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Dulces preocupaciones: La diabetes y sus mitos

Es una de las enfermedades más comunes que aquejan a los estadounidenses y una de las más incomprendidas. 

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Aunque el sobrepeso incrementa el riesgo de padecer de diabetes tipo 2, no se tiene evidencia de que el consumo excesivo de azúcar provoque esta enfermedad.

Hay grandes posibilidades de que casi todos los estadounidenses conozcan a un diabético, ya sea amigo, familiar, un compañero de trabajo, o incluso un conocido.

Según la Asociación Americana de la Diabetes (American Diabetes Association, ADA) en el 2007 más de 23 millones de estadounidenses padecían de diabetes. Esto se traduce a cerca del ocho por ciento de la población nacional, lo cual hace que la diabetes sea una de las enfermedades de mayor predominio en el país, y la razón por la cual muchas vidas se han visto afectadas directa o indirectamente.

Independientemente de su predominio, aún existe una gran desinformación al respecto, debido a lo cual la diabetes no es sólo una de las enfermedades más comunes que aquejan a los estadounidenses, sino también una de las más incomprendidas.

En un esfuerzo por disipar los mitos tan comunes a esta enfermedad, la Asociación Americana de la Diabetes enfatiza en los siguientes mitos asociados con frecuencia a la enfermedad.

Mito: Consumir demasiada azúcar provoca diabetes

Aunque el sobrepeso incrementa el riesgo de padecer de diabetes tipo 2, el consumo excesivo de azúcar no provoca la diabetes. Si bien resulta difícil determinar por qué una persona padece de diabetes y otra no, es conocido que la historia familiar y la dieta insuficiente incrementan el factor de riesgo. Sin embargo, no hay evidencia de que demasiada azúcar causa la enfermedad. Por el contrario, se puede producir la diabetes cuando el organismo se desestabiliza, y se pone en peligro su capacidad de procesar alimentos que se consumen para generar energía.

No obstante, las causas de la diabetes difieren en dependencia del tipo, y ninguna es resultado del consumo excesivo de azúcar. Por ejemplo, la diabetes tipo 1 se produce cuando el páncreas no puede producir insulina, lo cual conduce a la acumulación de azúcar en los vasos sanguíneos. Varios estudios indican que la diabetes tipo 1 pudiera vincularse a dificultades con el sistema inmunológico.

La diabetes tipo 2 también se puede producir cuando el organismo no puede producir suficiente insulina, o cuando la insulina no funciona como debía. Las personas con sobrepeso son especialmente susceptibles a este tipo de diabetes.

Los cambios hormonales también pueden ser causas de diabetes, particularmente en el caso de las embarazadas, las cuales experimentan transformaciones que obstaculizan el funcionamiento adecuado de la insulina. Este padecimiento se conoce como diabetes de embarazo, y posiblemente desaparece después del parto.

Mito: Los diabéticos son más susceptibles a los resfriados y otros padecimientos

 Los diabéticos no son más susceptibles a contraer resfriados u otros padecimientos. Sin embargo, la Asociación Americana de la Diabetes aconseja que todos los diabéticos se vacunen anualmente contra la gripe, debido a que cualquier infección puede interferir con el control de la glucosa en la sangre, e incrementar el riesgo de acetoacidosis en el caso de personas que padecen diabetes tipo 1.

La acetoacidosis es un trastorno que obliga al organismo a pasar a un estado de inanición, porque no puede usar el azúcar para producir energía, debido a niveles insuficientes de insulina. La acetoacidosis puede desencadenar una serie de consecuencias peligrosas como sangre en la orina, deshidratación e incluso la muerte.

Mito: Los diabéticos no pueden comer dulces ni postres

Esto no es cierto. La persona que no es diabética debe seguir las mismas reglas con respecto a los dulces o a los postres que quien padece esa enfermedad. O sea, que se puede disfrutar de dulces, chocolates y postres con moderación, cuando se combinan con una dieta saludable y un régimen de ejercicios.

Sin embargo, esto no quiere decir que los diabéticos tienen que descuidarse en lo que respecta al consumo de dulces o postres. Por ejemplo, la moderación debe equivaler a una cucharada de helado en vez de dos. Además, se deben preparar los postres con endulzantes artificiales siempre que sea posible, y utilizar granos enteros, frutas frescas y aceite vegetal. Con frecuencia, estos ajustes no atentan contra el sabor.

Mito: La diabetes es contagiosa

Aunque surgen cada día numerosas preguntas con respecto a la razón por la cual una persona es diabética y otra no, la diabetes no es contagiosa. Este mito está enraizado en el supuesto vínculo genético y étnico con la diabetes, sobre todo la de tipo 2. Por mucho tiempo los investigadores de la enfermedad han estimado que existe un vínculo genético con la diabetes tipo 2, pues aparentemente se produce en familias (aunque no siempre ocurre así, y varios hijos de un padre con diabetes tipo 2 no tienen que padecer necesariamente la enfermedad). Aunque las investigaciones acerca de ese vínculo prosiguen, los médicos insisten en que la diabetes no es contagiosa.

La Asociación Americana de la Diabetes también enfatiza en la conexión de la diabetes tipo 2 y el origen racial. La diabetes tipo 2 es más común en los afroamericanos, hispanos, indígenas norteamericanos y asiático-americanos/residentes de las islas del Pacífico. Sin embargo, no hay evidencia de que la enfermedad es contagiosa.

Para obtener más información acerca de la diabetes, visite el sitio Web de la Asociación Americana de la Diabetes, www.diabetes.org.

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