La contaminación del aire se ha convertido, por desgracia para los habitantes de Santiago de Chile, en una perjudicial realidad más habitual de lo que les gustaría. Sin embargo, a comienzos de esta semana los niveles de polución alcanzaban máximos históricos (en parte a consecuencia de la escasez de lluvias) obligando a las autoridades a decretar el estado de emergencia ambiental por primera vez en 16 años. Cabe destacar que a lo largo del mes de junio la ciudad se ha encontrado en estado de ‘pre emergencia’ hasta en seis ocasiones.

El lunes 22 de junio la calidad del aire obligaba a tomar medidas restrictivas para combatir la polución. Entre ellas figuró la prohibición de la circulación de un 40 % de los vehículos con catalizador, así como del 80 % de aquellos sin catalizador. Por otro lado, también se decretó la paralización de 3.000 industrias y se recomendó a los ciudadanos no realizar actividades al aire libre.

Parece que por el momento las medidas han dado algún resultado. El miércoles 24 de junio Santiago de Chile redujo el nivel de ‘preemergencia' a ‘alerta’, reduciendo las restricciones. Sin embargo, el gobierno de la ciudad centra sus esfuerzos en la búsqueda de soluciones a más largo plazo.