"Yo ya estoy puesto. La primera semana ya la tengo preparada con mis vacaciones para ver los primeros partidos de la selección mexicana con los amigos", dijo Carlos Rojas, entrenador mexicano del equipo Galaxy en South Philly. 

Su equipo en la liguilla mexicana es el Cruz Azul. "Aunque la mayoría de mis jugadores son americanistas, yo soy azul hasta la muerte".

En el sur de México además de organizarse para ver los partidos, preparar la carne asada y traer puesta la camiseta de la selección, los colores del tri llegan hasta la iglesia para teñir la vestimenta de la imagen del Niño Dios a la espera de recibir la bendición que abra el campo hacia la victoria del equipo durante el Mundial. 

Desde hace décadas cientos de fieles visitan una iglesia localizada en Tacuba, área al noroeste de la Ciudad de México, para rendir tributo al Santo Niño de los Milagros y pedir su ayuda divina para la selección mexicana.

"Mi afición ha sido desde que nací...desde siempre. Es lo mismo para mí, yo soy católico y el fútbol también es una religión porque lo vivimos, igual que la misa, cada domingo. La tradición del 'Niño futbolista' me tocó verlo en México, la comunidad mexicana tiende a ser muy devota, principalmente los católicos tenemos mucha fe en los santos, en la Virgen y así que algunos le ponen la camiseta de la selección para que le vaya bien al equipo", dijo Rojas

Para Antonio Espinoza, curador de la exhibición 'Futbol: En las redes del arte', actualmente abierta en el Centro Cultural Brasil-México, en la Ciudad de México, el fútbol es un juego cargado de mitología y religión que tiene en los estadios sus templos y en los jugadores sus santos. 

"El fútbol es una supervivencia de nuestro pasado tribal, un deporte que abre paso a las fuerzas más primarias del hombre. El más popular de los deportes simula un retorno a la barbarie, a nuestra vida en las cavernas, a un tiempo primigenio en el que todos éramos iguales pero ya nos matábamos sin piedad. Así se explica la enorme fortuna que el juego de las patadas ha tenido en el mundo del arte y la literatura", dijo Espinoza.

Imagen de la exhibición 'Futbol: En las redes del arte'.

Otro mexicano residente de Bensalem y fiel jugador de fútbol es Javier Santamaría. Originario del estado de Tlaxcala, a Santamaría le parece simpático que el fervor de los futboleros llegue hasta los altares de la iglesias. "Como dicen 'lo de Dios a Dios'. Las personas son tan entregadas a la pasión que imploran, rezan y hacen misas cuando va a jugar la selección. Se llega al extremo...pero yo respeto las creencias de cada quien".

Sin embargo, está de acuerdo en que el fútbol en México es parte de la vida diaria y tan mexicano como el mole.

"En México se da el fútbol porque a la gente se le hace más fácil jugar 'soccer' que practicar cualquier otro deporte, es el más accesible. Te juntas con tus compañeros de escuela y empiezas a armar la 'cascarita'", agregó Santamaria.

Para Rojas, el fervor por el 'fut' no es algo netamente mexicano, este es un deporte que arrasa diferente afición a nivel mundial porque todo el mundo lo puede jugar.

"Principalmente que no importa del país que vengas sino que tengas fe hacia algo o alguien, y que sepas que sí se puede lograr", concluyó Rojas.