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Esposo y esposa brasileños, que recientemente se mudó a los Estados Unidos.
Esposo y esposa brasileños, que recientemente se mudó a los Estados Unidos.

El éxodo de la clase media brasileña

La corrupción política y la crisis económica que atraviesa Brasil son las dos principales razones que han impulsado a miles de brasileños de clase media a…

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Un profesional brasileño de 45 años cuenta cómo de pronto se vio en un callejón sin salida cuando la empresa para la que trabajaba –una compañía bien establecida– se declaró en bancarrota debido la crisis económica que atraviesa el país. Como su salario era la única fuente de ingresos de su familia, él y sus allegados tomaron juntos una decisión gigantesca: abandonar Brasil en busca de oportunidades en Estados Unidos.

La decisión de este hombre, que prefiere no desvelar su identidad real por miedo a no obtener el visado, no es excepcional. Desde que la recesión empezó a hacer estragos, cada vez son más los brasileños que se gastan todos sus ahorros en marcharse a Estados Unidos en busca de una vida mejor.  

Además de la crisis económica, un alto porcentaje de estos inmigrantes apunta también a la corrupción política y a la frustración que ésta genera como motivo principal de huida del país.

Algunos están documentados, otros no. Pero al final del día, todos se enfrentan a retos similares, especialmente en un momento en que los inmigrantes en EE.UU. son percibidos como una amenaza a la clase trabajadora.

Entre los años 2012 y 2014, la cifra de brasileños que se mudaron a Estados Unidos tras ser transferidos por sus empresas y empleadores en Brasil aumentó en un 40%, según datos del Departamento de Seguridad Interior.

Esto contribuyó de manera significativa en la cifra total de brasileños que entran al país, tendencia que va en aumento desde hace siete años.      

Además del flujo migratorio, está también el turismo. Según Export.gov, en 2014, 2.264 millones de viajeros brasileños visitaron los Estados Unidos, lo que representa un aumento del 10 por ciento con respecto a 2013. En la actualidad, la cifra de brasileños que entra como turista y sobrepasa su estadía no para de crecer:  

Según cifras del Departamento de Seguridad Interior, en 2014 más de 28.000 visitantes brasileños rebasaron su estadía. En 2015, la cifra alcanzó los 36.000. En 2016, subieron a 37.000.  

La afluencia de inmigrantes coincide con los problemas que afronta el país desde hace unos años. Los titulares de los periódicos desvelan a diario escándalos por corrupción, mientras que el nivel de desempleo alcanza récords históricos, elevando la frustración de los brasileños con el gobierno central.

Según Peter Spiro, profesor de Derecho migratorio en Temple University, podemos esperar un crecimiento de la inmigración brasileña en EE.UU., ya que las migraciones tienden a crecer cuando un país atraviesa dificultades.

“(La afluencia de inmigrantes brasileños) se ajusta a los patrones históricos de la inmigración”, dice Spiro. “Cuando las cosas se ponen feas en casa y en Estados Unidos la situación es buena, la gente tiene más incentivos para venir aquí”.

Muchos brasileños que trabajan en compañías internacionales y quieren irse de Brasil optan por pedir a sus empleadores el traslado a EE.UU. En este caso, al trabajador se le garantiza un visado L1, que le permite traer a toda su familia. El número de visados L1 concedidos a brasileños aumentó un 15% entre 2013 y 2015. Alexandre Gaske, ejecutivo de la compañía de software SAP, es un ejemplo de clase media brasileña que decidió abandonar el país debido a la complicada situación política y económica.  

A diferencia del profesional mencionado al principio de este artículo, la empresa de Gaske no cerró. Su puesto de trabajo en las oficinas de SAP en Sao Paulo no corría peligro, pero se sentía frustrado por la mala gestión del gobierno de su país. Así que decidió pedir un traslado a EE.UU.

“No quería que mi dinero fuese a parar a manos de un gobierno corrupto, ni a Dilma, ni a Aecio, ni a nadie,” dice Gaske, refiriéndose a a los candidatos más destacados de las últimas elecciones en Brasil. “Quiero pagar mis impuestos a un gobierno que trabaje para el pueblo”.  

Aunque los trabajadores extranjeros en EE.UU. han sido retratados últimamente como una amenaza a las oportunidades de empleo para los estadounidenses, el país tiene mucho que ganar con la fuerza laboral inmigrante, asegura Kevin Fadl, profesor asistente de Estudios Legales en Negocios en la Fox School of Business de Temple University.

“Los brasileños que residen en Estados Unidos con un visado que les permite trabajar suelen ser trabajadores cualificados que satisfacen una demanda de empleo no cubierta en EE.UU.”, dice Fadl.

“Imponer restricciones cuantitativas a la migración implica menos trabajadores extranjeros compitiendo con los nacionales”, añade. “Pero también significa menos innovadores, menos emprendedores y menos trabajadores dispuestos a ocupar puestos de trabajo que los americanos no quieren, pero que son necesarios para mantener el dinamismo de la economía americana”.