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Los medicamentos analgésicos y antiinflamatorios son los más consumidos. Foto: Pixabay
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Los medicamentos analgésicos y antiinflamatorios son los más consumidos. Foto: Pixabay ​​

Los riesgos de la automedicación

La ingesta de medicamentos bajo decisión propia es un riesgo que no debemos tomar.

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¿Alguna vez has decidido tomar una medicación sin supervisión de un médico? Recuerda cuando aquel conocido te facilitó aquellas pastillas que ya no necesitaba o te invitó a probar su remedio, recetado por el médico, para mejorar su condición. Se trata de una práctica habitual que llevan a cabo muchas familias, sin pensar en los riesgos a los que se pueden estar enfrentando.  

Automedicarse es una peligrosa actividad que puede poner en riesgo serio tu salud. Entre problemas más habituales que aparecen tras automedicarse, podemos encontrar los siguientes:

  • Error en el diagnóstico. Muchas veces pensamos que tenemos un conocimiento perfecto de nuestro cuerpo, tal y como el que tiene el médico titulado. Nos apoyamos en nuestra experiencia y en las vivencias de nuestros allegados para reconocer lo que nos pasa y ubicar nuestros síntomas bajo una enfermedad. Nada más erróneo que realizar esta acción sin supervisión médica. Nuestros síntomas pueden no tener que ver con la enfermedad que nos hemos autodiagnosticado. De hecho, pueden estar escondiendo una enfermedad más grave. Además, es probable que se trate de una enfermedad que nunca antes sufriéramos y que, por tanto, no seamos capaces de reconocer.

  • Nuevas enfermedades. Si no administramos el medicamento de manera correcta, el cuerpo podría reaccionar ante las sustancias ingeridas. Pueden ocurrir reacciones alérgicas o problemas de otro tipo.

  • Adicciones. Suministrar el medicamento inadecuado y mantener su ingesta durante el tiempo puede generar problemas de adicción en el paciente. En este caso, en de recuperarse del problema por el que se estaba medicando, estaría sumando un nuevo problema.

  • Sobredosis. Si estás administrando un medicamento nuevo a tu cuerpo, es fácil asumir que no conoces la dosis en la que éste debe ser suministrada. Esta situación puede generarte un grandísimo problema ya que puede hacer que te automediques una dosis más elevada de medicamento que la que tu cuerpo necesita. Algo que tiene como resultado una sobredosis, que puede generar desde una reacción alérgica local hasta un paro cardiorespiratorio.

 

Medicamentos contra el dolor como analgésicos o antiinflamatorios son el tipo de medicamentos que más se automedican. Se trata de medicamentos peligrosos, dependiendo de la cantidad que se ingiere y la persona que los tome. Es importante recordar que los niños, las personas mayores y las mujeres embarazadas son especialmente sensibles a la medicación.

Si te encuentras mal, recuerda acudir al farmacéutico o al médico para escuchar sus consejos y su diagnóstico.