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El agua cruda proviene de manantiales o de la lluvia. Foto: ATDSPHOTO
El agua cruda proviene de manantiales o de la lluvia. Foto: ATDSPHOTO

El boom del agua cruda

La última locura para mantener un cuerpo se llama "agua cruda" y supone beber agua sin tratar. Los expertos se han alzado ante este tipo de consumo, que puede…

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Hace unas semanas Silicon Valley nos sorprendía creando una nueva moda. El área más moderna del país está viendo el florecimiento de varias empresas y establecimientos que ofrecen “agua cruda” al consumidor. Lejos de ser una nueva moda healthy, los médicos y especialistas se han alzado contra esta nueva versión del agua. Analizamos los pros y contras de la llamada agua cruda.

 

¿Qué es el agua cruda?

Podríamos decir que agua cruda o raw water  es el agua de lluvia. Esto es, agua sin filtrar ni tratar químicamente para el consumo humano. Esta puede proveer directamente de la lluvia o de manantiales. Sus defensores la adquieren en carísimas botellas que ya se distribuyen por toda la zona. Alternativamente, y debido a su precio, hay gente que se ha lanzado a instalar sus propios dispositivos en casa, para poder recoger y consumir el agua de lluvia.

 

Sus beneficios

Los  defensores de esta nueva idea alaban las ventajas de tomar agua cruda. Su punto álgido es que se trata del agua que nos da la naturaleza de manera natural. No contiene nada artificial y por tanto no es mala para el consumo humano. Consumiendo agua cruda evitamos la ingesta de lo que ellos suponen “sustancias químicas peligrosas” para la salud.

 

Sus riesgos

Los expertos están de acuerdo en que beber agua cruda no supone ningún beneficio para el organismo. Más bien al contrario. La potabilización del agua ha supuesto uno de los mayores logros en sanidad. Y es que los agentes químicos que se utilizan para su potabilización contribuyen a eliminar sus bacterias, virus y parásitos. Beber agua sin tratar supone por tanto un riesgo para la salud. Puede ocasionar infecciones gastrointestinales y otra serie de enfermedades que se transmiten a través del consumo.

Uno de los puntos que defienden los consumidores es que el agua cruda comercial “está limpia y es cristalina”. Este aspecto, similar al de las aguas tratadas y embotelladas, no supone que el agua esté libre de virus. Es más, su origen puede ser tan natural como un manantial pero puede que su punto de recogida no lo sea. Por ejemplo, si existe uso humano del agua entre el manantial y el punto de recogida, el agua podría estar contaminada con diferentes parásitos.

Los expertos recuerdan que los niños son los más indefensos ante estos tipos de parásitos y recomiendan que solo consuman aguas tratadas. Parece por tanto claro, que no todo lo natural es bueno para nuestra salud.