Tras sufrir una enfermedad como un accidente cardiovascular, un ataque al corazón o cualquier otro episodio médico, el enfermo vuelve a casa con una serie de necesidades. Habitualmente la familia le ayuda a que se recupere en el mejor entorno posible. Pero, ¿qué ocurre cuando la familia no puede estar presente en todo momento? ¿Y cuándo la familia no tiene los conocimientos necesarios para poder asistir al enfermo de la manera correcta?

En ese momento entra en juego el trabajo de los cuidadores a domicilio.

Ayuda puntual

En ocasiones es probable que la familia o el propio enfermo se niegue a asumir que necesita la ayuda de una persona para poder realizar gestos cotidianos. Es por ello que muchos cuidadores a domicilio comienzan ayudando a realizar pequeñas tareas como acompañar al enfermo a las consultas médicas o realizando algunas tareas del hogar.  En el caso de cuidado de personas avanzadas, es habitual que los cuidadores comiencen preparando las comidas de los asistidos. Una vez que la persona asistida asume que necesita de la ayuda de un tercero, los cuidadores comienzan poco a poco a asumir más responsabilidades.

Apoyo a los familiares

Existen muchas personas que ante el impedimento de un familiar, deciden abandonar su trabajo para cuidar de él. Se embarcan entonces en una difícil vida dedicada a la asistencia del afectado. Estos cuidadores no profesionales también necesitan ayuda momentánea, momentos de relax y apoyo psicológico. Todo esto lo ofrecen los cuidadores a domicilio, ya que pueden presentarse en cualquier momento para dar un respiro al familiar al cargo.

Cuidados en español

Muchas veces la persona que necesita los cuidados no habla inglés, lo que supone una barrera a la hora de encontrar cuidadores. La agencia Delia Maria Home Care ha sabido reconocer una necesidad de la población latina y ha lanzado sus servicios en español. Ofrecen todo tipo de soluciones para las personas de habla española que necesitan asistencia a domicilio.

¿Cuándo es el momento?

Abrir las puertas de tu casa y de tu vida a una persona extraña, puede ser complicado. Sin embargo, si tú o una persona de tu entorno necesita ayuda en su día a día puede que contratar a un cuidador sea la mejor idea. Para saber si lo necesitas, plantéate lo siguiente:

• ¿Pasa la persona afectada mucho tiempo solo?

• ¿Necesita ayuda para acordarse de la medicación que debe tomar?

• En el caso que estés cuidando a otra persona: ¿te sientes deprimido? ¿Necesitas un descanso?

• ¿Estás preocupado por la seguridad de la persona afectada?

Si has respondido afirmativamente a alguna de estas preguntas, puede que sea el momento de plantearse llamar a un cuidador que te ayude a sobrellevar tu condición o la condición de tu familiar. Recuerda que son expertos médicos, preparados para asistir en todas las necesidades y situaciones que se puedan presentar.