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Photo: Michal Novak
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Acercando las 'melodías de Sudamérica' a la Orquesta de Filadelfia, y más allá

El director de orquesta Miguel Harth-Bedoya lleva su pasión por fusionar las tradiciones musicales de Sudamérica a la Orquesta de Filadelfia en un programa…

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El director de orquesta peruano Miguel Harth-Bedoya no percibe la diferencia entre las melodías más antiguas, la música tradicional y las tradiciones del imperio inca, transmitidas a través de los siglos, y la famosa sinfonía de Beethoven, que se asocia más a menudo con el término ‘música clásica’. Una denominación que, en opinión de Harth-Bedoya, se usa con demasiada frecuencia.

"Hay una gran diferencia entre la música en sí misma, la música que se ha escrito desde cero, y la música que se ha transmitido por la tradición oral. En América del Sur ha habido una rica tradición oral durante miles de años, desde que existió la civilización”, explica este director de orquesta, quien prefiere el término ‘concert music’ al de ‘música clásica’ cuando se refiere a aquellas melodías interpretadas por una orquesta sinfónica. “A lo largo de la historia, los compositores de todas las partes del mundo han incorporado melodías, sonidos y ritmos, que escucharon [y] no fueron escritos".

"Lo mismo ha sucedido en América del Sur, aunque sabemos muy poco de ello porque nos centramos principalmente en la música de Europa occidental o central, en la música de Europa del Este o en la de América del Norte, por lo que se ha hecho muy poco por la música en Sudamérica”, agregó.

Precisamente con este fin, Harth-Bedoya y la Orquesta de Filadelfia están organizando un programa especial de ‘Sonidos sudamericanos’ este fin de semana, del 4 al 6 de octubre, en el Kimmel Center. Harth-Bedoya, quien estudió en el Curtis Institute of Music en Filadelfia, dijo que su regreso a la ciudad es como volver a casa, ya que a menudo acude al Curtis Institute of Music para hablar con los estudiantes cuando tiene un concierto con Philadelphia Orquesta.

Este programa llega para presentar música clásica y tradicional de América del Sur, así como su actual generación de compositores sudamericanos como Jimmy López de Perú, cuya pieza ‘Perú Negro’ forma parte del programa junto con dos obras de los compositores argentinos Alberto Ginastera y Astor Piazzolla. El concierto comenzará con la ‘Obertura de Cuba’, de George Gershwin, que fue "inspirada" por las tradiciones latinoamericanas, explicó el director.

Harth-Bedoya señaló que la diversidad de nacionalidades e instrumentos musicales representados en el programa "realmente está conectando mundos, países y continentes, norte y sur".

Aunque el director dijo que, estadísticamente, no sabe si el número de compositores y músicos latinos y/o latinoamericanos ha aumentado en el sector de concert music, sí ha observado un crecimiento de las sinfonías y la música de orquesta en América Latina gracias al crecimiento de las economías y al aumento de la estabilidad política en muchos de los países de la región.

Harth-Bedoya también señaló que programas innovadores, como el ya famoso 'El Sistema' en Venezuela, también han contribuido a estimular el interés y “han creado un gran grupo de músicos y personas que pueden no ser músicos profesionales pero que están interesados ​​en la música de una forma u otra".

Piezas como ‘Perú negro’, explica Harth-Bedoya, ejemplifican las formas en que la interacción entre lo que se considera tradicional, la ‘concert music’ centroeuropea y los instrumentos de otras tradiciones musicales enriquece y sirve para transformar la definición misma de lo que es una sinfonía y de lo que puede llegar a ser. Esta composición utiliza instrumentos que fueron inventados por los esclavos durante el período colonial de Perú, y que ahora se conocen como el cajón, que también se ha incorporado al flamenco.

“Este compositor incorpora estos tres instrumentos que nunca pertenecieron a una orquesta sinfónica y que ahora cambian repentinamente el sonido y la sensación de cómo suena una orquesta sinfónica”, dijo.

"Es como cocinar con una especia diferente", continuó el conductor. "De repente descubres que un poco de esto cambiará todo el aroma o todo el sabor de un plato en particular, que puede que siempre haya sido el mismo".

A través de estos esfuerzos para "reunir música antigua y nueva, o popular y de concierto", dijo Harth-Bedoya, la música que toca la orquesta sinfónica "se convierte en una experiencia de vida".

Fuera del escenario, Harth-Bedoya ha realizado una gran cantidad de trabajos para reconocer, preservar y cultivar las tradiciones musicales de las Américas a través de la organización sin fines de lucro que fundó, Caminos del Inka. La idea de incorporar todo tipo de tradiciones clásicas a este tipo de música es algo que, según el director de orquesta, la mayoría de los profesionales acepta fácilmente.

"La música habla por sí misma", dijo Harth-Bedoya. "Puede ser que sea difícil porque ninguna de esta música es simple y fácil, pero una vez que comienzas, todos se meten de lleno en ella y la aman".

"Es por ello que el poder de la música es inconmensurable", sentenció.