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La planta crece en la zona del Amazonas. Foto: Deltreehd
La planta crece en la zona del Amazonas. Foto: Deltreehd

Descubierta una planta que mata células cancerígenas

La Vismia baccifera es una planta que crece en Colombia.

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Se trata de la última novedad en la investigación sobre el cáncer. La revista científica Heliyon acaba de publicar los hallazgos del equipo del grupo de investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad del País Vasco, en España.

 

Según este estudio, los investigadores han descubierto una planta del Amazonas que mata células cancerígenas humanas. Se trata de un descubrimiento que podría cambiar el rumbo de miles de investigaciones sobre el cáncer, a pesar de que los investigadores insisten en que todavía es pronto para hablar de la utilización de esta planta en los procesos de quimioterapia.

 

La Vismia baccifera es un tipo de planta que crece en la zona del Amazonia de Colombia. Se trata de una planta que ya era utilizada por las poblaciones indígenas de la zona, debido a sus propiedades antiinflamatorias. Según el equipo de investigadores las poblaciones de la zona en la que esta planta crece, la utilizan habitualmente para tratar enfermedades del tracto urinario y diferentes problemas de la piel.

 

En la Universidad del País Vasco se decidió estudiar diferentes plantas de esta zona del Amazonia y sus aplicaciones médicas y se seleccionó la Vismia baccifera para desarrollar este estudio concreto ya que resultaba tóxica para las células tumorales del hígado. En realidad la planta no “mata” directamente las células sino que bloquea su ciclo celular, imposibilitando que se dividan y por lo tanto, generando su muerte en última instancia.

 

Se trata de una investigación en desarrollo. Hasta ahora solo se ha realizado un estudio con células tumorales humanas con éxito, el realizado in vitro. En él la planta solo ha atacado a las células tumorales, dejando libres las células sanas. Los próximos pasos de esta investigación serían el estudio en vivo con animales y los ensayos clínicos en humanos. Ambas etapas requieren de bastante tiempo y de un importante desembolso económico importante. Estamos por tanto todavía lejos de ver su posible aplicación en los procesos de quimioterapia pero se trata de un nuevo hallazgo que podría cambiar para siempre el tratamiento de esta enfermedad.