico. Creo que podemos trascender esas diferencias como lo hemos hecho antes”.
López Rivera se refirió a otros momentos en los que el grueso del pueblo puertorriqueño se ha unido, como el caso de Vieques o la excarcelación de los presos políticos.
“Si amamos a Puerto Rico tanto como creo que todos aquí lo hacemos, entonces no puede ser tan difícil ponernos de acuerdo para descolonizarlo”, dijo.
El líder independentista expresó que encuentra una gran fuente de esperanza en los rostros de cientos de jóvenes puertorriqueños que se ha encontrado en Estados Unidos y en la isla dispuestos a seguir la lucha que él sus compañeros protagonizan desde el siglo pasado.
“Después de aquel 23 de septiembre de 1868 se nos dijo que habíamos perdido. Pero se equivocaron, porque creo que estamos del lado ganador: cuando se lucha por una causa noble, siempre se gana”, sentenció.
El líder independentista también hizo un llamado a la comunidad boricua de Filadelfia, parte de a la diáspora puertorriqueña en Estados Unidos, para ver la isla “como nuestra tierra prometida, nuestro lugar en la tierra”.
La jornada terminó con todo el auditorio entonando -puño en el aire- La Borinqueña, el poema de Lola Rodríguez de Tió, adoptado como himno nacional de Puerto Rico por los independentistas.
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