45 millones. Esta es la cifra aproximada de ciudadanos que se beneficiaron de media en el 2015 del Supplemental Nutrition Assistance Program, conocido como SNAP (por sus siglas en inglés) o más coloquialmente como ‘food stamps’ o cupones de comida. Un sector de la población entre el que el Ministerio de Agricultura de Estados Unidos, el organismo encargado de regular este programa, quiere promover una alimentación más saludable.

Con este fin acaba de anunciar nuevas regulaciones, dirigidas a los más de 260.000 establecimientos proveedores de comida que aceptan el pago con SNAP a nivel nacional, que están principalmente enfocadas a un aumento del número de opciones disponibles para los beneficiarios del programa.

Así, y mientras con la normativa actual se exigía que los puntos de venta contaran con un mínimo de tres variedades de alimentos de los cuatro grupos principales (frutas y vegetales, pan y cereales, comida y pescado), las nuevas directrices elevan la cantidad de tres a siete. Además, tres de los cuatro grupos deberán contar con alimentos perecederos. 

Por otro lado, el Ministerio de Agricultura de Estados Unidos obliga a los establecimientos participantes a disponer de al menos 168 productos que han sido catalogados por el organismo como saludables.

“El Ministerio de Agricultura de los Estados Unidos está comprometido con la expansión al acceso de los beneficiarios de SNAP a grupos de comida que son importantes para llevar una dieta saludable”,  ha declarado el secretario de Comida, Nutrición y Servicios de Consumidores, Kevin Concannon. “Esta propuesta garantiza que las tiendas que acepten SNAP ofrecen una variedad de productos que asegura opciones saludables para los que participan en este programa”.

Según datos de este ministerio, la mitad de los 45 beneficiarios de SNAP son niños y un 10 por ciento personas de edad avanzada, mientras que el 40 por ciento reside en hogares con algún tipo de ingreso.