Hay acciones que nuestro cuerpo realiza de forma involuntaria. Sin que nosotros seamos conscientes de ello ni podamos frenarla. Entre ellas se encuentran los tics, los espasmos y el bruxismo. Este último es un hábito involuntario que se repite durante el día pero fundamentalmente durante las noche, por el que la persona aprieta fuertemente la mandíbula. Esta presión hace que los dientes se erosionen, haciendo que los incisivos se aplanen y llegando a poder desaparecer, quedando las encías a descubierto.

El bruxismo es más frecuente de lo que parece. El último estudio del año 2013, se valoraba que el 12% de la población adulta sufre de este mar. Se trata de un acto involuntario del que la persona no es consciente. Suele descubrirse por el estado en el que se encuentran los dientes, por la aparición de frecuentes dolores de cabeza a primera hora de la mañana y, más habitualmente, porque la pareja escucha al paciente rechinar por las noches.
 

¿Por qué ocurre el bruxismo?

A pesar de que se han realizado muchos estudios entorno a este problema, la causa del bruxismo no está totalmente clara. Dentistas y expertos en salud mental están de acuerdo en que este problema podría estar relacionado con épocas de estrés y ansiedad. Sin embargo, llama la atención que este problema afecta tanto a niños como adultos. Un estudio realizado en Brasil ponía en relación este problema con el acoso escolar, poniendo de manifiesto que el 65% de los estudiantes acosados sufrían de este problema.

Prevenir mejor que curar

La fricción entre dientes y la presión que ejercemos sobre nuestra dentadura puede llegar a generar importantes problemas. Ante un caso de bruxismo incipiente, los dentistas recetan el uso de protectores dentales nocturnos hechos a medida y que protegen los dientes de nuestras acciones. Sin embargo, los expertos están de acuerdo en que es recomendable modificar el estilo de vida. Al fin y al cabo, el bruxismo es una señal de que el estrés está presente en nuestra vida.