LIVE STREAMING

El reflujo de bilis, más que un malestar digestivo

Un mal diagnóstico del reflujo biliar y el fracaso para controlarlo resultan en serios problemas, que algunas veces llegan a ser mortales.

MÁS EN ESTA SECCIÓN

Luto en Colombia

Piñatas para todos

Un latino en las estrellas

Un verdadero líder hispano

Embajador cultural latino

El G.O.A.T. llega a Fili

In Unison exposición

COMPARTA ESTE CONTENIDO:

 

El reflujo biliar puede causar gastritis, irritación e inflamación del revestimiento interno del estómago.                   

Al describir un caso de coraje intenso, usted podría decir, en sentido figurado, que se le subió la bilis a la garganta. Pero para algunas personas ésta de hecho se sube, tal vez no hasta la garganta, pero sí lo suficiente como para causar malestares digestivos y serios daños a la capa interna del estómago y esófago.

Los síntomas son similares a la acidez, y a muchos de los que lo padecen se les dice que tienen reflujo gastroesofágico, conocido como reflujo ácido. No obstante, el tratamiento con medicamentos populares para reflujo ácido, como los supresores de ácido inhibidores de bomba de protones como Prilosec, Prevacid y Nexium no funcionan o únicamente alivian parcialmente.

Eso se debe a que el reflujo ácido es, en el mejor de los casos, es sólo parte del problema. El principal culpable es el reflujo biliar, parte de los fluidos digestivos que supuestamente deben permanecer en el intestino delgado, donde ayuda a digerir las grasas.

La bilis no es un ácido. Es un fluido alcalino que consiste de sales y pigmentos biliares, colesterol y lecitina. Es producida por el hígado, almacenada en la vesícula biliar y liberada intermitentemente hacia el duodeno, la parte superior del intestino delgado, cada vez que se requiere para digerir grasa (la bilis sigue siendo producida como auxiliar digestivo aún después de que la vesícula ha sido extraída).

Un mal diagnóstico del reflujo biliar y el fracaso para controlarlo puede resultar en serios problemas, que algunas veces ponen el peligro la vida – úlceras estomacales hemorrágicas y esófago de Barreto, un posible precursor de cáncer de esófago.

Nadie que padezca reflujo biliar necesita esperar simplemente a que llegue lo peor, aunque los remedios no son tan simples y conocidos como los del reflujo ácido. La condición normalmente puede ser manejada con medicamentos, pero los casos severos requieren cirugía.

Síntomas y causas

Tanto el reflujo ácido como el biliar pueden afectar a la misma persona, lo que puede dificultar el diagnóstico. Pero la inflamación estomacal que resulta del reflujo biliar a menudo causa una sensación de ardor o retortijones en la parte superior del abdomen que no se observan en los casos de reflujo ácido, según expertos de la Clínica Mayo. Otros síntomas de reflujo biliar podrían incluir acidez frecuente (el principal síntoma de reflujo ácido), náusea, vómito de bilis, algunas veces tos o ronquera y pérdida de peso no intencionada.

Una breve lección de anatomía facilita el entendimiento del problema. Los principales órganos del tracto digestivo están separados por tejidos tipo válvulas que, cuando funcionan propiamente, permiten que la comida y fluidos digestivos pasen únicamente en una sola dirección: hacia abajo. Por tanto, cuando los alimentos y líquidos pasan a través del proceso digestivo, normalmente viajan de la boca a la garganta, después al esófago y al estómago, y finalmente hacia el intestino delgado. La abertura entre el esófago y el estómago, un anillo muscular llamado esfínter esofágico inferior, tiene la función de evitar que los ácidos estomacales se regresen hacia arriba. Cuando ésta no funciona, el reflujo ácido – acidez crónica – es el resultado normal.

Similarmente, se supone que la válvula pilórica, el anillo muscular entre el estómago y el intestino delgado, debe abrirse lo justo para permitir que unos gramos de comida licuada pasen al intestino delgado, pero no debe abrirse mucho para evitar que la bilis regrese al estómago. Cuando esta válvula no cierra apropiadamente, el reflujo biliar puede causar gastritis, irritación e inflamación del revestimiento interno del estómago. Si no es atendida, esta condición puede resultar en úlceras sangrantes o incluso en cáncer de estómago.

Diagnóstico y tratamiento

La principal prueba de diagnóstico incluye una exploración endoscópica del esófago y estómago para buscar inflamación o ulceración; una prueba para buscar ácido en el esófago (ésta sería negativa si el reflujo biliar es el único problema), y una prueba para determinar si hay reflujo de gas o líquidos hacia el esófago.

Se puede prescribir un medicamento llamado ácido ursodesoxicólico para promover el flujo de bilis y reducir los síntomas de dolor del reflujo biliar. Se puede utilizar otros medicamentos para acelerar el ritmo en que la comida abandona el estómago.

La cirugía es el tratamiento de última instancia, utilizada únicamente si ninguna otra cosa reduce los síntomas severos de reflujo biliar o cuando el esófago desarrollo cambios precancerígenos. La operación más común, llamada cirugía Roux-en-Y, involucra la creación de una nueva conexión hacia el intestino delgado para mantener alejada la bilis del estómago.