Llegar pronto al puesto de trabajo y marcharse a casa de los últimos, generalmente habiendo superado las horas diarias requeridas. Si usted es de esos, o bien conoce a alguien que lo es, debería de saber que esta costumbre tiene un impacto negativo en su salud. Así lo asegura un estudio realizado por el University College London y publicado en The Lancet.

El corazón sería uno de los más afectados por esta adicción al trabajo pues, según este informe, aquellos que trabajan más de 55 horas semanales tienen un 13 por ciento más de posibilidades de padecer una enfermedad cardiaca que los que dedican al desempeño de la actividad laboral entre 35 y 40 horas.

Para llegara esta conclusión, los investigadores ha analizado cerca de 25 estudios en los que participaron unos 600.000 hombres y mujeres de Norteamérica, Europa y Australia.

El segundo análisis (de 17 estudios con un número similar de participantes a los que se realizó un seguimiento durante siete años) demostró que los que trabajaban 55 horas o más a la semana tenía un tercio más de probabilidades de sufrir un derrame.

Y si piensa que aunque supera las 40 horas semanales si no llega a las 55 no tiene riesgo... está equivocado. Las probabilidades aumentan a medida que lo hace su horario: un 10 por ciento entre los que trabajan entre 41 y 48 horas y hasta un 27 por ciento mayor para los que dedican entre 49 y 54.

El estrés derivado de esta conducta, unido a la inactividad física que en muchos casos (trabajo de oficina) supone son dos de los factores directamente relacionados con trabajar en exceso y que por consecuencia harían que esta conducta fuera perjudicial para la salud.