Según la Alzheimer’s Association, una de cada tres personas mayores fallece a causa de algún tipo de demencia. Una condición en la que, solo en 2018 se gastará un total de 277 mil millones de dólares en Estados Unidos. Ambas circunstancias hacen que la demencia sea una de las condiciones que más preocupan, no solo en este país sino en el mundo entero. Es por ello que en los últimos años se ha incrementado el esfuerzo en el desarrollo de diferentes estudios a nivel mundial para definir los factores de riesgo para la demencia.

Uno de estos estudios ha sido el realizado en la Universidad de Sydney, en Australia. Esta investigación, dirigida por la profesora Sharon Naismith, se centró en la apnea obstructiva del sueño para observar los posibles efectos que esta circunstancia pudiera tener sobre el cerebro y las capacidades cognitivas.

La apnea obstructiva del sueño

La llamada apnea del sueño es un trastorno común entre la población. Las personas que sufren de ello realizan paradas respiratorias involuntarias durante las horas de sueño. Estas paradas, que pueden durar segundos o minutos, se producen debido a la relajación temporal de los músculos de la garganta.

La investigación

El estudio realizado por la Universidad de Sydney contó con la participación de 83 personas de entre 51 y 88 años. Todos los participantes coincidían en que se encontraban preocupados por el estado de su memoria, aunque no presentaban un diagnóstico de apnea obstructiva del sueño. El objetivo del estudio era conocer la relación que tiene esta condición con la reducción de los lóbulos temporales del cerebro y por tanto, con la disminución de la memoria.

Los participantes fueron sometidos a una resonancia magnética con el fin de medir las dimensiones de su cerebro. Así mismo se les realizó un estudio del sueño. Las conclusiones de ambos estudios arrojaron interesantes datos sobre la relación entre la apnea y la disminución de la memoria. De acuerdo a los resultados, aquellos pacientes que mantenían niveles más bajos de oxígeno mientras dormían, tenían unos lóbulos temporales más finos. Se da la circunstancia de que estas áreas del cerebro son las regiones más importantes para la memoria. Además contaban con un mayor grosor en otras zonas del cerebro, algo que podría ser un signo de la reacción del cerebro ante la falta de oxígeno.

En la actualidad no hay cura para la demencia por lo que investigaciones como ésta cobran un especial sentido al proponer un posible diagnóstico previo a la aparición de los primeros síntomas de la enfermedad. La apnea de sueño es una condición tratable a través de un dispositivo que impide el cierre de las vías respiratorias por lo que, su tratamiento, podría ser una buena alternativa a la hora de prevenir la demencia.