Las navidades están a la vuelta de la esquina. Y con ella llegan las comidas multitudinarias y los excesos que ponen en riesgo nuestra dieta. La preocupación por mantener la línea durante las fiestas y conseguir no recuperar todo lo que hemos perdido este año lleva a muchos a plantearse la opción del ayuno. El llamado “ayuno compensatorio” supone no comer nada durante un día como manera de compensar los excesos cometidos el día anterior.

Esta práctica, adorada por muchos, es en realidad un hábito poco estudiado por los nutricionistas. Es necesario estudiar más a fondo la idea del ayuno compensatorio pero es cierto que, en la actualidad,  la mayoría de nutricionistas lo desaconsejan. El ayuno programado y dirigido por un profesional sí podría ser una manera de balancear nuestra dieta. Sin embargo aventurarse a la autoimposición sin control puede ser peligroso.

Ayuno controlado

Ayunar bajo supervisión médica puede tener efectos positivos en nuestro organismo. Se trata de un tipo de tratamiento conocido en Europa que busca el fin terapéutico. Sin embargo, este tipo de ayuno no significa no comer nada durante un día. El paciente debe ingerir entre 280 y 300 calorías diarias. Sin embargo estas se encontrarán siempre en líquidos como zumos, infusiones o caldos de verduras. Al seguir esta dieta, el cuerpo comienza a consumir sus reservas. Es por ello que se trata de un procedimiento que debe ser siempre controlado por un equipo médico.

Al seguir una dieta de ayuno el cuerpo puede resentirse, ya que se sentirá más debilitado. Es muy importante frenar la dieta ante los síntomas de mareos o malestar general.

Ayuno nocturno

Lo que sí puedes hacer por tu cuenta y que te ayudará, no sólo a contrarrestar los excesos de las navidades, sino a llevar una vida más sana, es apuntarte al desayuno nocturno. Esta práctica consiste en cenar ligero antes de las 8 de la tarde, para darle al cuerpo tiempo de quemar todo lo que ha ingerido. Un estudio realizado por el International Journal of Obesity defiende que cuanto más pronto realicemos las principales comidas del día, menos probabilidades de engordar tendremos. Se trata por tanto de dejar de ingerir alimentos durante las 10-12 horas después de la cena. Combinar esta práctica con la preparación de un desayuno nutritivo, pueden ayudarte a balancear tu dieta.

Las navidades es un momento de disfrute, pero con cabeza. Olvídate de realizar ayunos sin control médico y céntrate en las prácticas que pueden ayudarte a llevar una vida más sana.