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El foro estuvo compuesto (de izquierda a derecha) por María Teresa Kumar, Jim Kenney, Greg Stanton, Bill de Blasio, David Lubell y Gheisha J. Williams.  Lucía Tejo/AL DÍA News.
El foro estuvo compuesto (de izquierda a derecha) por María Teresa Kumar, Jim Kenney, Greg Stanton, Bill de Blasio, David Lubell y Gheisha J. Williams.  Lucía Tejo/AL DÍA News.

Acoger a la inmigración como clave del desarrollo de una ciudad

Lugares como Filadelfia, Nueva York o Phoenix no han tardado en comprobar la que se convirtió en la máxima del foro Strenght of the Union, celebrado el lunes…

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Inmigración y políticas públicas, que acompañen su desarrollo, se han convertido en dos conceptos inseparables en muchas ciudades de los Estados Unidos.

Lugares como Filadelfia, Nueva York o Phoenix no han tardado en  comprobar la que se convirtió en la máxima del foro Strenght of the Union, celebrado el lunes 25 de julio en el National Museum of American Jewish History: “la inmigración hace progresar una ciudad”.

Una discusión celebrada con motivo de la DNC en la que participaron los alcaldes de Filadelfia, Jim Kenney; Nueva York, Bill de Blasio; y Phoenix, Greg Stanton,  y que estuvo moderada por la presidenta y CEO de Voto Latino, María Teresa Kumar. El foro también contó con la presencia de David Lubell, fundador y director ejecutivo de Welcoming America, y Gheisha J. Williams, presidenta de Electric Pacific Gas and Electric Company. 

“Las municipalidades están tomando una dirección importante en el país en materia de integración de los inmigrantes, y tiene sentido porque las ciudades son pragmáticas, innovadoras y consiguen sacar las cosas adelante.  Ellas ven que los inmigrantes son un ‘boom’ para sus comunidades y por eso dicen ‘sí, queremos atraer a los inmigrantes y ayudarles a triunfar’”, aseguró Lubell.

Pará él, una ciudad acogedora es una combinación entre un clima ‘de bienvenida’ y el desarrollo de políticas públicas que permitan a los inmigrantes alcanzar todo su potencial.

Un ejemplo, a juicio de De Blasio, sería el Municipal ID implantado en la ciudad de Nueva York.

“Lo que hacemos, todos nosotros, trata sobre políticas pero también sobre humanidad”, dijo De Blasio. “Mucha gente me dijo que se sienten aceptados y respetados, que antes eran personas indocumentadas y ahora son nuestros vecinos y parte de nuestra ciudad, como cualquiera”.
Sin embargo, para Kenney no solo es un asunto de sentirse aceptados, también seguros.

“La cuestión es que no puedes gobernar de manera efectiva si los ciudadanos tienen miedo de nuestra policía. Si no pueden separar el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de nuestro cuerpo policial (local) tenemos un gran problema”, dijo Kenney en referencia al estatus de Ciudad Santuario del que goza Filadelfia. “Si no rompemos estas barreras no vamos a conseguir tener una ciudad tan segura como deberíamos”.

Por su parte Stanton lo tiene claro: “Ser una ciudad acogedora  no solo es bueno para las personas, también es favorable para los negocios, porque sabemos que ser pro personas también es ser pro negocios”.

Y Phoenix, una ciudad que ha vivido una situación similar a la de Filadelfia (asistiendo a un aumento de sus habitantes tras años de pérdidas gracias a la llegada de inmigración), lo ha comprobado en primera persona.

Con una población en su mayoría latina, joven y bilingüe; y México como principal compañero de negocios, Phoenix se toma muy en serio lo de ser una ciudad acogedora.

“Ningún lugar en el país se beneficiaría tanto de una reforma migratoria como mi ciudad”, sentenció Stanton.

Williams coincidió con Stanton en esa relación directa entre inmigración y crecimiento económico. Una cuestión que asegura, se encuentra en el ADN del país.

“Los negocios americanos progresan con la inmigración y de alguna manera, no ser acogedor con la causa inmigrante sería como si Estados Unidos perdiera un poco su alma”.

De Blasio no desaprovechó la oportunidad de aclarar que ese sentimiento antiimigrante al que incitan algunos personajes públicos “usa la frustración económica que la gente siente, y que es muy legítima, causada por una economía que no ha estado al servicio de la mayoría de los norteamericanos, solo de los más ricos”.

“Todo ello juntado de la manera más perversa le dice a la gente que los que le están empobreciendo son aquellos que vienen de otros países y no ese uno por ciento que tiene el mando”, declaró De Blasio.

La solución a este malentendido pasa, según el alcalde de la ciudad de Nueva York, por hablar de razas e inmigración durante las elecciones porque “si se produce esa conversación consigues romper la visión antiimigrante del mundo, ya que una vez que la mayoría de los americanos entienda con quién está legítimamente frustrada, eso quitará mucha presión al asunto de la inmigración”. 

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